Nuevas iniciativas en Timanfaya promueven el contacto directo con su entorno natural
PJ
El Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote, avanza hacia un modelo de visita sostenible que prioriza el contacto directo con la naturaleza y la divulgación de su riqueza geológica y ecológica. En una conferencia celebrada el pasado 25 de octubre, Pascual Gil, director-conservador del parque, detalló las estrategias actuales y futuras para la gestión de este espacio protegido.
Gil destacó que el 94% de la superficie de Timanfaya está designada como reserva, áreas cerradas al uso público para garantizar la conservación de sus valores naturales. Sin embargo, enfatizó la importancia de divulgar el conocimiento de estos ecosistemas a la ciudadanía. En este sentido, se han reforzado las visitas guiadas gratuitas por las rutas de Tremesana y del litoral, que permiten a grupos reducidos de visitantes explorar el parque acompañados por guías especializados. Estas iniciativas han alcanzado a 8.000 usuarios anuales.
Un estudio reciente reveló que los visitantes demandan más información y la posibilidad de realizar paseos durante su visita al centro turístico de Montañas del Fuego. En respuesta, el parque propone que el acceso al Islote de Hilario se realice en guagua, transformando el actual aparcamiento en una zona de paseo que facilite un mayor contacto con el entorno natural.
Además, se están implementando herramientas tecnológicas como una aplicación para registrar y geolocalizar incidencias medioambientales, y se ha elaborado un inventario de cultivos. En este ámbito, se están realizando estudios genéticos sobre variedades de higueras y se busca contactar con los propietarios para recuperar y mantener los 1.100 árboles frutales que aún existen en el parque. También se trabaja en proyectos de energías renovables y en la creación de un aula virtual que pondrá a disposición del público los trabajos de investigación realizados en Timanfaya desde su declaración como parque nacional.
En la misma jornada, la geógrafa Carmen Romero ofreció una ponencia sobre las 18 erupciones históricas de Canarias, resaltando la complejidad y diversidad de estos eventos. En particular, las erupciones de Timanfaya, que tuvieron el índice de explosividad más alto del archipiélago y generaron la mayor superficie cubierta por lava, ofrecen valiosas enseñanzas debido a su estado de conservación. Romero subrayó cómo, desde el siglo XVI, las autoridades canarias han gestionado las crisis volcánicas como calamidades públicas, implementando evacuaciones preventivas y medidas de observación, como la creación del primer observatorio volcanológico en la ermita de San Rafael de Teguise durante la erupción de 1824.