Fallo en el sistema: El atropello que arrebató la vida de un bebé y el silencio de la justicia
S. Calleja
Hace mes y medio, un tranquilo paseo se transformó en una pesadilla para varias familias en Lanzarote. Una bebé de solo cinco meses perdió la vida, y varias personas quedaron gravemente heridas, cuando Olivia Brown, bajo los efectos de alcohol y drogas, perdió el control de su vehículo y arremetió contra ellos. A pesar de la gravedad del incidente, la conductora sigue en libertad y no ha sido citada para declarar. Esta situación nos lleva a preguntarnos: ¿es esto justicia?
El 11 de marzo, la comunidad de Yaiza fue testigo de una tragedia horrenda. Familias que disfrutaban de unas vacaciones idílicas se vieron envueltas en un escenario de horror que cambiaría sus vidas para siempre. La pequeña víctima y sus familiares, que deberían estar explorando la belleza de la isla, se encontraron en cambio luchando por sus vidas en hospitales.
Tras el accidente, Olivia fue detenida, pero las autoridades la liberaron provisionalmente , posponiendo su declaración debido a un ataque nervioso que sufrió. El juez impuso medidas cautelares, como la firma periódica y la retención del pasaporte, pero la ausencia de prisión preventiva y la demora en la fijación de una fecha para su testimonio han dejado un amargo sabor de boca.
Imaginemos por un momento el dolor inmenso de los padres que perdieron a su bebé. El ver a la responsable caminando libremente por Playa Blanca, sin haber enfrentado aún la justicia, debe ser una fuente constante de tormento. La demora en el proceso judicial no solo les niega el cierre, sino que también socava su fe en el sistema de justicia. El dolor se agrava por la lentitud burocrática y la aparente falta de urgencia de las autoridades.
Es difícil no sentir una profunda frustración y desesperanza en una situación como esta. ¿Cómo es posible que después de causar una tragedia tan devastadora, la vida de la acusada pueda continuar con tan poca alteración? ¿Dónde está la empatía por las víctimas que aún lloran y luchan por encontrar algún sentido en su dolor?
La respuesta legal hasta ahora parece insuficientemente equiparada al grado de sufrimiento infligido. Este caso plantea interrogantes serios sobre la eficacia de nuestro sistema judicial y la protección que ofrece a los más vulnerables. Además, resalta la necesidad de un escrutinio público y reformas que aseguren que tragedias como esta no queden sin las respuestas y la justicia que merecen.