viernes, 29 marzo 2024

Opinión

Empresarios y trabajadores

Cuando miramos a nuestro alrededor lo que vemos en el mundo de la empresa, en general, es a personas trabajando, empleadores y empleados que se afanan en sacar adelante a sus compañías para ganarse la vida. Esto es lo habitual en nuestro país, donde de manera abrumadora predominan las pymes y generan la mayor parte de la actividad económica y el empleo. Cuántos empresarios expresan que, a veces, sienten que en realidad trabajan para sus empleados. ¿Qué es un autónomo? No es más que un trabajador que realiza una actividad económica por cuenta propia, aunque utilice el servicio remunerado de otras personas.

De una manera u otra, lo que hacemos la inmensa mayoría es trabajar para mantener a nuestras familias y llevar una vida digna. Pero, como el mundo cambia y con él la economía y los procesos de producción, se hace necesario actualizar las relaciones laborales entre empleadores y empleados, sin olvidar que en nuestra agenda está eliminar los aspectos más lesivos de la reforma laboral que introdujo el Partido Popular en 2012. Pero con ser importante, mucho más lo es otro aspecto nuclear de nuestra agenda legislativa: un nuevo Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI.

El Estatuto de los Trabajadores debe erigirse en una nueva carta de derechos para este tiempo, compatibilizando el crecimiento económico con la dignificación de las condiciones laborales. Mientras la derecha extrema y la ultra derecha suben los decibelios para que no se escuche nuestro quehacer en pro de la modernización del país, el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos seguiremos, no obstante, impulsando nuevos acuerdos de país, en el Parlamento entre las fuerzas políticas y el social entre patronal y sindicatos, para un nuevo Estatuto de los Trabajadores con vocación de durabilidad y permanencia.

El nuevo Estatuto deberá estar acorde con los retos tecnológicos, sociales y ecológicos de este siglo, agudizados ahora por la devastadora crisis económica y social ocasionada por la pandemia de la covid-19. Afortunadamente, la respuesta de la Unión Europea a través de los fondos de reconstrucción ha enterrado las políticas de austeridad y ha resituado a la ciudadanía en el centro de las soluciones. Ahora toca trabajar juntos y unidos por la salud pública y la reactivación económica, garantizando la plena recuperación de los derechos laborales mediante la negociación colectiva y el diálogo social.

Que los decibelios no nos distraigan. Nuestro gran objetivo es reducir las altas tasas de paro, mejorar la eficacia de las políticas activas de empleo, garantizar el derecho a la formación continua a lo largo de la vida, aprovechar la transición ecológica y el potencial de España en el sector de la economía verde para favorecer la empleabilidad, proseguir con el plan de choque por el empleo joven, profundizar en la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, reforzar el apoyo a las organizaciones y empresas de economía social, o verificar que un trabajo es digno sólo si es saludable.

Paradójicamente, esta crisis terrible nos tiende la mano para abordar los problemas estructurales de nuestro mercado laboral, como el paro de larga duración, la alta rotación, el exceso de temporalidad, la dualidad entre trabajadores temporales e indefinidos, la desigualdad entre hombres y mujeres y la brecha salarial. Estamos ante una oportunidad inmejorable para modernizar el país y erradicar las desigualdades y la precarización del empleo provocada por una reforma laboral, la de M. Rajoy, que trajo incertidumbre, inestabilidad y pobreza laboral. Llegó la hora de decir adiós al modelo laboral de la derecha y a la artificiosa división entre el cada vez más diverso mundo del trabajo.

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.

El grito del deporte

 

El deporte no es el problema, es parte de la solución. En tiempos de pandemia, quienes hacemos deporte de forma regular o esporádica, hemos sufrido las restricciones dirigidas a contrarrestar el covid-19, como toda la población, cualquiera que sea la edad.

 

 

La cultura, con razón, da un paso al frente reivindicando la reanudación de su actividad, al menos en los territorios menos afectados por el nuevo coronavirus. Es un grito al que también se suma el deporte, pero no por capricho, sino por salud, siendo conscientes que mantenerse bien depende además de una buena alimentación y de todo un conjunto de hábitos saludables.

El deporte es movimiento y contacto, en algunas disciplinas más que en otras, pero no debemos olvidar el componente social que lleva consigo permitiendo la integración de personas y fomentando la disciplina y el respeto entre practicantes y entrenadores, valores que he percibido en primera persona como deportista de lucha canaria y cultivado luego como mandador del primer equipo del Unión Sur Yaiza.

Con el confinamiento casi todos subimos algo de peso y nos comimos la cabeza inmersos en una situación totalmente desconocida para todos, para los ciudadanos de a pie, para los gobiernos y hasta para el mundo científico que aún no descubre la vacuna.

Como pudimos, sobrellevamos la situación y todavía puede que nos acobarde la incertidumbre, y es que la salud, la economía y el bienestar están en juego, pero como el buen deportista, debemos ser fuertes y valientes en las derrotas y no relajarnos tras las victorias.

Con los protocolos de higiene y seguridad individual y colectiva para entrenar y competir, unido a las condiciones que deben cumplir las instalaciones deportivas cerradas y al aire libre, pedimos, en nombre del deporte, la puesta en marcha de la actividad, siempre velando por el respeto a las limitaciones ordenadas por las autoridades sanitarias.

Los niños y los mayores quizás han sido los grupos más afectados por el encierro, así que quiero lanzar un mensaje a favor de ellos. Las escuelas deportivas son casi imprescindibles para el desarrollo de los menores. Eso lo tenemos muy claro en el municipio de Yaiza, y de allí nuestra apuesta por ellas. Y el deporte y ejercicios de mantenimiento para los mayores es un factor determinante para conservarse saludables en cuerpo y mente.

