Héroes del amanecer en El Reducto
S,Calleja
Debo reconocer un instante de confusión: al ver el titular «Arrecife licita», mi cerebro leyó «felicita». Y quizá no estaría de más. El Ayuntamiento ha sacado a concurso la limpieza de los aseos de la playa (159.861 € por dos años, con horario ampliado de 9.00 a 20.00), pero ni una línea dedicada a quienes ya dejan el entorno impecable antes de que salga el sol.
A las seis de la mañana, el único sonido que rompe el silencio es el de la criba: arrastra redes llenas de colillas, latas aplastadas e incluso restos de botellones. Tras ella avanza el barredor ; una pareja vacía las papeleras de la avenida Fred Olsen, y dos operarias con rastrillo afinan la orilla para que, a las nueve, la bandera azul luzca impecable. Desde este mes disponen de una hora extra diaria para barrer calles y arena: el nuevo acuerdo con Urbaser permite reforzar turnos y cubrir los fines de semana sin fallar.
Sin embargo, el amanecer trae consigo herencias poco decorosas. Hace semanas la sangre de una pelea a cuchillo manchó el paseo; los mismos trabajadores frotaron el pavimento mientras la ciudad dormía y la noticia corría por las redes. Fiestas, conciertos o simplemente un sábado caluroso se traducen en bolsas de residuos de muchos kilos que el servicio recoge antes de las nueve,.
La plantilla no solo lidia con la basura ajena, sino también quizás con un sueldo que no será del agrado de algunos de ellos.Aun así, cada amanecer vuelven, quizá porque la ciudad no les concede tregua y ellos no le fallan.
Ahora que se subastan más horas para limpiar los baños, convendría reservar diez minutos para aplaudir a quienes empuñan la escoba mientras otros miran el móvil. Un aplauso de verdad, no uno de protocolo. Porque sin su turno de alba, no habría bandera azul que resistiera ni contrato que alcanzara.