sábado, 20 abril 2024

Opinión

Concurso de ocurrencias

Parece que vamos a tener que convivir durante toda esta legislatura, que va a durar sus cuatro años, con las proclamas sobre el hundimiento de nuestro país que vociferan a todas horas tanto la extrema derecha como la derecha extremada. Su táctica política es muy evidente y consiste en incendiar el clima de convivencia y pregonar el cuanto peor mejor a ver si, en un golpe de suerte, consiguen conquistar el poder que las urnas les niegan. Frente a estas actitudes nada constructivas, los progresistas hemos de contraponer templanza, unidad de acción, políticas de avance social y más estado del bienestar.

He de reconocer, no obstante, que no resulta fácil permanecer impasible ante las perlas, a cual más delirante, que nos brindan cada día tanto la extrema derecha como la derecha extremada. No, no es sencillo hacer oídos sordos ante tanto ruido de distracción para concentrarnos en la tarea de combatir la pandemia y sus devastadoras consecuencias  económicas y sociales, proteger a los más vulnerables y gobernar para transformar nuestro país en el marco del plan anticrisis y de reactivación y modernización económica que ha propuesto la Unión Europea. 
  
Al estrambótico anuncio de una moción de censura por parte de Vox, no está claro si contra el Gobierno de Pedro Sánchez o más bien contra la que denomina derechita cobarde representada por el Partido Popular (PP), se le une ahora otro de corte parecido en Canarias. Lo que queda del Partido Nacionalista Canario (PNC) le ha pedido a su socio electoral, Coalición Canaria (CC), que presente una moción de censura contra el Gobierno canario de progreso surgido del Pacto de las Flores “aunque sea para perderla”. Parece que los extremos se tocan en su concurso de ocurrencias.

Lo que persigue la ultraderecha parece obvio, fagocitar al PP todo lo que pueda con la intención de adelantarlo electoralmente y revirar los equilibrios políticos e institucionales de nuestro país hacia el franquismo nostálgico y las catacumbas. Contra este mal, la receta es clara: al fascismo se le combate desde el debate, porque lo contrario sería entrar en el terreno al que nos quieren llevar. Por otra parte, lo que persigue el PNC quizá sea sembrar cizaña y alentar a Nueva Canarias para que dé el paso de romper el pacto en las Islas, a pesar de las reiteradas y explícitas negativas de los nacionalistas progresistas de embarcarse en aventuras rumbo a la nada. 

Pero aún no lo hemos visto todo. Estoy convencido de que estamos asistiendo sólo a los entremeses de una ristra de ocurrencias, a cual más extravagante, que nos van a acompañar en los meses y años venideros, de aquí hasta que se agote la legislatura y se convoquen nuevas elecciones generales. Ahora, vemos a Casado quejándose de que Sánchez no lo llama y animando por otro lado a la insumisión de las y los alcaldes del PP contra el pacto suscrito entre el Ministerio de Hacienda y la Federación Española de Municipios sobre el uso de los remanentes municipales. 

Es de locos, pero irá a más, que nadie lo dude, aunque con su actitud quien pierda realmente sea España o Canarias. O ambas. Les es completamente indiferente si sirve a sus mezquinos intereses. 

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.

Confianza para construir el futuro.

Desde las elecciones locales y autonómicas del pasado año no me sentaba a escribir de forma tranquila. La rapidez de los acontecimientos y la gestión pública municipal, donde un año parece un mes, no dejan mucho tiempo para tratar de reflexionar y pensar acerca de cómo se encuentra el contexto político, en especial, el espacio nacionalista.

 

A nadie se le escapa que la formación a la que pertenezco, Nueva Canarias, consiguió un hito inusual, desalojar a Coalición Canaria del Gobierno de Canarias y propulsar un cambio gubernamental de perfil marcadamente progresista. Lo hicimos porque creíamos que era necesario la oxigenación de la política y una nueva visión de como hacer y entender la cosa pública. No sólo en el ámbito de la Comunidad Autónoma, sino también en ayuntamientos y cabildos, NC fue decisiva para establecer nuevos proyectos con capacidad de cambio, orientando sus agendas y pactos a la persecución de mayor bienestar social para nuestra gente. A la par, abrazando los retos que a esta sociedad se le presenta en estos tiempos: cambio climático, igualdad de género, democratización política o ejemplaridad pública, entre tantas otras a consecuencia de la pandemia que nos azota.

Con estos fines, NC, también en Lanzarote donde gobernamos en la capital arrecifeña, se encuentra en numerosas Administraciones Públicas, incorporando una mirada autocentrada y nacionalista canaria, donde la exigencia y la defensa de los intereses de las canarios y canarias está por encima de cualquier otra consideración. Por ello, cuando tuvimos la ocasión de llegar a acuerdos con CC-PNC para ir unidos en las elecciones generales del 10 de noviembre, no nos tembló el pulso y buscamos el espacio de entendimiento, conscientes incluso que muchos sectores lo criticarían. Acuerdo que se demostró bueno al obtener su acta de diputado el compañero Pedro Quevedo, donde cada semana, junto a Ana Oramas, se baten en duelo contra un Parlamento español que en muchas ocasiones es incapaz de entender y atender a Canarias.