Hasta antes de la pandemia, casi un millar de niños y jóvenes practicaban y competían en distintas disciplinas. Ahora, superados los momentos más duros, queremos conjugar los verbos en presente con la ilusión y la confianza de también hacerlo en futuro. Todos, absolutamente todos los deportes, igualmente las disciplinas de contacto, como el kárate, el jiu jitsu o nuestra querida lucha canaria, deberían ser preocupación de las autoridades deportivas para coordinar con las sanitarias y la federaciones protocolos que permitan su reanudación.

Desde Yaiza, estamos y estoy dispuesto, como deportista y concejal responsable del Área de Deportes, a colaborar con las escuelas, con los clubes y las familias para que nuestro regreso a las canchas sea lo más seguro y alegre posible. El deporte es salud, y si repetimos una y otra vez que trabajamos por la salud de la sociedad, no podemos excluir una actividad esencial, nada más por eso, si es que parece poco, el grito del deporte.

 

Casado, sin disimulo y a la desesperada

La reunión de Pablo Casado con los 27 embajadores de los países de la Unión Europea acreditados en España es la penúltima puesta en escena por parte del Partido Popular para intentar salir de la irrelevancia y la mediocridad política en la que la propia formación, hoy ultraconservadora, se ha metido de lleno por deméritos propios. De entrada, no di crédito a la noticia, pues más bien parecía una divertida ocurrencia de El Mundo Today, pero en seguida le otorgué veracidad por tratarse de quien era, Pablo Casado, quien, lejos de haber tocado fondo, parece que se supera cada día que pasa.

No creo que Casado haya hecho pasar gato por liebre ni a uno solo de los diplomáticos que, por cortesía, le habrán escuchado mientras a sus cabezas les venían imágenes de la policía patriótica supuestamente ocultando y destruyendo pruebas de la corrupción del PP. O preguntándose si el PP va a votar a favor de la moción de censura presentada por la extrema derecha nostálgica de la dictadura franquista, y que pronto se debatirá en el Congreso de los Diputados. Muchos nos preguntamos qué es lo que va a trasladar el anfitrión de la reunión —el embajador de Alemania— a Angela Merkel, sabiendo cómo se las gasta la canciller con los desvaríos de extrema derecha.

Cuenta Casado que ha expuesto y analizado a los representantes europeos la situación sanitaria de la pandemia en España y su repercusión económica. Pero, lo que no cuenta es que, sin disimulo y a la desesperada, trata de recuperar el crédito que le está negando la irrespirable trayectoria de escándalos y corrupciones en el PP; o la misma Ayuso al sellar acuerdos de largo alcance con el Gobierno de Pedro Sánchez para luchar contra la pandemia en la Comunidad de Madrid; o algunos barones populares que no saben donde meter la cabeza cada vez que Casado abre la boca.

Este PP desconocido para los demócratas conservadores españoles está haciendo lo imposible por alterar la agenda que impone la realidad. Pero no cuela aunque lo disfrace de apoyo al Plan de Recuperación Europeo, de oferta hueca lanzada a Pedro Sánchez para emprender un supuesto y austericida Plan Nacional de Reformas o, de chusca propuesta de crear una agencia independiente que controle y supervise los fondos extraordinarios europeos, relegando a las instituciones democráticas y a la soberanía y la voluntad popular al papel de comparsas. Casado quiere vaciar el Estado del Bienestar y, si lo dejan, hasta el Estado Derecho sin disimulo y a la desesperada con el fin de cubrir su flanco derecho.

Se equivoca quien crea que ya lo ha visto todo. En las próximas semanas veremos a Casado, si fuera menester, dando triples saltos mortales hacia atrás y hacia la derecha en su competición con Vox. Uno intentando boicotear los fondos europeos de reconstrucción y la gobernabilidad de nuestro país, y los otros, además, intentando un cambio de Gobierno en plena pandemia. El colmo de la irresponsabilidad. Aunque también es cierto que todos los movimientos de Casado también tienen como objetivo quitar importancia a la moción de censura. Sin disimulo y a la desesperada, porque lo cierto es que él es el censurado.

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.

Opinión ¡Gooool de Argana! 

 

Gooool de Argana! – Canarias está viviendo una situación problemática en cuestión de la inmigración irregular.

 

En este último año hemos sido testigos de una dramática oleada de llegadas de pateras a nuestras costas, con cientos de chicas y chicos procedentes del continente del que formamos parte geográficamente, África. La falta de acción del Ministerio de Inmigración y de su titular, José Luís Escrivá, y la improvisación con la que se ha actuado en relación a las instalaciones para albergar a los menores, han generado un malestar general que determinados partidos políticos xenófobos han aprovechado para hacer una política muy peligrosa. Afortunadamente, la sociedad canaria es lo suficientemente inteligente para no dejarse engañar por este discurso, y actúa como actuaron el pasado sábado los vecinos de Caleta de Caballo, con solidaridad y humanidad. ¡Felicidades a esos vecinos!

Y es que en Canarias, y concretamente en Lanzarote, llevamos décadas conviviendo sin ningún tipo de problemas con diferentes razas, etnias y nacionalidades. Desde el principio de nuestra historia son muchas las civilizaciones que han arribado a las costas de las islas, siendo, en determinados casos, propios artífices de la construcción social de nuestro pueblo. Más recientemente, y con la modernización sufrida en el Archipiélago gracias al sector turístico y el Estado de Bienestar, son numerosas las personas que han querido tener en Canarias su lugar de prosperidad y futuro. Muchas de ellas dejando atrás a sus familias y amigos.

