“FUERA MIEDO”: EL CABILDO BUSCA MÁS VALOR AÑADIDO Y MENOS VOLUMEN

Esta mañana ElPejeverde.com en Londres. Foto Presidente del Cabildo de Lanzarote
S.Calleja
Londres, WTM. Desde primera hora, elpejeverde.com en la inauguración del stand: la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, el presidente del Cabildo de Lanzarote, y al menos dos alcaldes —el de Tías y la alcaldesa de Teguise— en la foto de familia. A partir de ahí, agenda a destajo y pasillos con acento canario. Lanzarote ha venido a decir que no vale cualquier turismo.
Oswaldo Betancort lo resume de entrada: “Un año más aquí no se puede faltar. El turismo del Reino Unido es inmenso: Irlanda del Norte, Escocia, Gales e Inglaterra. No podemos dejarlo a un lado”. La frase es de manual, pero el giro está en la segunda parte de su mensaje: “Hablamos del principal país emisor de turistas en la isla… Pero esta World Travel es diferente: presentamos un estilo más sostenible, un destino donde hemos impulsado una campaña de concienciación para un turista que respete el medio ambiente, que nos ayude a regenerar espacios y que tenga un poder adquisitivo superior”.

El presidente insiste en que no es solo relato: “Esto lo estamos consiguiendo firmando acuerdos como el de ayer con British Airways, que sólo opera con ese tipo de turista, en destinos con camas de cuatro o cinco estrellas. Lanzarote está capitalizando ese cambio de cama”. El concepto, repetido en varios stands vecinos durante la mañana, es conocido: menos volumen, más gasto, menos presión sobre el territorio. O, dicho en román paladino, subir la vara del turista sin romper la fidelidad del mercado británico.
En la conversación, Betancort repasa el punto de partida: “Hace dos años cogimos un destino del que se hablaba de una palabra que a mí no me gusta: saturación. La imagen de Lanzarote en Reino Unido no era la de hoy. Con gestión hemos dado la vuelta a aquella situación”. Se le recuerda que el debate sobre “saturación” fue más amplio que una etiqueta y que parte de la crítica venía de casa. “Sin duda aquello ha cambiado —responde—, y menos mal. Se llegó incluso a frivolizar con el turismo inglés”.

Hay calendario por delante y músculo de feria: “Londres, luego Madrid y luego la ITB de Berlín. El Cabildo con las pilas puestas para afrontar las ferias más importantes del mundo”. La frase suena a compromiso y también a obligación. En estos pasillos, un apretón de manos vale una temporada si se cierra a tiempo.
El presidente introduce, además, el capítulo de reputación cultural y paisajística: “Venimos de Roma de coger ese galardón… Somos la única isla de Europa que está en este momento siendo Patrimonio de la Humanidad en su paisaje”. Lo menciona como refuerzo de marca: paisaje, campesinado, identidad. En resumen: vender sol y playa, sí, pero con pedigrí.
La tesis que se intenta vender al mercado británico es simple: Lanzarote quiere un visitante más consciente y con mayor capacidad de gasto, capaz de encajar con una planta alojativa que aspira a subir de categoría. “Estamos con nuestros profesionales a destajo para vender este cambio de modelo turístico que se está implantando”, remata. Cuando se le pregunta por los miedos que genera cualquier transición, Betancort baja la guardia: “Fuera miedo, fuera la autoestima baja. Tenemos que poner por delante un destino único en el mundo… buscando esa economía que necesitan nuestras familias, que es quien tiene que notar el beneficio del turismo”.

Entre stand y stand, la mañana deja estampas reconocibles: operadores británicos mirando cifras de ocupación invernal, hoteleros con agenda cerrada, y técnicos insulares preparando reuniones de última hora. El mensaje del Cabildo en Londres busca apoyarse en dos ejes: acuerdos aéreos con perfiles de mayor gasto y un relato de sostenibilidad que no se reduzca a una pegatina verde.
Betancort lo formula en términos de presencia exterior sostenida: “Estamos en Londres, en Alemania, en Madrid. Si tenemos que estar en La China vamos a estar, si tenemos que estar en Estados Unidos vamos a estar. Lanzarote tiene que estar donde se mueve el modelo turístico que necesita la isla”. El cierre, más coloquial, resume la urgencia: “Destino a destino, feria a feria, hay que estar presentes”.

Conclusión de pasillo: Lanzarote ha traído a Londres una propuesta de “menos masificación” y “más valor añadido”, apoyada en acuerdos con aerolíneas “premium” y en la promesa de un producto que sube de categoría. La realidad, como siempre, se medirá en reservas, ocupación y calidad del empleo en casa. Londres escucha. Lanzarote aprieta.