Esta alianza es el ejemplo de que NC, aunque haya desalojado a CC-PNC de las instituciones canarias, no concibe la acción política como amigo-enemigo. Siempre he considerado que en esto de la política las dicotomías amigo-enemigo son mala cosa, y nunca llegan a buen puerto. ¿Adversarios quizás? La competición política, sustancial a la propia democracia de partidos, conlleva en innumerables ocasiones a polemizar, discutir e, incluso, desacreditar los discursos contrarios. Pero también la política es entendimiento, espacio común y acuerdo. La política, y más en estos tiempos tan crispados, no puede ser entendida como un circo romano donde cada uno se dirige a sobrevivir por encima de todo y de todos. Yo, personalmente, no la entiendo así, e intento ejercer en cada pleno, moción, o conversación que mantengo con la oposición en el Ayuntamiento de Arrecife un tono cordial y aperturista. Inclusive, aguantando alguna que otra crítica desmesurada que entiendo va en el rol de la oposición.

Un acuerdo exige un grado de confianza que se debe trabajar día a día. La confianza se gana, no deviene por voluntad divina. NC y CC llevan mucho tiempo desconfiando la una de la otra. La visión de hacia donde se deberían dirigir las políticas públicas de nuestra comunidad era y, en algunas cuestiones sigue siendo, opuesta, y a nadie se le escapa que hemos sido muy críticos y desconfiados con el último ejecutivo de CC-PNC presidido por Fernando Clavijo. Políticas neoliberales y conservadoras que nada tienen que ver con las políticas que NC defiende.

No obstante, soy consciente, por los datos que nos están ofreciendo cada día, que el futuro que se le presenta a nuestra tierra es desalentador. Los indicadores de pobreza y desempleo aumentarán si no articulamos medidas urgentes dirigidas a las capas sociales más vulnerables. Por ahora, hemos consigo un excelente acuerdo en el marco de la Unión Europea, donde el Vicepresidente del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, en su condición de consejero de Hacienda y Asuntos Europeos del Gobierno de Canarias, ha negociado dentro del marco de las Regiones Ultraperiféricas que se atienda las singularidades y hechos diferenciales del archipiélago canario, territorio que debe tener políticas exclusivas y particulares. He aquí un ejemplo claro de defensa de Canarias desde un prisma nacionalista.

 

Con todo, cuando escucho hablar de la unidad del nacionalismo, como declaró hace unos días el secretario del comité de CC en Yaiza, Mateo Ramón, me genera sentimientos contrapuestos. Por un lado, duda, al considerar que las ideas, el proyecto, y las políticas que defienden en CC-PNC no corresponden con las que mi organización defiende. Por otro, oportunidad. Oportunidad para construir un nacionalismo fuerte que genere políticas públicas que hagan transformar Canarias sin necesidad de tutelas. Nadie discute que nuestras islas necesitan partidos nacionalistas, puesto que somos los únicos que tomamos las decisiones por y para las canarias y canarios.

 

Por ello, considero que lo primero que debemos de hablar es de construir la confianza. Y esto se traduce en un proyecto. Un proyecto claro, nacionalista por supuesto, pero que tenga la capacidad de generar el mayor bienestar social a nuestra gente, desde lo local a lo autonómico y para 20 o 30 años. Sin esa capacidad de construcción de la confianza, de los cimientos ideológicos, no podemos hablar de un futuro partido nacionalista canario potente y ganador. Esa es la tarea: confianza.

 

 

Armando Santana.

 

La canciller y España

La situación que vivimos es tan excepcional, que necesitamos una gran cantidad de recursos extraordinarios para afrontar con garantías la reactivación económica y la protección social de los más vulnerables mientras combatimos la pandemia y esperamos por una vacuna. Así que no podemos conformarnos con las propuestas de austeridad que llegan desde algunos países de la Unión Europea. No podemos ni debemos resignarnos porque la austeridad no es la receta para superar esta enorme crisis. 

La presidenta del Cabildo de Lanzarote solicitó hace unas semanas un Anexo Oriental en el Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias. Coincido con María Dolores Corujo en que es una reclamación justa, razonable y adecuada debido a que una parte muy importante del gasto corriente del Cabildo se destina a atender competencias propias del Gobierno de Canarias que han sido transferidas o delegadas sin la dotación económica adecuada. En el caso de Lanzarote, la cifra que ingresa el Gobierno canario para atender esas competencias transferidas o delegadas se mantiene invariable desde el año 2005, y Fuerteventura se encuentra en una situación parecida.

Sin embargo, el Gobierno de Canarias también reclama más recursos del Estado. El Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias que se firmó con un amplísimo respaldo institucional, político y de las organizaciones empresariales y sindicales representativas, ha cifrado en más de 18.000 millones de euros la cantidad que se necesita para abordar la crisis en el Archipiélago sólo para el año 2020. Inevitablemente, Ángel Víctor Torres dirige su mirada hacia el Gobierno de España pidiendo apoyo económico, pero el presidente Pedro Sánchez está haciendo lo mismo con la Unión Europea (UE), como hemos visto este último fin de semana, para que se alcancen acuerdos y se transfieran rápidamente los recursos que ha comprometido.