Si diéramos una vuelta por los diferentes barrios de Arrecife y hablásemos con muchos de sus residentes, a buen seguro sacaríamos infinidad de vivencias y experiencias dramáticas de su recorrido hasta llegar a ser vecino/a del municipio. Del mismo modo, también seríamos testigos de muchas personas oriundas de Lanzarote que se han dedicado en cuerpo y alma a que los inmigrantes se integren y encuentren un camino de prosperidad en esta tierra.

El SCRD Torrelavega

Por poner un ejemplo, el otro día estuve en la sede del SCRD Torrelavega, equipo emblemático de nuestra capital, y me sorprendió la gran labor que desde hace ya muchos años llevan realizando para con la integración de los chicos inmigrantes. Puntales como Toñín Ramos y Luís González, que sin pedir nada a cambio han hecho de padrinos, amigos y, en determinados casos, hasta de padres, de muchos jóvenes que buscan en el deporte una salida a su situación familiar.

El trabajo de la Directiva del SCRD Torrelavega es encomiable. Tenemos ejemplos de chicos que han salido de su cantera y triunfan por todo el mundo. Me viene a la cabeza el caso de Claudio Mendes, ahora jugador de la U.D. Las Palmas. Este joven, aunque nacido en Arrecife, tiene sus raíces en Guinea Bissau. Sus padres se vieron obligados a salir de su país a consecuencia de una guerra civil y la falta de oportunidades. Criado en Argana, pasó su infancia en las calles de este popular barrio de Arrecife, donde, junto a sus amigos, pasaban horas y horas jugando al fútbol. 

Quizás, Argana sea el lugar de toda Lanzarote donde más se evidencia la convivencia cultural y racial. El barrio más grande de Arrecife, alberga en su seno la multiculturalidad que trae consigo años y años de integración social entre diferentes nacionalidades. Un barrio que refleja lo que debe y tiene que ser una sociedad del siglo XXI, pero que también posee grandes deficiencias que generan graves faltas de oportunidades con respecto a otras zonas de nuestra isla. Su renta per cápita no supera los 8.000 euros, y su índice de pobreza sobrepasa lo admisible. 

Es por ello que cobra extraordinaria relevancia acciones como las que lleva a cabo la SCRD Torrelavega. En momentos de crispación social, política y económica, con oportunistas agitando la bandera de la xenofobia y el racismo, poseer en nuestra capital organizaciones sociales, deportivas y culturales que dediquen su tiempo a la solidaridad comunal es, sinceramente, tranquilizador. Desde las instituciones y la sociedad civil debemos ayudar a estos colectivos que apuestan por la integración. Que trabajan por ofrecer un futuro próspero a los que escogen Lanzarote y Canarias como lugar para vivir. Que sin pedir nada a cambio les ofrecen un espacio para autorealizarse. Que, al fin y al cabo, ayudan a construir una sociedad mejor. 

Claudio Mendes

El pasado fin de semana Claudio Mendes marcó su primer gol con la camiseta amarilla de la UD Las Palmas en 2º División. Estoy convencido de que ese gol no es sólo de Claudio, sino de todos aquellos que han ayudado de forma desinteresada a que él esté hoy donde está. De todos los que apuestan por la integración de muchos de esos chicos que hoy vemos caminando por la Carretera de Montaña Mina. De todos los residentes en los barrios populares de Arrecife que miran hacia el futuro cada mañana. Especialmente, de los vecinos de Argana que ven que un trozo de ellos mismos está en las piernas de los jugadores que, hasta el otro día, jugaban en sus canchas. La pelota que chutó Claudio tuvo la fuerza de todo un barrio y de toda una sociedad. 

 

Ángel Vázquez, consejero de Promoción Turística del Cabildo de Lanzarote

 

La mejor promoción: generar confianza a nuestros turistas

 

La situación generada por la Covid-19 ha sumido a la isla de Lanzarote en unas circunstancias inéditas y sin precedentes en toda nuestra historia turística. Quién nos iba a aventurar a toda la sociedad lanzaroteña que íbamos a padecer la pandemia que se nos avecinaba y, sobre todo, cuál iba a ser el alcance y las lamentables consecuencias que este maldito virus ha traído y que nos está golpeando duramente en el terreno sanitario, económico, social, laboral y empresarial. Imposible haberlo previsto a primeros de este 2020, cuando Lanzarote se encaminaba con determinación, un año más, a seguir dando pasos firmes en la promoción y consolidación de un destino de calidad, sostenible y único en el mundo, debido a sus extraordinarios y diferentes atributos muy apreciados por todos nuestros mercados.

Por supuesto que es cierto que esta crisis supera con creces el ámbito insular, regional y estatal, pues los efectos de la Covid-19 han dinamitado cualquier previsión en torno a la industria turística mundial, pero no por ello debemos dejar de actuar e impulsar cuantas medidas y acciones estén a nuestro alcance, desde todas las administraciones implicadas, para que la isla inicie cuanto antes el camino de salida hacia la recuperación turística.

Más allá de la indudable conveniencia de diversificar el tejido productivo insular, para bien o para mal, a diferencia de otros destinos insulares y nacionales, la realidad se nos impone: en la actualidad Lanzarote depende en su práctica totalidad del Turismo, y ahora mismo es tiempo de actuar y tomar medidas que impidan la lenta agonía de nuestro primer y principal motor económico productivo: la industria turística local y todos los sectores asociados a la misma.

La urgencia de la situación requiere de la unión conjunta y el trabajo coordinado de todos los actores y sectores afectados por esta crisis para actuar sin demora y con contundencia, a fin de aprovechar la oportunidad que nos otorga nuestra benevolencia climática ante el inminente cierre de otros destinos competidores en los fríos meses que se avecinan. Es el momento de adoptar respuestas realistas y efectivas que además contemplen las propias características de la isla como destino.

