Hallazgos en Timanfaya confirman el impacto del tsunami de 1755 en Lanzarote
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Mancha Blanca, en el corazón de Lanzarote, se convirtió ayer en un foro de reflexión y alerta sobre los desafíos que enfrenta Canarias ante fenómenos naturales y cambios climáticos. En el marco de las Jornadas de Geología de Timanfaya, organizadas para conmemorar el 50º aniversario del Parque Nacional, se abordaron temas clave como la amenaza de tsunamis, los efectos del cambio climático y el potencial geotérmico del archipiélago.
La amenaza del tsunami: una advertencia urgente
“Con un litoral lleno de ciudades e infraestructuras, Canarias necesita un plan de evacuación en caso de alerta por tsunami”, enfatizó Esther Martín, conservadora del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y coautora de la investigación sobre el tsunami de 1755 que impactó Timanfaya. Martín presentó hallazgos geológicos que confirman que olas de hasta 2,5 metros avanzaron 180 metros tierra adentro, dejando bloques de basalto como testigos del impacto en la costa.
Martín instó a la implementación de programas educativos para preparar a la población ante un evento de este tipo. “En otros lugares como Chile o San Francisco ya cuentan con planes de evacuación. En Canarias, necesitamos algo similar”, señaló. Aunque el Plan Estatal de Protección Civil reconoce que los maremotos son de baja probabilidad, su impacto puede ser devastador, particularmente en una región con infraestructura costera vulnerable.
El cambio climático y la erosión del litoral
Juana Vegas, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), expuso cómo el cambio climático afecta directamente a Timanfaya. “En los últimos tres años hemos perdido el sendero original del litoral debido a la erosión”, indicó. Este proceso es solo uno de los múltiples impactos observados en Canarias, donde el aumento del nivel del mar amenaza lugares de interés geológico. Un equipo multidisciplinar está creando una “lista roja” de estos sitios en riesgo.
El potencial de la energía geotérmica
El geólogo Rayco Marrero destacó la importancia de la geotermia como fuente de energía sostenible. En su ponencia, Marrero recordó el histórico sondeo Lanzarote 1, que en 1977 alcanzó los 2.700 metros de profundidad y confirmó temperaturas entre 300 y 600 ºC a solo 15 metros de profundidad, una de las mayores anomalías térmicas registradas a nivel global.
“La geotermia es una energía verde que ocupa poco espacio en relación con los megavatios que produce. Sería un objetivo estratégico para avanzar en la transición ecológica”, afirmó Marrero, destacando la necesidad de diversificar las fuentes de energía en un archipiélago donde solo el 20% de la electricidad proviene de fuentes sostenibles.
Un llamado a la acción
Estas jornadas subrayan la necesidad de actuar frente a las amenazas naturales y los cambios globales que impactan Canarias. Desde la implementación de planes de evacuación y adaptación hasta el desarrollo de energías limpias, los expertos coinciden en que la preparación es clave para mitigar los riesgos y garantizar un futuro sostenible para el archipiélago.