Al final, muchos depositamos nuestras esperanzas no tanto en la UE, que se está comportando de un forma un tanto timorata a la hora de combatir la consecuencias de esta crisis, cuanto al semestre de presidencia alemana del Consejo de la Unión, que se prolongará hasta finales de año. Las prioridades de la presidencia alemana no dejan lugar a dudas, puesto que su lema es ‘Juntos por la recuperación de Europa’. De la canciller Angela Merkel, que ha dado muestras sobradas de su capacidad de liderazgo en pos de una Europa más cohesionada, podemos esperar con seguridad que se centre en superar la pandemia y en apoyar sin titubeos la recuperación de la economía.

Vivimos momentos decisivos y ojalá se libere muy pronto el fondo de recuperación dotado con 750.000 millones de euros para reactivar la economía y coordinar los esfuerzos sanitarios contra el coronavirus. Si se hace con prontitud, los países más afectados por la covid-19 podremos superar las consecuencias a largo plazo de esta crisis y centrarnos en la recuperación económica y social, pero a la vez estaremos arrimando el hombro por una Europa más fuerte e innovadora, más justa, más sostenible, más segura y de valores comunes, y por una Europa fuerte en el mundo.

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.

“Un año de pacto, 365 días sin gobierno”

 

Pedro M. San Ginés Gutiérrez, portavoz del Grupo Nacionalista CC-PNC en el Cabildo de Lanzarote

 

El pasado 25 de junio se cumplió un año desde que Loly Corujo y Astrid Pérez presentaran su pacto con un “programa de gobierno consensuado al 90%”, sin que transcurridos más de 365 días desde su compromiso de hacerlo público, sepamos una sola línea del mismo y, por tanto, tampoco del futuro que nos propone ese pacto. Claro que para el PSOE siempre fue mucho más importante la propaganda que un programa de gobierno, y de lo segundo no sabremos nada, ni ustedes ni yo, pero en propaganda he de admitir que son unos auténticos expertos y no escatiman recursos, medios y prácticas de todo tipo para reconstruir una nueva realidad con falsos relatos.

 

Este desgobierno, que “venía a dignificar la institución” –entonces digna– la está llevando a cotas de ignominia nunca vistas antes. Adoptó como primera medida, y a propuesta de la presidenta, subirse el sueldo a sí misma y a todo su gobierno, justo lo contrario de lo que hicimos nosotros. A partir de ahí, la cosa ha ido de secuestros de libros, retiradas de esculturas, boicot al arte y a museos en nombre de supuestos atentados a César Manrique o bajo el pretexto de pérdidas en inversión cultural, aunque el MIAC lleve décadas invirtiendo infinitamente más, “caza de brujas” con ceses indiscriminados de un personal humillado por la falta de consideración hacia ellos, desmantelamiento económico y humano de múltiples áreas sin nueva dirección conocida, o la designación de una reducida guardia pretoriana dirigida por el presidente in pectore de la institución, Carlos Espino, con la consigna como máxima de gobierno de hacer oposición a la oposición a toda costa. Estas han sido las medidas más destacables de este ejecutivo tras un año en el poder, y por más vueltas que doy a qué razón puede llevar a unos gobernantes a seguir centrando sus energías y tiempo en cuestionar al anterior gobierno, del que ambos formaron parte, en lugar de exponer a la ciudadanía sus planes y programa, al final siempre llego al origen y no encuentro otra explicación que los resultados electorales.

Nos encontramos hace 10 años con un Cabildo con más de 100 millones de euros en deudas entre bancos y acreedores de Inalsa (hoy saneado y con un centenar de millones en las cuentas), con los CACT en bancarrota total, con Zonzamas y los residuos ardiendo semanalmente, sin un solo plan de cooperación municipal en marcha, a pesar de los años de bonanza precedentes, y nula inversión en energías renovables, por poner solo algunos ejemplos de todo aquello que logramos revertir y que la gente valoró positivamente en las urnas.

Cierto es que, como es habitual, el PP no ganó a Coalición Canaria las elecciones al Cabildo en ningún municipio, pero es que el PSOE, ganador por solo algo más de 160 votos de las elecciones a la primera institución insular, y a pesar de la ola nacional socialista, también perdió frente a CC en casi todos los municipios y La Graciosa, salvo en Tías y San Bartolomé, donde además los candidatos socialistas sacaron en su municipio entre un 15 y un 20% más de votos que la candidatura del PSOE al gobierno insular. Análisis aparte merece el caso de Haría por el respaldo de la Plataforma Municipal de Haría al PSOE y que le reportó por sí mismo bastante más que esos 160 votos.

Tras el supuesto desgaste de casi 10 años de gobierno, tras los brutales, infundados y permanentes ataques a mi persona y candidatura con el respaldo descarado de la FCM, y tras echar el resto sus medios de cabecera, volcados en cuerpo y alma en ese propósito, autoconvencidos de ser grandes creadores de opinión, la verdad es que para todos ellos debió ser muy duro comprobar que la ciudadanía no es tonta, que les ve el plumero a la legua y que no se deja manipular tan fácilmente por mucha audiencia que tengan sus conocidas mentiras. Y es que la gente no solo no nos dio la espalda, como intentan aparentar, sino que nos refrendó premiándonos con 2.500 votos más y un incremento en el respaldo electoral de casi un 4% respecto a los comicios de 2015, cuando habíamos ganado las elecciones, siendo la única candidatura insular que mejoró sus resultados, de entre las muchísimas de todos los partidos que repetían candidato.