Vuelvo a insistir una vez más: para Lanzarote, recibir entre 20.000 y 25.000 turistas al mes supondría la salvación del sector, y aunque estaríamos lejos de la situación boyante de años anteriores, impediría la lenta agonía de un sector empresarial y laboral muy afectado por la crisis, al tiempo que evitaríamos el hundimiento de nuestra economía.

Desde hace seis meses, nada más irrumpir la pandemia, en numerosas ocasiones y en todos los foros, he reclamado la necesidad de intensificar las acciones diplomáticas y de toda índole que sean necesarias para proceder a la apertura de corredores sanitarios seguros entre algunos de nuestros principales mercados turísticos y la isla de Lanzarote, tal y como nos confirman las numerosas y frecuentes reuniones que mantenemos con turoperadores y los diferentes organismos de Turespaña en las principales capitales europeas. Irlanda, sin ir más lejos, es uno de ellos, por poner un ejemplo, aunque no el único. Este mercado, junto con el británico, es un auténtico enamorado de la isla que nos echa de menos y lleva aguardando a que se flexibilicen las medidas de cuarentena sanitarias y se facilite la posibilidad de viajar, para poder volver a visitarnos y disfrutar de la isla.

Todos y cada uno de nosotros debemos ser conscientes, ahora más que nunca, de que el objetivo prioritario y más importante es generar confianza en nuestros principales mercados turísticos. Pero proporcionar confianza y tranquilidad por parte de un destino, no significa en modo alguno colgar el cartel de “Covid free”, ya que lamentablemente eso es imposible hasta que la vacuna sea una realidad accesible para la mayoría de la población o, al menos, hasta que se encuentren tratamientos que impidan la mortalidad de la enfermedad.

Generar confianza lo que sí implica es ofrecer todas las garantías a nuestro alcance para que cualquier persona que venga a Lanzarote se sienta segura al saber que el destino actúa de forma rápida y eficaz, con un sistema sanitario del primer orden como el que tenemos y con el establecimiento de todas las medidas óptimas que en este momento puedan ser aplicadas y puestas a disposición.

Quiero recordar que desde el primer momento Lanzarote y La Graciosa fueron las únicas islas en las que implantamos un plan insular de acción propio con un protocolo muy riguroso que nos está permitiendo detectar de forma efectiva cualquier posible contagio y actuar en consecuencia. Pero también, como vengo insistiendo desde hace meses, ya es inaplazable proceder a comenzar a realizar los test PCR en destino a todos los turistas y viajeros que lleguen a la isla, tanto nacionales como internacionales, como una medida adicional de seguridad, y en definitiva, como una medida propia de un destino líder y consolidado como lo es Lanzarote.

En el momento de escribir este artículo, estamos pendientes de la reunión que mantendrán este próximo lunes, día 28 de septiembre, los ministros de Turismo de la Unión Europea, a fin de determinar el protocolo que se seguirá en cuanto a la realización de PCRs – u otra prueba igualmente eficaz, más rápida, más barata y menos molesta, siempre que esté avalada por las autoridades sanitarias - de entrada y de salida a los turistas. Una fecha clave que debería poner fin a la incertidumbre y la inconcreción con la que estamos viviendo, tanto los destinos como el sector turístico, el próximo comienzo de la temporada de invierno. Muchos establecimientos alojativos esperan como agua de mayo la puesta en marcha de medidas contundentes y el anuncio de fechas concretas para no verse abocados, lamentablemente, a echar el cierre de forma inmediata.

A lo largo de toda esta crisis he echado de menos el establecimiento de una sola y única normativa común dentro de la Unión Europea en materia de medidas de sanitarias para viajar entre los países miembros, pero tristemente a día de hoy creo que sigue siendo un fracaso de la política intercomunitaria europea, del que todos los países nos debemos sentir responsables, máxime un momento como el actual que requiere de medidas extraordinarias y reglas de juego comunes en Europa, para salir entre todos más fortalecidos.

Aun así, con todo lo dicho anteriormente, insisto en que la mejor inversión y promoción que podemos hacer en estos momentos es en seguridad que genere confianza en nuestros turistas, de forma que todas las medidas que se impulsen podrían caer en saco roto si no continuamos en la línea de frenar, de forma drástica, la curva del nivel porcentual de contagios que se han producido en la isla desde agosto. La industria turística ha revelado toda su vulnerabilidad ligada a un terreno extremadamente cambiante y sujeto a diario a la evolución impredecible de la pandemia y al acierto de las acciones que llevemos a cabo entre todos.

Por ello, es evidente la necesidad del endurecimiento de las sanciones, pero sobre todo es absolutamente imprescindible la concienciación ciudadana y el compromiso individual de la población lanzaroteña, pues ahora mismo todos somos corresponsables para salir de esta crisis sanitaria y económica y es indispensable actuar con enorme responsabilidad para proteger nuestra salud y del resto de las personas.

No obstante, hay que resaltar que los últimos datos de la evolución epidemiológica en la isla nos invitan a ser moderadamente optimistas: afortunadamente la curva de contagios en Lanzarote ha ido descendiendo paulatinamente y hemos pasado de más de 330 contagios por cien mil habitantes, que fue el pico de la pandemia alcanzado el pasado 9 de septiembre, a los poco más de 95 casos registrados por cada cien mil habitantes, a fecha del pasado jueves, día 24.

