domingo, 13 abril 2025

Del contrato al chantaje: Canal Gestión quiso intimidar a los alcaldes

S.Calleja

Lanzarote y La Graciosa dijeron basta. Tras más de una década soportando un servicio que ni fue eficiente, ni cumplió con los compromisos de inversión, ni redujo las alarmantes pérdidas de agua, el Consorcio del Agua de Lanzarote ha iniciado el procedimiento para rescindir el contrato con Canal Gestión. La decisión, aprobada por unanimidad en la Asamblea General Extraordinaria celebrada esta semana, se apoya en un informe demoledor elaborado por la técnica responsable del contrato y refrendado por el equipo jurídico del propio Consorcio.

“No podíamos quedarnos de brazos cruzados viendo cómo se deterioraba el servicio de abastecimiento de agua”, declaró tajante el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort. “Durante más de un año hemos trabajado en elaborar un informe jurídico minucioso y detallado para rescindir el contrato con Canal Gestión”.

La situación que describe el informe va mucho más allá de una simple mala gestión. Según los datos recopilados, Canal Gestión ha incumplido reiteradamente los compromisos esenciales del contrato firmado en 2013. Uno de los más graves: la infra inversión de 21 millones de euros respecto a lo previsto. Una cantidad que, en términos de infraestructura hídrica insular, puede suponer la diferencia entre garantizar el suministro o perpetuar los cortes.

Pero hay más. El contrato establecía que en cinco años se reducirían las pérdidas de agua al 30%. Han pasado más de diez, y las pérdidas se mantienen por encima del 56%. Una cifra inasumible para una isla que depende del agua desalada y donde cada gota cuenta.

“No sólo no han cumplido con el Plan de Explotación, sino que han dejado que el sistema se deteriore sin apenas mantenimiento”, explica el consejero de Aguas, Domingo Cejas, que subraya que el informe se apoya en auditorías de gestión, informes técnicos, controles de fugas, revisiones de depuradoras y un seguimiento pormenorizado del grado de cumplimiento inversor.

Del incumplimiento al intento de intimidación

El colofón a esta relación contractual fallida lo puso un burofax. En vísperas de la Asamblea que votaría la apertura del expediente de rescisión, Canal Gestión envió un escrito personalizado a cada alcalde del Consorcio. El contenido del mensaje, lejos de aclarar nada, fue interpretado por varios representantes públicos como una forma de “coacción” y “chantaje institucional”.

“Fue un intento burdo de usurpar la capacidad decisoria de los alcaldes y alcaldesa de la isla”, se afirma en la nota oficial del Consorcio. “Más que influir, reforzó nuestra unidad y determinación”.

El escrito de Canal negaba cualquier incumplimiento del contrato y responsabilizaba al propio Consorcio del deterioro del servicio. Una versión de los hechos que quedó desmontada tras la exposición del informe técnico-jurídico.

“Ha sido una labor de hormiguitas, revisar factura por factura, documento por documento. Pero al final el resultado es claro: la concesionaria no ha cumplido, y no ha colaborado en nada durante el proceso de revisión”, insistió el presidente del Cabildo.

Un futuro incierto, pero con las cartas sobre la mesa

Aunque la Asamblea ha aprobado también, con la oposición de Tías, San Bartolomé y Haría, el inicio de un procedimiento para adjudicar un nuevo contrato (condicionado a la finalización del expediente de rescisión), el futuro modelo de gestión no está cerrado.

“No significa que vayamos a volver a externalizar el servicio”, aclaró Betancort. “Tenemos un plazo de ocho meses y debemos tener todas las opciones preparadas, incluida la gestión pública o una empresa mixta”.

Lo que sí está claro es que Canal Gestión tiene diez días hábiles para presentar alegaciones. Luego, el expediente pasará al Consejo Consultivo de Canarias, que emitirá un dictamen no vinculante. Pero si no hay giros inesperados, el desenlace es evidente: la ruptura con Canal Gestión está servida.

Una relación contractual que empezó con promesas y terminó con fugas

El contrato se firmó en 2013 con la esperanza de mejorar la eficiencia, renovar instalaciones y garantizar un suministro estable y sostenible. Hoy, tras años de denuncias, cortes de agua, fugas inasumibles y una dejadez inversora flagrante, el Consorcio pone fin a una etapa que muchos califican ya de pesadilla.

“Nos prometieron agua, nos dejaron con goteras. Prometieron inversiones, pero nos dejaron las facturas vacías”, resume un técnico del Consorcio en conversación informal.

Mientras tanto, los vecinos de Lanzarote y La Graciosa esperan que el cambio no sea solo de nombre, sino de fondo. Porque el agua es vida, sí. Pero también es gestión. Y en este caso, la gestión se evaporó.

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