En definitiva, los resultados electorales son sin duda la explicación a sus obsesiones por la toma de conciencia de que, si solo lograron ganar las elecciones por apenas 160 votos, con todo su enfermizo despliegue mediático, y con la enorme marejada alta de la ola nacional socialista, más intensa en los municipios que en el Cabildo, saben que en marea baja no tendrían ninguna oportunidad frente a la gestión de CC en la institución más importante de la isla porque la gente la conoce, la valora y la premió con su voto. Esa es la única explicación razonable que encuentro al porqué, tras 365 días de desgobierno, siguen tratando a CC como si aún presidiéramos la institución: su terror a la marea baja.

Por lo demás, asistimos con extraordinaria preocupación a la falta de gestión de la crisis económica que ha generado la Covid 19. Mucha nota de prensa con información y supuestas acciones sanitarias, aunque en eso el Cabildo no tenga competencia alguna, pero nula atención a los distintos sectores económicos afectados que se sienten completamente abandonados por el gobierno insular. Un gobierno cuya capacidad de gestión económica ha quedado perfectamente retratada cuando colocó al frente de la principal empresa pública de la isla, la que más necesita de gestión profesional, a un comisario político manifiestamente incapacitado para semejante cometido, pero perfectamente alineado con esa estrategia de reconstruir un falso relato de la isla en la década pasada.

A partir de ahora, ya sabemos que la crisis del Covid 19 va a ser el pretexto perfecto para todo, pero no es razón para que el Cabildo de Lanzarote no haga lo que sí están haciendo otras corporaciones, ayudando a las pymes y autónomos, o reforzando al sector primario, la cultura, el deporte y el medioambiente. CC ha realizado muchas propuestas y seguirá haciéndolas por responsabilidad, a pesar de los desprecios y las mentiras, como el informe jurídico según el cual no se puede hacer un ERTE al personal de los CACT, que habría ahorrado millones al Cabildo de Lanzarote sin perjudicar en nada a los trabajadores. Un informe que no aparece porque es solo una más de las muchas mentiras presidenciales, como la falsa “suspensión de pagos”, milagrosamente superada justo durante el cero turístico de la crisis del Covid 19, que es un pasmoso ejemplo del falso relato al que me refiero y quieren reconstruir.

Ni que decir del Plan Insular de Ordenación del Territorio, más necesario ahora que nunca. Un plan que, ya en el pasado mandato, el PSOE asumió como máxima prioridad, pero terminó traicionando a la isla y negando su aprobación una vez pasaron a la oposición. Mientras, el PP aseguró hace ahora un año que lo sacaría en 6 meses si gobernaba. Me consta que ni uno ni otro están, pero también les esperamos con la mano tendida para, nosotros sí, y aunque el mérito se lo apunten ellos, aprobar por responsabilidad un nuevo PIOT que responda a las actuales necesidades de Lanzarote.

Parar la violencia en la infancia

La agenda legislativa del Gobierno de coalición en nuestro país sigue su curso, a pesar de que las derechas intentan que pase desapercibida a base de ruidos, gritos y todo tipo de exabruptos. Hace dos semanas, la Mesa del Congreso de los Diputados acordó la tramitación del Proyecto de Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia. Asumimos así los tratados internacionales ratificados por España en la protección integral de las personas menores de edad, y atendemos al derecho de los niños, niñas y adolescentes de no ser objeto de ninguna forma de violencia.

La protección de las personas menores de edad y la lucha contra la violencia en la infancia es un imperativo de la Convención de los Derechos del Niño y de la Constitución Española y, a la vez, un aspecto central a la hora de garantizar el sano desarrollo de nuestra sociedad. Por eso, hace años que las y los progresistas somos plenamente conscientes de la necesidad de la aprobación de una ley integral sobre la violencia contra los niños y niñas, una ley que, por otro lado, debe resultar análoga en su alcance normativo a la aprobada en el marco de la violencia de género, nada menos.

La violencia y los malos tratos sufridos por los niños, niñas y adolescentes pueden causarles lesiones que pueden provocar discapacidad, problemas de salud física, dificultades de aprendizaje incluidos problemas de rendimiento en la escuela y en el trabajo, consecuencias psicológicas y emocionales, problemas de salud mental, y comportamientos perjudiciales para la salud. Por eso, nos proponemos asegurar y promover el respeto de su dignidad humana e integridad física y psicológica, mediante la prevención de toda forma de violencia. 

Por desgracia, la violencia sobre personas menores de edad es una realidad abominable y extendida. En numerosas ocasiones puede pasar desapercibida por la intimidad de los ámbitos en los que tiene lugar, como son las esferas familiar y escolar, entornos en los que suceden la mayor parte de los incidentes cuando debieran ser marcos de seguridad y desarrollo personal para niños, niñas y adolescentes. Es por eso que debemos fomentar todas las medidas necesarias para protegerlos frente a cualquier forma de violencia, perjuicio, abuso físico o mental, descuido o negligencia, malos tratos o explotación. 

