Medio Ayuntamiento al teletrabajo y la otra mitad en emergencia por la borrasca este jueves

Pejeverde
Este jueves 13 de noviembre, el Ayuntamiento de Arrecife funcionará a medio gas. Lo único que quedará abierto al público será el Registro Oficial. Todo lo demás —departamentos, oficinas, áreas administrativas— pasa a teletrabajo. La orden llega acompañada de la activación de un “retén especial” de 200 trabajadores municipales para atender incidencias y necesidades de la población durante el paso de la borrasca Claudia.
El comunicado oficial no menciona la palabra “cierre”, pero el efecto práctico es ese: una suspensión casi total de la actividad presencial. La medida se ampara en el Plan de Emergencias Municipales, activado ante las alertas por lluvias, viento y oleaje que afectan a toda Canarias. Arrecife, como el resto de las islas, está en modo preventivo.
El Ayuntamiento cuenta con una plantilla cercana a las quinientas personas. Si doscientas se destinan al retén de emergencia, la mitad del personal queda concentrada en labores de asistencia vinculadas al temporal. El resto, en teoría, seguirá operando por vía telemática. En la práctica, eso significa que la atención ordinaria al ciudadano queda reducida al mínimo y dependerá del acceso digital de cada vecino.
La nota institucional transmite dos mensajes simultáneos: tranquilidad y control. Pero entre líneas se percibe otro. Que el Ayuntamiento invita a no acudir. Que solo se acerquen quienes tengan que registrar algo urgente o quienes estén directamente afectados por los servicios de emergencia. Todo lo demás, pospuesto o desviado al canal electrónico.
Desde las cero horas del miércoles se han cerrado todas las instalaciones deportivas y actividades municipales al aire libre. Los puertos han paralizado su actividad y varios vuelos han sido desviados. El contexto meteorológico justifica la reorganización, pero el efecto interno es que la administración capitalina queda, de hecho, cerrada al público durante al menos un día completo.
No es la primera vez que una borrasca pone en evidencia la fragilidad del funcionamiento municipal. El Plan de Emergencias se activa, pero también evidencia la dependencia de la sede electrónica y el desequilibrio entre el discurso digital y la realidad de muchos ciudadanos que aún necesitan ventanilla. El Ayuntamiento responde con orden y previsión, sí, pero también con un repliegue que deja fuera a quienes no pueden o no saben teletramitar.
En resumen: Arrecife no se detiene, pero se encierra. Abre su Registro como símbolo de continuidad institucional, mientras el resto del edificio —y buena parte del personal— se vuelca en la emergencia. Una administración en guardia, que sigue funcionando, aunque con la persiana medio bajada.