Son la generación que ha crecido oyendo hablar de crisis.
Baby boomers, millennials, niños de la postguerra, Generación X, Y, Z… Cada una es hija de su época y lleva la marca de los acontecimientos que le han pasado: La Guerra Civil, la caída del muro de Berlín, la crisis económica del 2008…
Cada generación quiere divorciarse de la anterior. Actualmente, con esta pandemia mundial ha emergido una nueva generación, la llamada “Generación COVID”, formada por jóvenes que estaban dispuestos a dar el salto hacia un futuro prometedor y han tenido que frenar en seco. Ahora sus estudios, sus planes, su mundo laboral y su forma de relacionarse es un eterno interrogante, por lo que no quedará más que aplicarse como mantra el refrán español que dice “para cualquier dolencia, el mejor remedio es la paciencia”. Sin embargo, la mejor de las formaciones o una alta capacidad de adaptación, no serán motivos suficientes para quitar el vaho que ahora mismo hay en el cristal por el que miran tantos jóvenes buscando ese futuro incierto que habrá después del covid.
Las oportunidades van a generarse, sí; pero solo si decidimos impulsar una nueva mirada social que sea capaz de hacer que en la balanza de prioridades pese más la ciencia, la tecnología, la investigación, la salud pública, el cuidado de las personas y la ecología. En este punto es donde esta nueva generación debe encontrar su encaje en el postcovid. Se vive un momento de debate público, en el que se exige mucho a los Gobiernos y en donde no es momento para realizar una “caza de brujas” que señalen a unos o a otros del por qué suceden estas cosas en el mundo. Este es un tiempo para oxigenarse individualmente y remar todos en la misma dirección. Esta nueva generación que surge a raíz del coronavirus no debe convertirse en una estadística más, sino en un ejemplo a imitar en la gran capacidad de adaptación a las circunstancias sobrevenidas con esta pandemia. Ahora bien, separemos lo urgente, de lo prescindible. No tendremos una generación perdida, ni volverán a abrirse las cicatrices que nos dejaron las peores crisis del pasado, si sabemos que quien tiene un “por qué” para vivir, va a ser capaz de soportar cualquier “cómo”. Lo que acontece es un reto por delante, un “aviso” a las generaciones más jóvenes para que nunca desistan cuando las cosas se ponen feas. El coronavirus nos ha dejado la aparición de nuevos héroes que tendrán la misión de conseguir ganar la batalla al coronavirus y encontrar el futuro por el que tantas generaciones han luchado por tener. Bienvenida generación COVID.