Aunque estamos lejos aún de la ratio que establecen los principales mercados emisores (50 contagios por cien mil en el mejor de los casos como es Alemania), el descenso de la curva es un indicador alentador, pero será una condición irrenunciable seguir reduciendo drásticamente la cifra para poder iniciar lo antes posible el camino de la recuperación y volver a obtener la confianza de nuestros principales países emisores de turismo, flexibilizando sus restricciones hacia nuestro destino.

La dureza de la situación no es incompatible con mantener la esperanza, si tomamos al toro por los cuernos. En este sentido, contamos con un sector turístico empresarial, profesional y laboral maduro y lleno de buen saber hacer, que colabora con gran responsabilidad, esfuerzo y sentido común, como siempre lo han demostrado. Contamos con excelentes profesionales sanitarios, llenos de vocación, que no escatiman esfuerzos ni tiempo, en atajar la enfermedad y en protegernos a todos. La población lanzaroteña ha demostrado su capacidad de resistencia, de avanzar y adaptarse a las dificultades de un lugar tan bello como inhóspito, una población que tuvo que enfrentarse a condiciones adversas y a veces muy extremas en una isla que nunca se lo puso fácil.

Sin embargo, la historia nos demuestra que nuestras generaciones pasadas supieron salir adelante venciendo obstáculos, y abriendo caminos y oportunidades donde inicialmente sólo había adversidades. No me cabe duda de que lo volveremos a hacer y que saldremos adelante. Pero no nos engañemos: será como siempre ha sido, con la responsabilidad y el esfuerzo conjunto de todos.

Salud segura, turismo seguro

Acaba de llegar el otoño y en las Islas Canarias todos empezamos a manejar una ecuación con dos variables: la salud pública de la población y la temporada turística de invierno, que dará comienzo dentro de pocas semanas. Cuando digo todos no excluyo a nadie, desde las administraciones públicas a las empresas turísticas, pasando por las y los trabajadores desempleados afectados por expedientes de regulación temporal de empleo. En Canarias confiamos en el futuro inmediato porque nos jugamos mucho. Todo, en realidad.

Por eso mismo, nos hemos conjurado en garantizar la salud pública, porque sin ella no es posible recuperar la actividad económica y el empleo. Creo sinceramente que, en esto, cada parte está cumpliendo con su responsabilidad, lo que nos permite encarar los próximos meses con moderado optimismo. Una salud pública segura en el Archipiélago canario es sinónimo de turismo seguro durante el otoño y el invierno, siempre y cuando mejore la situación epidemiológica en los países emisores, como es natural.

En esta misma dirección se mueve la patronal turística, que defiende la puesta en marcha de corredores seguros para reactivar el turismo y evitar la pérdida de la temporada invernal. En efecto, coincido con la patronal en la propuesta de iniciar un  proyecto piloto con Canarias con carácter inmediato, lo cual podría aportar soluciones para que aquellos destinos que alcancen los objetivos sanitarios establecidos puedan implantar sus propios corredores, con independencia del segmento turístico donde se ubiquen.

Desde mi punto de vista, para que la operación sea exitosa resulta indispensable la coordinación para la realización de pruebas sanitarias fiables y rápidas a los viajeros, tanto a su entrada como a su salida de los aeropuertos y otros medios de transporte. Sólo así, con seguridad, se podrían eludir las cuarentenas y las recomendaciones negativas que ponen en peligro la temporada de invierno y la supervivencia de muchas empresas y puestos de trabajo, tanto en las Islas como en la Península.

Pero, no hay que perder de vista que la garantía de salud pública y la puesta en marcha de la temporada turística de invierno nos permitirá encarar con mejores expectativas el Plan para la Reactivación Social y Económica de Canarias, que prevé una inversión inicial de 5.725,7 millones de euros hasta 2023, tan solo en recursos públicos. De la manera que se está haciendo, con unidad y amplio consenso público-privado, venceremos a la pandemia y fortaleceremos los servicios básicos, como la sanidad, la educación, los derechos sociales y la vivienda, de manera que nadie se quede atrás por esta crisis inesperada y global, sobre todo los colectivos más vulnerables.

Garantizar la salud pública de la población y arrancar la temporada invernal con unidad y amplio consenso público-privado es lo que se aprecia, asimismo, en Lanzarote y La Graciosa, las dos islas a la que me debo en primer lugar. Los esfuerzos conjuntos y coordinados del Cabildo de Lanzarote y los siete ayuntamientos, y el fluido diálogo y la estrecha colaboración que se observa en estos momentos entre el sector público y las organizaciones turísticas es una senda que nos debe permitir superar esta adversidad, y que jamás debe abandonarse, mientras mantenemos abiertos los Centros de Arte, Cultura y Turismo como un poderoso símbolo de esperanza colectiva.    

El gran milagro de los Centros Turísticos

 

Pedro M. San Ginés Gutiérrez*

 

Tras la rueda de prensa sobre los supuestos beneficios de los CACT en plena pandemia, solo cabe concluir que ha obrado un milagro con un nombre propio y una culpable: Benjamín Perdomo y Loly Corujo, respectivamente, que son los artífices del mentiroso milagro para tapar el gravísimo error económico —que pagamos todos, por cierto, de no aplicar un ERTE de libro en la empresa pública.

Para quienes tenemos un mínimo conocimiento básico sobre contabilidad (ni siquiera pido una profunda formación contable como requeriría el cargo de gerente de los CACT), supone un gran esfuerzo evitar ruborizarse, más allá incluso de los límites de la vergüenza ajena, al tener que escuchar las ridículas explicaciones ofrecidas por Benjamín Perdomo, consejero delegado de los CACT, a cuenta de la situación económica de la empresa pública.