Además, es frecuente que en estos escenarios de violencia confluyan muchas variables, lo que obliga a que cualquier aproximación legislativa sobre la cuestión requiera un amplio enfoque multidisciplinar. De ahí que esta ley se proponga combatir la violencia sobre la infancia y la adolescencia desde una aproximación integral y desde una perspectiva didáctica, dando prioridad a la prevención, la socialización y la educación, tanto entre las personas menores de edad como entre las familias y la propia sociedad civil. Vamos a protegerlos, detectar precozmente los episodios de violencia, asistirlos, reintegrar los derechos vulnerados y recuperar a las víctimas. 

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.

Son la generación que ha crecido oyendo hablar de crisis.

 

Baby boomers, millennials, niños de la postguerra, Generación X, Y, Z… Cada una es hija de su época y lleva la marca de los acontecimientos que le han pasado: La Guerra Civil, la caída del muro de Berlín, la crisis económica del 2008…

 

Cada generación quiere divorciarse de la anterior. Actualmente, con esta pandemia mundial ha emergido una nueva generación, la llamada “Generación COVID”, formada por jóvenes que estaban dispuestos a dar el salto hacia un futuro prometedor y han tenido que frenar en seco. Ahora sus estudios, sus planes, su mundo laboral y su forma de relacionarse es un eterno interrogante, por lo que no quedará más que aplicarse como mantra el refrán español que dice “para cualquier dolencia, el mejor remedio es la paciencia”. Sin embargo, la mejor de las formaciones o una alta capacidad de adaptación, no serán motivos suficientes para quitar el vaho que ahora mismo hay en el cristal por el que miran tantos jóvenes buscando ese futuro incierto que habrá después del covid.

Las oportunidades van a generarse, sí; pero solo si decidimos impulsar una nueva mirada social que sea capaz de hacer que en la balanza de prioridades pese más la ciencia, la tecnología, la investigación, la salud pública, el cuidado de las personas y la ecología. En este punto es donde esta nueva generación debe encontrar su encaje en el postcovid. Se vive un momento de debate público, en el que se exige mucho a los Gobiernos y en donde no es momento para realizar una “caza de brujas” que señalen a unos o a otros del por qué suceden estas cosas en el mundo. Este es un tiempo para oxigenarse individualmente y remar todos en la misma dirección. Esta nueva generación que surge a raíz del coronavirus no debe convertirse en una estadística más, sino en un ejemplo a imitar en la gran capacidad de adaptación a las circunstancias sobrevenidas con esta pandemia. Ahora bien, separemos lo urgente, de lo prescindible. No tendremos una generación perdida, ni volverán a abrirse las cicatrices que nos dejaron las peores crisis del pasado, si sabemos que quien tiene un “por qué” para vivir, va a ser capaz de soportar cualquier “cómo”. Lo que acontece es un reto por delante, un “aviso” a las generaciones más jóvenes para que nunca desistan cuando las cosas se ponen feas. El coronavirus nos ha dejado la aparición de nuevos héroes que tendrán la misión de conseguir ganar la batalla al coronavirus y encontrar el futuro por el que tantas generaciones han luchado por tener. Bienvenida generación COVID.

Por sus vecinas y vecinos, no queda otra… Es tiempo de rebelión de los Ayuntamientos (I)

Apenas han pasado cien días y el mundo, nuestro mundo, ha quedado patas arriba. A estas alturas, nadie sensato se atreve a pronosticar cómo será nuestra vida, incluso, en los próximos meses.

Todas nuestras certezas y expectativas, la mayor parte de nuestros planes personales, familiares o colectivos de tan sólo unas semanas atrás, han saltado por los aires. Esta parte del mundo llamado ‘desarrollado’, ‘occidental’…, que galopaba sin freno en un modelo de crecimiento cada día más cuestionado por peligroso, quedó parado -y noqueado- de la noche a la mañana.

Viene -estamos ya en ella- una etapa de muchas incertidumbres. Y, porque la soga se rompe siempre por el lado más débil, está siendo -y lo que vendrá…- un tiempo de mucho sufrimiento para los y las más frágiles. Tanta gente que estaba ‘escapando malamente’ va a poner nombre a ese, por ejemplo, casi cuarenta por ciento de personas desempleadas que, en Canarias, apuntan pronósticos recientes para el momento posterior al final de los ERTE, a la vuelta de la esquina en el tiempo.

Piénsese, sobre todo, en islas como Lanzarote o Fuerteventura, altamente dependientes de la actividad turística, con un porcentaje significativo de sus poblaciones llegado en las últimas décadas a la llamada del empleo que se ha creado en hoteles, restaurantes, tiendas, transportes… Personas sin redes de apoyo familiar en este territorio, viviendo de alquiler o pagando una hipoteca que seguramente se extiende por toda su previsible vida laboral, sin siquiera un trozo de tierra en las proximidades de su casa con el que ayudar a sus economías familiares con algo de agricultura de autoconsumo… Para unos y para otros, para todas y todos, vienen momentos complicados.

 

Esas familias van a tocar -ya lo vienen haciendo muchas de ellas- a las puertas de las instituciones. Y siempre, siempre, a las mismas puertas: las de su Ayuntamiento. Es lo lógico. Porque así está organizado y porque lo dicta el sentido común. Es la administración de proximidad, la más cercana.

