El litro(combustible) en Lanzarote, a 1,05 €; en las capitalinas, a 1,16 €
Pejeverde
El Boletín Oficial de Canarias publicó hoy la lista de islas que recibirán una bonificación especial al combustible entre julio y septiembre. Lanzarote brilla por su ausencia. En lugar de lamentarlo, Coalición Canaria (CC) sacó pecho: el precio de la gasolina en la isla es el más bajo del archipiélago –1,05 €/l frente a los 1,16 €/l de media en Tenerife y Gran Canaria, el umbral que activa la subvención.
Pedro San Ginés, secretario insular de CC, recordó que su partido logró en 2023 que se incluyera una “cláusula de seguridad” para Lanzarote y La Graciosa: si en algún trimestre los precios superan la media de las islas capitalinas, la bonificación se concede automáticamente. Por ahora, esta salvaguarda no ha sido necesaria, ya que el precio del combustible sigue por debajo del límite.
San Ginés resumió la situación con ironía: “Que sigan quejándose de que estamos excluidos; eso significa que seguimos pagando menos en el surtidor”. La directriz del Cabildo es clara: vigilar de cerca el mercado para evitar un vuelco en las estadísticas y, si es necesario, activar la ayuda sin tener que pedir favores, una frase que todavía escuece entre la oposición, que acusa a CC de “triunfalismo de bajo coste”.
Las opiniones de los consumidores están divididas. Algunos colectivos insisten en que cualquier ayuda, por pequeña que sea, alivia el presupuesto familiar. Otros sostienen que lo importante es el precio final, más allá de llevar la etiqueta de “isla subvencionada”. El descuento máximo anunciado para este trimestre es de 25 céntimos en El Hierro; incluso con esa rebaja, el precio allí seguirá siendo superior al de Lanzarote.
Mientras tanto, las gasolineras lanzaroteñas confirman que la batalla por los márgenes de beneficio continúa. Fuentes del sector reconocen que la competencia con las grandes superficies ha contenido los precios y, como efecto secundario, ha dejado fuera a la isla del programa de ayudas regionales. En ausencia de subvenciones, la receta local parece clara: “observar, comparar y, si hace falta, acudir al Parlamento”. Puede que sea una estrategia convencional, pero por ahora funciona.