lunes, 10 noviembre 2025

Este jueves podría refrescar Lanzarote lo justo para preparar la tierra sin euforias

Pejeverde

Después de meses de cielos limpios y campos agrietados por el infinito calor, Lanzarote mira al cielo con cierto alivio. No será una borrasca de las que transforman el paisaje, pero el anuncio de lluvias para este jueves 14 de noviembre ha activado el interés de los agricultores, siempre atentos a las pequeñas señales que el clima ofrece en una isla donde cada gota es casi un milagro.

El pronóstico no augura precipitaciones abundantes, pero sí la posibilidad de chubascos moderados durante la mañana del jueves, especialmente en el norte y el centro-norte de la isla. Las zonas cercanas a Haría, Teguise y las laderas del macizo de Famara podrían registrar algo más de actividad, mientras que el sur y el sureste, como es habitual, quedarán probablemente al margen del fenómeno. La lluvia será puntual y de corta duración, pero con temperaturas suaves y ausencia de vientos fuertes posteriores, existe una pequeña ventana para que la humedad penetre mínimamente en los primeros centímetros del suelo.

Para los agricultores, acostumbrados a trabajar en condiciones adversas, no se trata solo de agua: es una oportunidad. Este tipo de lluvias, las primeras serias después del verano, no cambian el panorama hídrico de la isla, pero sí pueden marcar el inicio del ciclo agrícola. Sirven para preparar el terreno, facilitar la germinación natural en algunos cultivos y reducir el polvo que castiga tanto a las plantas como a quienes las cuidan. Incluso puede servir como impulso para decidir el momento de sembrar o de ajustar los primeros riegos de la temporada.

 

En una tierra donde las precipitaciones anuales rara vez superan los 150 mm, que noviembre traiga entre 10 y 15 mm ya es motivo de atención. No es mucho, pero el campo lanzaroteño se ha forjado a base de adaptación y aprovechamiento. Con esta previsión en mano, muchos aficionados y profesionales ya se plantean tareas para recoger cada gota posible, desde preparar surcos hasta revisar aljibes .

La jornada del viernes, en cambio, se presenta despejada y con temperaturas en ascenso. Será, en todo caso, una tregua útil tras la humedad del día anterior. Si la lluvia llega con cierta dignidad, el viernes puede consolidar su efecto sin evaporarlo de inmediato.

En definitiva, no es una gran noticia, pero es una buena señal. Lanzarote no espera un aguacero, pero sí algo más valioso: la posibilidad de que el campo, por unas horas, respire.

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