Lógico por otra parte, al tratarse de una persona sin más mérito ni formación para el cargo que bailar el agua a la presidenta del Cabildo, sin aportar un solo proyecto, e intentando ejecutar, de momento con escaso éxito, la única misión que tiene encomendada al frente de los CACT: intentar destruir a cualquier precio a los adversarios políticos que tanto teme la jefa.

En qué cabeza cabría, de otro modo, “vendernos” que los Centros Turísticos puedan dar beneficios tras pasar tantísimos meses prácticamente sin ingresos y, lo que es peor, sin haber reducido un solo céntimo del capítulo de Personal; el mayor de los costes fijos de la empresa pública. Un beneficio de imposible explicación, cuando lo más sencillo habría sido, tal y como propusimos desde CC-PNC, acogerse a un ERTE, que habría permitido a los trabajadores seguir cobrando el 100% de su salario y liberar fondos para destinar ayudas económicas a pymes y autónomos.

Seguro que no les darán la receta del milagro a los miles de trabajadores y empresarios del sector, que están siendo gravemente afectados y saben que no existe más milagro que la competencia desleal que supone soportar con cuantiosos fondos públicos las terribles pérdidas en que incurrirán los CACT, por la cabezonería de la señora presidenta, mientras muchos de ellos inevitablemente tendrán que cerrar sus negocios.

Ahora va a resultar que con menos turistas —cero en varios tramos de los últimos meses—, es decir, con un brutal desplome del los ingresos y sin ahorrar un céntimo en personal como hace todo el país, hemos obtenido beneficios porque ahorramos mucho en proveedores de género. Lo dicho, la personificación de la incapacidad.

Como toda empresa, los CACT tiene costes fijos y variables. En este caso, los más elevados son los fijos, correspondientes al Capítulo I de Personal; unos 13 millones de euros anuales que, antes de la pandemia, suponían un 50% de los ingresos y ahora, como poco, el 70%. Pues bien, es precisamente en ese tremendo gasto fijo, por cuya contención ha clamado todo el país exigiendo los ERTE, donde por orden de Loly Corujo hemos gastado millones de euros de más que, de haberlos ahorrado, sí que habrían disparado los beneficios de los CACT ahorrando a su consejero delegado el trago de hacer el ridículo públicamente.

A todo esto, el falso pretexto ha sido que, según sus inexistentes informes, las empresas públicas no pueden acogerse a este tipo de medidas de protección o el igualmente falaz argumento de que lo prohíben los estatutos. Por ello, vuelvo a pedir a la presidenta que haga públicos esos informes o, de lo contrario, admita su enésima mentira.

Por otro lado, tenemos los costes variables y entre ellos el principal es el de proveedores, que en el caso de los CACT proveen básicamente de género para las tiendas y restaurantes y su facturación depende, obviamente, del volumen de negocio. Es decir, desde el origen de los tiempos, se trata de género que se compra a un precio y se vende a otro superior para obtener beneficio. Al menos era así hasta que llegó el consejero de la presidenta a los CACT y reeditó el milagro de los panes y los peces.

La realidad es que los milagros no existen y los CACT no han ahorrado un céntimo de euro en proveedores. Lo que lamentablemente ha ocurrido es que el volumen de negocio, es decir las ventas de restaurantes y tiendas, se ha desplomado por falta de clientes y obviamente se han reducido los pagos a proveedores. Sencillo de entender. Para casi todos.

A todas estas, tras catorce meses, seguimos sin tener acceso a las cuentas de los CACT a que tenemos derecho como miembros del Consejo de Administración, y seguimos sin conocer desde marzo, y por primera vez en décadas, las estadísticas de recaudación que esconden. Todo para que este gobierno pueda continuar con esta huida hacia adelante, esta embustera puesta en escena para que nos olvidemos del ERTE, pero sin aportar nada, ni un balance o una cuenta de resultados, sin facilitar nada de la información que están obligados a llevar al Consejo de Administración. Nada más que humo y un cuento que ya ni siquiera se tragan los más crédulos.

¿Qué pensarán los cientos de propietarios de restaurantes y tiendas cerradas en Lanzarote? Negocios que nada compran y nada venden y, por tanto, nada pagan a sus proveedores. Se deben echar las manos a la cabeza cuando escuchan, nada menos que a todo un gerente de los CACT, asegurar, en la antología del disparate, que la caída de facturación de proveedores supone un gran ahorro. Pequeñas y medianas empresas que tienen a su personal en ERTE y aun así algunas apenas resisten y otras tienen que cerrar, mientras los Centros Turísticos mantienen el 100% de la plantilla con millones de euros de todos los lanzaroteños que el Gobierno insular bien podría destinar a ayudas para pymes y autónomos como hace el resto de cabildos, y sin perjudicar en nada —más bien todo lo contrario— a la plantilla de los CACT.

A pesar de todo, las pymes y autónomos de Lanzarote pueden estar tranquilos ya que la presidenta también anunció —sin ponerse colorada— que “en los presupuestos del próximo año 2021”, cuando muchos ya no existan, también se acordará de ustedes.

 

*Pedro M. San Ginés Gutiérrez es portavoz de Coalición Canaria-PNC en el Cabildo de Lanzarote

CC-PNC denuncia que el Ingreso Canario de Emergencia “es un fiasco”

Valido: “Ni ha llegado a quien lo necesita ni cubre las necesidades de las familias que lo han ingresado

 

Para los nacionalistas la única medida del Gobierno canario para atender a los mas vulnerables “es un fracaso”

 

 

CANARIAS a 17 de septiembre de 2020.-

 

Coalición Canaria-PNC denuncia la incapacidad del Gobierno de Canarias para cumplir sus propios acuerdos y convertir así el Ingreso Canario de Emergencia en un “fiasco” que no solo no ha llegado a quien lo necesita sino que, además, tampoco cubre las necesidades de las familias que lo han ingresado.