Vienen años de cambiar todas las prioridades para centrar esfuerzos en las políticas sociales. Para organizar bien y dedicar bastante y buen personal a la atención a las personas y las familias que necesitan apoyo para tener lo imprescindible en sus despensas y neveras. Para modificar presupuestos -ya se está haciendo-, olvidarse de grandes programas e inversiones por unos años y ampliar partidas de gasto social. Para activar programas de empleo que permitan a mucha gente ganarse un dinero que llevar a casa, a la vez que refuerzan servicios públicos y actualizan o amplían su formación para mejorar sus posibilidades de volver al mercado de trabajo normalizado…

Este tiempo, que no va a durar dos días y que ya está aquí, es tiempo de los Ayuntamientos.   Para las demás instituciones, momento de volcarse en ellos. Y, cuanto más, mejor.

Pero nadie regala nada. Ni siquiera en este contexto de crisis. Pasarán los meses, se seguirá regresando, como se pueda, a la ‘nueva normalidad’, cada quien volverá a centrarse en su día a día… y las oficinas o las agendas de cita previa de las y los profesionales de los Ayuntamientos seguirán estando a tope.

Es, por tanto y sobre todo, momento de Alcaldesas y Alcaldes. En primer lugar, para asegurar recursos.

Van a seguir recibiendo, periódicamente, apoyo económico de su Gobierno autonómico y, en el caso de Canarias, de cada Cabildo. Pero ni será suficiente ni debe ser ése el principal sustento para hacer frente a la que ya tienen encima. Porque, además, la experiencia y la autonomía municipal les exigen planificar, desde el rigor que debe asegurar el presupuesto propio, su estabilidad, su suficiencia para hacer frente a las obligaciones ineludibles del día a día (sobre todo, pagar a su personal y los gastos corrientes imprescindibles para ‘abrir la puerta’ y garantizar la prestación de los servicios básicos) y, en situaciones como la presente, poder dedicar recursos a las ayudas sociales y los programas de empleo.

No arranca en mala situación la inmensa mayor parte de los Ayuntamientos, particularmente en Canarias. Y menos mal que, salvo excepciones, los coge este momento sin endeudamiento. Porque, de la noche a la mañana, se ha caído la recaudación de los impuestos indirectos de los que se nutre buena parte de los presupuestos públicos y, por tanto, también los municipales; unos más, otros menos, la práctica totalidad de los Ayuntamientos han tomado -y más que tendrán que tomar- medidas, cuando menos, de aplazamiento del cobro de impuestos propios para aflojar un poquito la soga que tienen al cuello las familias y las pequeñas empresas de sus municipios; siguen sin dejarlos endeudarse; el dinero con el que podrían incrementar el presupuesto de cada año, procedente de lo no gastado en el año anterior (los ‘remanentes de tesorería’) no acaban de estar a su libre disposición; no les dejan incrementar el presupuesto anual en términos de equilibrio financiero (es decir: gastar lo que tienen), sino en el porcentaje que cada año decide el Ministerio de Hacienda…

… Y hasta tuvieron amenazados sus ahorros por el Gobierno del Estado, que intentó quedarse con los millones de euros no gastados que son de las vecinas y los vecinos -porque son de sus Ayuntamientos- para hacer frente a su propia deuda (la del Estado, ésa que van a pagar las siguientes generaciones) y a los compromisos que se siguen incrementando cada martes de Consejo de Ministros.

Blanco y en botella: o se rebela ya el municipalismo, o no sólo nadie va a hacer el más mínimo caso a la más cercana representación y defensa de la ciudadanía, sino que tampoco van a tener en las manos -porque no las tienen ahora mismo- las herramientas con las que defender a su gente.

Ya han asomado los dientes, contando con la imprescindible complicidad de Gobiernos como el Canario y los Cabildos, y parece que el Gobierno del Estado empieza a aflojar. Pero no pueden confiarse. O se dejan oír alto, claro y hasta conseguir que les quiten la mano de encima -esa mano que, todavía, les impide gastar lo que tienen-, o no tardaremos en tener noticias de Corporaciones que no podrán pagar ni la nómina.

Con sus más y sus menos, han demostrado los Ayuntamientos y quienes los dirigen que, cuando vienen mal dadas, pasan a segundo plano los intereses y estrategias de los partidos y surge una sola voz que exige lo que, en resumidas cuentas, es simple y llano interés de la población a la que se defiende y para la que se gestiona. En particular en estas Islas, está acreditada una tradición municipalista que, en torno a la Federación Canaria de Municipios, ha ido consiguiendo respeto para los Ayuntamientos y avances que, a pesar de lo que queda por andar, han hecho más fuertes a estas instituciones y más eficaz su capacidad de respuesta.

La dificultad no es poca. Pero la hoja de ruta no parece especialmente complicada de trazar. Yendo al grano, bastaría con que se devolviera a la racionalidad una normativa absurda. Que se eliminen trabas que no tienen sentido ni consiguen objetivo alguno. Que se devuelva capacidad de decisión a quienes han sido elegidos por la población. Capacidad para movilizar al servicio de la gente el dinero que les obligan a congelar y, cuando resulte inevitable, endeudarse en cifras que su propia capacidad de ingresos les permita devolver.

