viernes, 15 noviembre 2024

Phillip Imhof: Culpable hasta que se demuestra su inocencia

S. Calleja

¡Ay, la justicia! Ese hermoso y delicado equilibrio entre la verdad y la ley que, en teoría, protege a los inocentes y castiga a los culpables. Un sistema diseñado para dar voz a quienes han sufrido y restaurar el orden en un mundo caótico. ¡Maravilloso! Sin embargo, cuando se trata de Phillip Imhof, nuestra amada y venerada justicia parece haber decidido tomarse unas vacaciones.

El pobre Phillip, o como a él le gusta ser conocido, "el hombre que se quedó solo con sus hijos después de que su exmujer intentó asesinarlos", está a punto de dar un paseo en la montaña rusa de la injusticia. ¡Qué entusiasmo! No, en serio. ¿Cómo podemos dejar de emocionarnos ante tal uso de absurdo?

Lo que comenzó en 2015 con una "incidencia" (así es como se llama ahora cuando tu pareja se convierte en un peligro para los hijos que comparten) y un juicio que terminó con la madre de sus hijos en tratamiento psiquiátrico, ha terminado con Phillip camino de la carcel. ¿Por qué? Ah, porque su exmujer se quedó que, antes de perder la razón, acusaría a Phillip de maltrato. ¿La evidencia? No gracias. Al parecer, en nuestro querido sistema judicial, las pruebas son opcionales.

La exmujer de Phillip consiguió que se anulase su juicio. ¿Cómo? Quizás fue una interpretación teatral conmovedora desde su cama en el hospital psiquiátrico, o quizás el juez necesite un poco más de drama en su vida. Quién sabe. El caso es que Phillip tuvo que enfrentarse a un segundo juicio, y esta vez, fue condenado. ¡Bravo! Otro golpe para nuestro valiente héroe. ¿La principal testigo? Una trabajadora social que se limitó a repetir la historia de la exmujer. ¿Y qué hay de Phillip? Bueno, parece que la palabra de un hombre que ha criado a sus hijos por su cuenta durante casi diez años no cuenta para nada.

Así que aquí está Phillip, a punto de entrar en la cárcel, dejando atrás a sus hijos que no entienden por qué su padre, el único progenitor que les queda, tiene que irse. Phillip lo llama una "gran injusticia", pero yo lo llamaría "la más descarada burla de la justicia".

Pero no teman, porque Phillip está luchando. Ha iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org y ha recurrido a su ingreso en prisión. Aún así, ha decidido hacer el ingreso voluntario en la cárcel para evitar complicaciones. ¿Suena contradictoria? ¿Absurdo? ¿Desesperado? Bienvenidos a la triste realidad de Phillip y tantos otros hombres que están en su misma situación.

 

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