Para la diputada nacionalista, Cristina Valido, “es alarmante” que la única medida del Gobierno canario para atender a los más vulnerables “sea un sonoro fracaso” y no esté “cumpliendo los objetivos que se habían marcado” debido a la incapacidad de la administración pública y la brecha digital “ya que la medida ha carecido de servicios presenciales a las familias y han basado su relación con el administrado en servicios telefónicos y digitales a los que la mayoría de la población vulnerable no ha tenido acceso”.

Valido señala que la información a los potenciales solicitantes “ha brillado por su ausencia” y advierte que “a fecha de hoy el porcentaje de personas que pudieron recibir esta ayuda debería escandalizar a un gobierno con un poquito de vergüenza y responsabilidad” a lo que se añade que “mucho más elevado es aún el porcentaje de familias que ni siquiera se enteró”.

Para la diputada “el gobierno del nunca vamos a dejar a nadie atrás y del ‘paraguas social’ no ha hecho otra cosa que dejar a personas en el camino sin que nadie haya reconocido su ineficacia” ni se hayan preocupado “en dar la cara ante las familias decepcionadas a las que solo queda contar con el apoyo del tercer sector”.

Valido asegura que la gestión del Ingreso Canario de Emergencia “ha sido tan nefasta” que la mayoría de la población “no la solicitó siquiera por quedar fuera al no cumplir con los restrictivos criterios en el perfil para la concesión” que tomó el mes de marzo como referencia cuando ese mes la gran mayoría cobró la mitad de la nómina puesto que el estado de alarma comenzó el día 14.

“Cuando las familias empezaron a ver que se quedaban sin sus ingresos mensuales”, prosigue la nacionalista, “ya el plazo se había cerrado pues solo se habilitó un mes para solicitarlo cuando la debacle social apenas comenzaba”. “Así”, añade, “cuando las cosas se pusieron mal de verdad ya no era posible pedir esa ayuda "puntual" que a los beneficiarios resolvió poco sin más posibilidades desde entonces”.

Para la diputada “esta fue y es la única medida de un Gobierno de Canarias que se atrevía y atreve a llamarse pionero en España en el establecimiento de una "ayuda puntual de emergencia" que en todo el Estado se ofrece de manera más constante a las familias desde casi todas las administraciones desde que existen los servicios sociales”.

La cultura no se confina, 17 de Septiembre Alerta Roja.

 

Siempre se ha hablado de la cultura como motor contra la ignorancia, como nave de la igualdad, como punta del iceberg de la educación, y no les falta razón a los que defendemos esta noble y distinguida materia de forma tan apasionada.

 

A la cultura siempre se le han puesto etiquetas y siempre se la ha tratado de encasillar en bandos y/o status sociales, a la cultura se la recorta en tiempos de crisis, la cultura siempre es el último eslabón pero nada de ello empaña su fortaleza para navegar por esas turbulentas y desgraciadas aguas.

Pero aún así, no podemos dejar que eso vuelva a pasar, no podemos dejar que eso vuelva a suceder, estamos ante una oportunidad única de decirle al mundo que la cultura es vida, es educación, formación, la mejor aliada para desarrollar nuestros sentidos, nuestras emociones y que es la fuerza que mueve el planeta.

La cultura es necesaria siempre, en las bonanzas y en las desdichas, la cultura es el mejor arma contra los intolerantes, contra la ignorancia, la cultura enseña, forma, prepara, tiene capacidad de análisis, de crítica, se adapta, presenta innumerables formas, no es monolítica, es de una riqueza incalculable.

Y es que; la cultura genera progreso en todas sus manifestaciones.

Ahora en tiempos de la COVID19 y ante el nuevo rebrote que vivimos, la cultura puede ser refugio para aquellos que pierden esperanza, para los que necesitamos ver una salida, y es luz también para aquellos que viven de la misma, a los que no podemos abandonar, multitud de autónomos y microempresas, artistas, representantes, etc etc.

El esfuerzo por digitalizar el acceso a la cultura se tiene que desarrollar aún en las administraciones públicas, afortunadamente en el ámbito privado esto ya es un hecho. Por ello, y para garantizar el acceso hay que articular nuevas fórmulas de entrada desde toda institución.

El estado debe atender las reclamaciones del manifiesto que se leerá hoy en la manifestación de Alerta Roja, donde se incluye la necesidad de reconocer al sector del espectáculo y los eventos por parte de instituciones y administraciones públicas como un sector "especialmente perjudicado" por el coronavirus y "prioritario", cosa con la que este concejal está totalmente de acuerdo. Además, piden la creación "inmediata" de una mesa sectorial. Asimismo, piden una "reactivación inmediata" de las agendas culturales y de eventos de las administraciones públicas, "bajo el estricto cumplimiento" de todos los protocolos. Y secundo esta reivindicación, estando totalmente a favor de reactivar la cultura en nuestro municipio, con todas las medidas de seguridad y el cumplimiento estricto de los protocolos sanitarios.

 

Desde el Ayuntamiento de Yaiza, con el ánimo de seguir generando valor añadido cultural a nuestro pueblo, a nuestros vecinos y vecinas, estamos trabajando en herramientas que acerquen la cultura a cada uno de los hogares porque para nosotros, incluso en estos tiempos, la cultura no se confina.

 

 

Daniel Medina concejal de Cultura

Ayuntamiento de Yaiza.