Es, está siendo, un primer reto de los Municipios. Pero tienen más…

De vuelta a la normalidad

El fin del Estado de Alarma no significa el regreso a la normalidad de forma automática, como por arte de magia. Hemos sobrepasado la fase descontrolada y más agresiva de la pandemia, pero la covid-19 permanece entre nosotros y está causando un daño terrible en muchos países. Los menos desarrollados sufren por su débil sistema sanitario, pero algunas naciones desarrolladas padecen a líderes populistas e insensatos que intentan negar la realidad. Aquí, a partir de ahora, corresponde a la ciudadanía seguir actuando con responsabilidad y observar las normas sanitarias y de distancia física, por lo que hay que tener mucho cuidado con las multitudes y las muestras efusivas de afecto.

Estamos viendo que el fin del confinamiento tampoco supone que la economía haya recobrado de inmediato la vitalidad que tenía antes del coronavirus. La actividad económica de las empresas y el empleo se van a ir recuperando poco a poco, a medida que se abran las fronteras en la Unión Europea, los intercambios comerciales y los viajes. Así que tenemos que ser pacientes, porque la recuperación de nuestra locomotora turística depende del estado de salud de los países emisores de turistas. Y, además de pacientes, debemos ser prudentes, porque una recaída en estos momentos puede ser catastrófica.
  
En los próximos meses nos esperan momentos extraordinariamente difíciles. Dicen los expertos que se avecina una crisis económica y social como no se veía en España desde la Guerra Civil. Consciente de ello, el Gobierno ha desplegado una amplia y potente agenda social para dar cobertura a las personas y familias más vulnerables y para que esta crisis no deje a nadie atrás. Por otro lado, la reconstrucción económica y social está en marcha con la cobertura de la Unión Europea, que ha habilitado fondos excepcionales para atajar los efectos de la crisis. Así que nadie ponga en duda que estamos preparados para afrontar la crisis y que vamos a hacerlo con decisión.   

Lo que no cambia, lamentablemente, es el comportamiento irresponsable de la derecha y la ultraderecha, pues parece que se han apuntado a una competición entre ambas para ver quién dice una barbaridad mayor. Es infame y desestabilizadora la conducta de la extrema derecha, pero lo mismo cabe decir de un Partido Popular (PP) que se ha alejado de la moderación y a veces supura vocación ultra. Nada más revelador que las palabras pronunciadas recientemente por Angela Merkel en el Parlamento alemán sobre qué pretende la ultraderecha: “No hay que ser ingenuos: las fuerzas antidemocráticas y los movimientos radicales autoritarios están esperando una crisis económica para explotarla políticamente”.

La canciller alemana ha señalado lo que debemos esperar de la extrema derecha. Está claro: bajo la falacia del Gobierno ilegítimo reclama barra libre para alarmar y agredir verbalmente. Por desagracia, a falta de argumentos y propuestas, nos esperan más insultos, provocaciones, bulos e intoxicaciones que buscan la confrontación y la crispación social, intentando que la población no preste atención a la importante agenda social del Gobierno. Ojalá, la vuelta a la normalidad nos traiga un cambio de rumbo en el PP hacia posiciones contenidas y maduras, sumándose al gran pacto de reconstrucción del país. 

De vuelta a la normalidad, no entraremos en el juego del extremismo, no caeremos en su trampa. La ciudadanía, el electorado y la historia dictarán su veredicto sobre el comportamiento de cada cual en estas horas trágicas y difíciles que estamos viviendo. Así que prosigamos en nuestra tarea de reconstruir un país y un mundo mejores y gobernados democráticamente por los principios del estado del bienestar. Va a ser complejo, lo pasaremos mal y nos lo van a poner difícil, pero está en nuestras manos. Así que hay huir de las provocaciones, ponerse en marcha y evitar permanecer cruzados de brazos. Esfuerzo, solidaridad y confianza es la receta de la vuelta a la normalidad.

No es la fecha, es la lucha

 

 

 

Por Daniel Medina. Concejal de Cultura, Juventud e Igualdad del Ayuntamiento de Yaiza. El día del Orgullo Gay, conocido como Día del Orgullo LGTBIQ donde incluimos a colectivos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queers..

 

se celebra el 28 de junio y tiene su origen en los lamentables incidentes ocurridos en 1969 en el pub neoyorquino Stonewall Inn. Situado en el Greenwich Village, un local que era frecuentado por homosexuales. La madrugada del 28 de junio, el Departamento de Policía de Nueva York realizó una redada en ese establecimiento, pero por primera vez en la historia se negaron a aceptar un sistema que los trataba como parias y que violaba sistemáticamente los derechos mas fundamentales de las personas. Es primordial y especial recordar a Marsha P. Johnson que ha sido considerada como una de las activistas principales en los enfrentamientos con la policía durante los disturbios de Nueva York, una mujer transexual, bisexual, afro-america, con VIH y que ejercía el trabajo de la prostitución en la misma calle y que posteriormente fundo posteriormente STAR (Street Transvestite Action Revolutionaries) con el objetivo de prestar apoyo a las personas LGTBI más excluidas y las mujeres trans sin hogar desempeñando un papel relevante en la lucha contra el VIH, en el colectivo Act Up. Esa fecha se une inevitablemente al triste día del 27 de noviembre de 1978 cuando asesinan al alcalde de San Francisco y a su popular concejal Harvey Milk, un luchador incansable de los derechos de la comunidad, por aquel entonces, del orgullo gay. Milk se convirtió en el primer político en declararse abiertamente homosexual de todos los EEUU, Milk no sabia cuan grande se iba convertir su obra. Hoy es uno de los símbolos de una lucha que aún continua. Su memoria como la de otros muchos descansa en algún lugar sobre el arcoíris. La celebración de estos días no tiene otro motivo, otra esperanza que seguir poniendo luz en aquellos lugares donde aún se persigue, se discrimina y se llega a matar a quien siente distinto, a quien ama de forma natural, y acabar con estas lamentables actitudes impropias de seres humanos civilizados.

