miércoles, 03 septiembre 2025

Ryanair vs. Aena: la pelea salpica a Canarias y Lanzarote pierde músculo

Pejeverde

Ryanair ha subido el tono y recorta un millón de plazas para el invierno (de finales de octubre a marzo) en España. Cuatro de cada diez asientos que desaparecen salen de Canarias: 400.000 menos, lo que deja al Archipiélago con un 10% de capacidad inferior a la del invierno pasado. Además, la compañía se va de Tenerife Norte en esa temporada y reduce fuerza en Lanzarote y Fuerteventura, dentro de un paquete que cancela 36 conexiones directas entre aeropuertos regionales y las islas.

La aerolínea lo atribuye a la subida de tarifas aeroportuarias y a la falta de incentivos en la red regional. El gestor de aeropuertos replica que, aun con este movimiento, el programa total de asientos de invierno sube en el conjunto de la red y que el ajuste de tarifas responde a la fórmula regulada. La verdad es que, más allá del cruce de argumentos, el golpe se nota aquí: en las islas, y muy particularmente en Lanzarote.

Para Lanzarote (ACE), el recorte no es un simple número en una hoja de Excel. Ryanair es uno de los grandes surtidores de turistas británicos e irlandeses hacia la isla. Con 400.000 asientos menos en Canarias, ACE sentirá presión en rutas punto a punto —sobre todo con Reino Unido e Irlanda— y en algunas frecuencias clave. Y es que el invierno, que para media Europa es temporada baja, aquí es nuestro agosto.

No es un gesto aislado. En verano ya hubo otro tijeretazo, de 800.000 plazas, y ahora la compañía redirige capacidad a Italia, Marruecos, Croacia y Albania. También cierra su base en Santiago y se lleva dos aviones; abandona Valladolid y Jerez; y recorta en la Península: -45% Zaragoza, -38% Santander, -16% Asturias y -2% Vitoria. Vigo queda en la lista de salidas a partir del 1 de enero de 2026. El mapa se recoloca y, casualidad o no, Canarias aparece en rojo intenso.

En el Archipiélago, el relato político ya está escrito: Ryanair acusa de precios altos; Aena defiende su marco y saca pecho con el balance neto de asientos. Mientras tanto, Binter, Jet2.com, Vueling, easyJet o Iberia Express son el resto del tablero. Si cada uno añade un poco, la herida sangra menos; si miran para otro lado, habrá sillas vacías en la puerta de embarque… porque el avión ya no viene.

Qué significa para el pasajero de Lanzarote
— Si tenías un billete y tu vuelo desaparece, la compañía debe reubicarte o devolverte el dinero. Al comunicarse con tanta antelación, lo habitual es que no haya indemnización adicional (la famosa regla de los 14 días). Conviene revisar la reserva y comparar alternativas en el mismo tramo horario. Un ejemplo sencillo: si tu ACE–Stansted directo cae, mira conexiones con escala o rutas cercanas (Gatwick, Luton) en la misma franja.

Qué significa para la isla
— Menos asientos en invierno empujan precios y ocupaciones. Los hoteleros harán números finos semana a semana; las instituciones, si son listas, activarán promociones quirúrgicas en semanas valle y protegerán frecuencias troncales con Reino Unido y Alemania. Esto va de conectividad negociada: los aviones vuelan hacia donde se sienten queridos… y rentables.

Y Aena, ¿segura?
— El gestor insiste en que el invierno será récord en el global. Bien. Pero si el Archipiélago soporta el 40% del recorte de la principal ‘low cost’, Canarias no comparte el “récord” por igual. Aquí la respuesta tendría que ser fina: incentivos selectivos, coordinación con cabildos y promoción exterior orientada a rutas concretas. Tradición de la casa: las islas salvan los muebles cuando alinean turismo, aerolíneas y calendario; cuando se desalinean, lo paga el pequeño comercio.

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