Basta ya de inmigración sin control

 

Pedro M. San Ginés Gutiérrez*

 

La problemática de la inmigración sin control no es nueva ni en Lanzarote ni en Canarias y, por tanto, no ahondaré en la cronología de la misma (pueden consultar el balance que, recientemente, hizo con bastante acierto mi compañera y secretaria general Migdalia Machín: https://cclanzarote.wordpress.com/2020/09/07/ruta-atlantica-africana); pero es indudable que el Estado debe atender de manera inmediata la que es su responsabilidad y competencia directa si realmente quiere evitar una situación que ya es del todo insostenible porque el problema de la inmigración no será nuevo, pero las circunstancias socio-económicas derivadas de la crisis del Covid-19 sí que lo son y, por tanto, estamos ante un polvorín social de imprevisibles consecuencias por la alarma que se está creando en toda Canarias ante la pésima gestión del problema por parte del gobierno central sin que podamos prever, con la bonanza del mar en estas fechas, cuántas personas continuarán arribando a nuestras costas en las próximas semanas.


No me voy a detener en qué cuota de corresponsabilidad habrán tenido los distintos gobiernos de Canarias por no exigir y lograr que el Estado hubiera dispuesto medidas y dotado a Canarias de los recursos necesarios como puerta de entrada a Europa para hacer frente a este problema con inmediatez, porque eso será siempre discutible y además no resuelve la urgencia, una vez desmantelados los Centros de Internamientos de Extranjeros (CIE) que sí hubo. Lo que no es discutible es que, tanto la obligación de atender la primera acogida de estas personas como la de implementar medidas que eviten el problema en el medio y largo plazo, es indudablemente del Estado y, por tanto, de los sucesivos gobiernos, presididos ya sea por el PP o PSOE, que siempre han dispensando a Canarias un trato neocolonialista que parece preferir consolidarnos como una suerte de reserva de inmigrantes que aleje el problema del territorio continental. Por eso, hay que decir de una vez ¡basta ya!, como están haciendo Fernando Clavijo y Ana Oramas en el Senado y el Congreso de los Diputados, respectivamente. Por cierto, los únicos que han levantado la voz en este sentido.


Por descontado que quienes logran llegar a nuestras costas dejando su país y familia en busca de una vida mejor no han cometido más pecado que ese y debemos darles el trato más digno posible, sin alimentar el peligroso caldo de cultivo de la xenofobia y el racismo al que tan dadas son las redes sociales, pero en paralelo debemos evitar a toda costa esta inmigración irregular sin control alguno.


El Gobierno de Canarias debe zafarse de la sumisión en que está instalado, dar un golpe sobre la mesa y exigir sin paños calientes que el gobierno central ponga de una vez por todas este problema de Estado en lo más alto de la agenda política española y europea, o seguiremos parcheando soluciones de manera cíclica sin resolverlo. Claro que en el medio y largo plazo esto pasa por tomar muchas medidas, como la cooperación al desarrollo, desde luego, pero también la exigencia a Marruecos del control de sus costas, donde todos sabemos que pueden hacer muchísimo más, y por supuesto, el control de nuestras propias fronteras con un correcto funcionamiento del dichoso Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE), entre otras medidas.


En lo que se refiere a Lanzarote ­–y mas allá de la necesidad de que el Estado practique algo de la solidaridad interterritorial de la que presume, asumiendo y agilizando el traslado de inmigrantes, tanto adultos como menores no acompañados, a otras comunidades del territorio nacional, cosa que ahora se nos niega mirando a otro lado– el punto caliente del problema está, en estos momentos, en cómo y dónde seguir atendiendo la imprevisible avalancha que está arribando y presumiblemente continuará haciéndolo en las próximas semanas a nuestras costas.


Como se ha dicho antes por tanta gente, juraría que en todos y cada unos de los repuntes inmigratorios que hemos tenido, el Estado, al menos en Lanzarote, es propietario y por tanto tiene a plena y libre disposición, aunque sea a modo de CIE provisional, un recurso que fácilmente se podría habilitar para esa primera acogida como es el Batallón de Infantería de Arrecife con capacidad para albergar a más de 600 personas y con apenas unas decenas de militares en la actualidad. Como cuartel que es, por descontado que reúne condiciones infinitamente mejores para la vigilancia y control de grandes grupos de personas, que una nave a pie de carretera en las afueras de Argana o instalaciones en zonas turísticas.

 

El pretexto utilizado, no sé si por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, pero sí por el sumiso PSOE local, de que las instalaciones no son compatibles con ese uso por la presencia de armamento, no se lo creen ni ellos. Primero, porque el cuartel es inmenso y es muy sencillo compartimentar sus usos y accesos, y segundo, porque el escaso armamento que allí pueda quedar, seguro que estará a buen recaudo. No decimos que el “CIE provisional” lo atienda el ejército, que igual podría arrimar el hombro, pero sí que lo haga el ministerio con los medios humanos que se supone dispone en un hotel, una nave, o un CIE.

 

Bien es verdad que Pedro Sánchez ya demostró su falta de sensibilidad en su visita a la isla en 2018 cuando, siendo yo presidente del Cabildo, tuve que declarar la emergencia humanitaria por similares razones y no fue capaz de concedernos diez minutos al entonces presidente del Gobierno de Canarias y a mí para abordar tan grave asunto. La misma sensibilidad que ha mostrado esta semana el ministro del ramo cancelando una reunión con el actual presidente autonómico, según ha denunciado él mismo, aunque el ministro niega haber confirmado visita alguna en el colmo del despropósito. Con expresar “malestar” en nota de prensa, por “profundo” que este sea no es suficiente, señor presidente.

 

Basta ya de desprecio de unos y sumisión de otros. Canarias no merece este trato y necesita soluciones con urgencia.

 

*Pedro M. San Ginés Gutiérrez es portavoz de Coalición Canaria-PNC en el Cabildo de Lanzarote

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