Esto es un movimiento transversal, que cruza en todas las direcciones y que afecta desde lo local a lo global, es un moviendo que nos atañe y que nos debe ocupar a todos y a todas. En lo global no va de ideologías, esto va de inclusión, esto no va de maricas, tortilleras y trávelos va de respeto, esto no va de personas enfermas va de tolerancia, porque amig@s el amor no se esconde, es espontáneo, natural y no entiende de etiquetas, es sumamente fuerte, más fuerte que toda la rabia y la ira juntas. ¿Y desde lo local qué hacemos? Es una pregunta que me hace mirar atrás con orgullo y poder presumir de un ayuntamiento de Yaiza que se ha preocupado, se preocupa y se seguirá preocupando de que la inclusión, la tolerancia y el respeto no sean solo palabras, sino que sigan siendo una lucha para hacerla efectiva, real, y si me permiten la expresión “sentible”. Sin obviar que el área de Igualdad de esta institución se desligo del área de Servicios Sociales en el año 2015 para tener un equipo propio y a pleno rendimiento todo los días del año en esta lucha y que desde ese entonces cuenta con presupuesto. Es todo un honor para este concejal, gestionar desde ese entonces esta apasionante tarea con un super equipo de gente entregada y preparada que lo aporta todo a concejalía. Fuimos pioneros en recordar la existencia de la comunidad LGTBI en Lanzarote y en realizar acciones encaminadas a facilitar la integración. Con actos simbólicos y con actos reales como los proyectos de convivencia LGTBI en los centros educativos o el último propuesto, el festival de cultura y orgullo “Yaiza Simply Love” que ha tenido que ser suspendido por la pandemia del Covid19, pero que seguro tendremos oportunidad de celebrar próximamente. Hemos intentado y seguiremos haciéndolo vincular la idea, que es real, del movimiento LGTBI con la cultura en todas sus formas, en todas sus expresiones, solo así acabaremos con la pobreza intelectual de quienes se niegan aceptar lo que en la calle ya es normal, pequeñas resistencias que nos recuerdan que el 28 de junio no es la fecha, es la lucha.

El PSOE de Tinajo recuerda a Jesús Machín que las sentencias están para cumplirlas, aunque no le gusten

 

El Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Tinajo ha solicitado que el secretario informe sobre las consecuencias del incumplimiento de sentencias por parte del alcalde_

 



El Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Tinajo ha registrado en la mañana de ‪este lunes‬ un escrito dirigido al secretario municipal solicitando que informe de las posibles consecuencias que recaerían sobre la Institución por no cumplir una sentencia judicial.

La portavoz socialista, Begoña Hernández, ha explicado que, como consecuencia de una denuncia interpuesta por UGT, y del correspondiente fallo en favor del citado sindicato, se produjo una sentencia condenatoria al Ayuntamiento que obliga al mismo a formar la mesa general de negociación.

«Jesús Machín, sin embargo, ha dado la callada por respuesta», ha explicado Hernández, hasta el punto de que el presupuesto de 2019, que sigue vigente,  ha sido impugnado por el mencionado sindicato.

«Estamos ante una nueva muestra del estilo de gestionar de Jesús Machín, que parece no entender que las sentencias están para acatarlas y más cuando le conminan a cumplir con obligaciones que ha ignorado hasta el momento», ha reprochado la portavoz socialista.

Hernández ha destacado, especialmente, el incumplimiento de la tramitación correcta de las cuentas municipales pues Machín ha ignorado la advertencia del juez que señalaba la obligación de conformar la Mesa General de Negociación.

Hay que recordar que dicho incumplimiento supone sanciones económicas a la administración. “El cumplimiento de obligaciones legales obviadas sistemáticamente y de forma consciente, y ocultando información importante a la oposición a la hora de tramitar y aprobar los presupuestos, nos parece una situación muy grave” recalca Hernández.

Los socialistas del municipio exigen a Jesús Machín, que como mandatario público “cumpla con las obligaciones legales, y conforme dicha mesa, recordándoles que Tinajo es un municipio que carece de presupuesto municipal del año 2020. Al igual que exigen públicamente la convocatoria de un pleno, para aclarar asuntos importantes, como el tema de la basura, la impugnación del presupuesto,  actuación y medidas futuras del Covid 19.

Bingo sites http://gbetting.co.uk/bingo with sign up bonuses