Dinamicemos la economía para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos
Fuente original: CCLanzarote
Emprender, innovar, y diversificar son verbos muy recurrentes en la jerga política. Los actores de la vida pública, da igual si de la vieja o la nueva escuela, los usamos cuando nos referimos a las acciones que las administraciones deben construir para mejorar la economía y todo lo que camina con ella: el empleo, su calidad y su repercusión en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
El problema aparece cuando estos términos se quedan en palabras vacías de contenido e ideas. Frases hechas que lo mismo sirven para quienes aspiran a ganar por primera vez la confianza de la ciudadanía, para quienes pese a sus muchos intentos nunca la han logrado o para quienes la han detentado históricamente aun sin haber resuelto los retos que les planteaba. Palabras programáticas, encadenadas al eslogan, que en el mejor de los casos no representan nada y en el peor nadie sabe cómo llevar a cabo.
Debemos crear nuevas formas para amplificar esas palabras desgastadas. Emprender, por ejemplo, supone incentivar, incrementar, investigar y, sobre todo, soñar. Es una acción de riesgo y de valentía. Un movimiento individual que se transforma en una marea coral. Lo público debe estar presente en esos procesos, porque requieren de incentivos de la administración. Es necesaria una administración que acompañe en el comienzo del camino a los padres y madres de ideas. Arrecife necesita de los emprendedores, de aquellos que deciden andar un camino distinto al habitual para desarrollarse. Una ciudad con más de 50.000 habitantes sólo puede avanzar de la mano de su gente. La administración local—la más cercana— debe coadyuvar en ese camino con planes específicos y asesoramiento profesional. Patronal, entes de derecho público, instituciones están llamados a ese acompañamiento para que el desarrollo sea sostenible, se ampare en trabajos de calidad y permita que la emprendeduría genere tejido social saneado.
Si queremos que Arrecife sea una ciudad para la convivencia, Arrecife debe ser una Ciudad de comercio. El ocio, las grandes superficies y las pequeñas industrias deben encontrar equilibrios positivos, pero sobre todo, en estos momentos, la gran riqueza de una capital es el pequeño y mediano comercio especializado. Arrecife debe ser una gran zona comercial abierta que se extienda desde los barrios al centro y desde el centro a los barrios. Una gran ciudad comercial en la que pasear, en la que ver, en la que comparar precios y productos constituyan también un aliciente. Una ciudad que desarrolle medidas concretas de dinamización comercial ininterrumpidas para las distintas zonas, una ciudad que propicie la especialización del pequeño comercio por sectores y zonas geográficas. Una ciudad que desarrolle estrategias integrales y no puntuales. Una ciudad cuya tarjeta de visita sea también un comercio amable, cercano y rodeado de otros servicios complementarios que lo hagan atractivo a los ciudadanos.
Arrecife debe facilitar, y no impedir, el acceso de residentes y visitantes a los comercios de la ciudad. El desarrollo de un Plan de movilidad contemporáneo, basado en un transporte público útil, bien dimensionado, circular y gratuito, que integre los barrios en la ciudad. Un Plan con peatonalizaciones pensadas y consensuadas desde la ambición, que faciliten la presencia ciudadana en las calles y el tránsito de menores y mayores. Y con una avenida abierta de nuevo al tráfico.
Debemos potenciar las zonas de ocio y perseverar en el cuidado de la gastronomía para nuestros vecinos: se trata de zonas genuinas e identitarias de nuestra ciudad, que deben servir como punto de encuentro pero también como polo tractor del comercio y el empleo en la Capital. Arrecife necesita una guía gastronómica que pueda orientar no sólo a nuestros visitantes sino a los miles de ciudadanos que cada día consumen en la Ciudad los productos de la Isla.
Debemos buscar la creación de nuevas zonas gastronómicas sin abandonar las que, como el Charco, han desarrollado por iniciativa de sus empresarios un potencial turístico y residencial en la Capital.
La administración local debe potenciar las sinergias y el asociacionismo del sector comercial para que se desarrollen, de la mano, las políticas municipales en la materia. El Ayuntamiento debe dejar de ser una administración que equivoca sus decisiones para convertirse en una administración que sirve de canal para que se tomen las mejores decisiones en cada materia. Se trata de construir los criterios profesionales que mejoren la oferta al cliente y la sensación de satisfacción de quienes «consumen Arrecife».
Arrecife debe potenciar la innovación y liderar la implantación de la tecnología en la industria turística. Debemos generar la confluencia de nuestros 50 años de experiencia en el sector y facilitar formación en materias tecnológicas e innovadoras. Sólo así podrá nacer un tejido profesional que aspire a exportar al mundo una forma de entender la industria en la que hemos sido pioneros. FERMINA y ESPACIO48 serán sólo el punto de encuentro de ese talento al servicio del desarrollo entendido a la manera de Lanzarote, desde la sostenibilidad y la excelencia. Lugares en los que compartir experiencias, abordar retos tecnológicos o recibir información y formación de los mejores profesionales y expertos en cada materia.
Hagámoslo. Potenciemos con acciones y políticas concretas la emprendeduría y la innovación, diversifiquemos los sectores económicos y lideremos sectores concretos diferenciados desde Canarias a Europa. Hagámoslo, dinamicemos la economía para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos.
LANZAROTICEMOS ARRECIFE