miércoles, 02 abril 2025

Más vuelos, menos camas: el PSOE cocina a fuego lento un potaje turístico sin receta

Foto EFE. El senador del PSOE canario Ramón Morales

S. Calleja

 

Un senador socialista por Canarias se levanta en Madrid, golpea la mesa del Senado y pide más turismo. Más vuelos. Más conectividad. Más oferta para un Archipiélago que, según su discurso, debe abrir aún más sus cielos al crecimiento. Ramón Morales —portavoz del PSOE en materia de transportes— exige ampliar los horarios de los aeropuertos de Tenerife Norte, Fuerteventura y La Palma. Quiere que Canarias vuele más y mejor. Que aterricen más turistas. Que se potencie la oferta turística. Todo muy razonable… hasta que uno aterriza en Lanzarote.

Foto. Elpejeverde.com

Porque mientras en Madrid se promueve el despegue, en nuestra isla se alza la pancarta del “hasta aquí hemos llegado”. El PSOE lanzaroteño, liderado por Ariagona González en el Cabildo, exige una moratoria urgente contra el uso turístico de viviendas. “El acceso a una vivienda digna no puede seguir supeditado a los intereses del mercado turístico”, ha dicho. El mismo partido, dos mensajes opuestos. El turista debe venir… pero que no se le ocurra dormir aquí.

En Lanzarote, el surrealismo no lo practicó César Manrique, sino la política. Esta contradicción socialista no es un accidente. Es la consecuencia inevitable de gobernar a golpe de titular. Se quiere más turismo, pero sin turistas. Se pide conectividad, pero se teme al visitante. Se defiende el alquiler vacacional cuando se está en la oposición, y se demoniza cuando se gobierna.

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¿Y los ciudadanos? Que esperen. Que confíen en que la siguiente moratoria no los deje fuera del mercado, y que la próxima ampliación de horarios no los excluya del mapa político. Porque mientras se mejora la oferta turística en todas partes, Lanzarote parece condenada a ser la excepción que confirma la incoherencia.

Hay frases que, de tanto repetirse, se convierten en ambientador institucional. “Mejorar la oferta turística”, “incrementar la conectividad”, “desarrollar un modelo sostenible”. Todas han salido de boca de dirigentes socialistas en las últimas semanas, en Madrid y en Canarias. Todas suenan bien. Y todas apuntan, supuestamente, al futuro.

Pero como suele ocurrir, el detalle se esconde en la letra pequeña… o en el silencio. Porque mientras Ramón Morales pide ampliar los horarios aeroportuarios para reforzar la conectividad turística del Archipiélago, ni una sola mención se hace a Lanzarote. Nada. Cero. Como si los 8,7 millones de pasajeros que pasaron por Guacimeta en 2024 fueran una cifra incómoda. O una molestia menor.

 

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Resulta curioso —y sospechosamente conveniente— que justo la única isla donde el PSOE exige poner freno al turismo sea la misma que no aparece en la hoja de ruta de las mejoras aeroportuarias. ¿Un olvido? ¿Una casualidad? ¿O quizás un gesto diplomático para no irritar a los socialistas lanzaroteños, que defienden en el Cabildo una moción contra el “crecimiento descontrolado del turismo”?

Porque si se habla de “mejorar la oferta turística” en toda Canarias, ¿no sería lógico incluir a Lanzarote? ¿O es que aquí, para mantener el relato, hay que fingir que no llegan aviones? Una isla que acoge a millones de visitantes al año no aparece ni en las demandas de conectividad ni en los discursos de expansión. Un agujero negro en la planificación. Un silencio que, lejos de ser inocente, parece estratégicamente pactado.

Mientras se diseñan rutas, se negocian horarios y se ensalza la cohesión territorial, Lanzarote queda al margen. No por saturación. No por sostenibilidad. Sino porque en política, a veces, lo que no se dice pesa más que lo que se grita.

Turismo sí, pero no aquí. O no ahora. O no tanto. El PSOE quiere despegar, pero con el freno de mano puesto en Lanzarote.

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