La indolencia del Cabildo: 20 años de roñería animal

S.Calleja
Sé lo que pueden estár pensando. "Otro iluminado que viene a hablar de perros y gatos cuando en la isla hay mil problemas más urgentes, desde la gestión del agua o la vivienda". Y tienen razón. Suena a demagogia barata, a lloriqueo de aprendiz de animalista mientras el mundo arde. Pero permítanme, solo un momento, señalarles el tamaño del rostro que hay que tener para vender esto como un compromiso, como una gran victoria. Porque, miren, no es demagogia; es una vergüenza. Es la prueba del algodón de dónde tienen las prioridades los que llevan veinte años sentados en el sillón del Cabildo, ya sean de CC, del PSOE, del PP, Podemos o de Nueva Canarias, que por aquí todos han untado el pan.
Miren la portada de este artículo. Miren esos ojos. Esos ojos perplejos, marrones y tristes, asomándose entre los barrotes de una jaula. Es el rostro de un podenco, uno de los tantos que han pasado por las manos de la protectora SARA. Ahora está cuidado, bien alimentado, gracias al esfuerzo titánico de esos héroes anónimos. Pero su mirada... esa mirada aún nos interpela, recordando el hambre, la sed, el abandono con el que seguro llegó a ese refugio. Parece preguntarnos: "¿De verdad? ¿Después de todo, después de diez, quince, veinte años de esto, es que no les da vergüenza?" Esa mirada es el resumen perfecto de la indignación animal, y la perplejidad humana, ante la racanería institucional que sufrimos en Lanzarote.
Me llega, con esa pomposidad tan nuestra, la noticia de que el Cabildo ha soltado 200.000 euros para las protectoras SARA y LanzaAnimal. Doscientos mil euros. Dos-cien-tos-mil. ¡Aplausos! ¡Confeti! ¡Qué generosidad, qué visión! Se te caen los lagrimones de la emoción. Pero permítanme ser el aguafiestas que les dice que esa cifra, que parece la panacea, es una auténtica roñería. Una miseria. Una auténtica mierda para tapar la boca de los que aún creemos en la decencia.
¿En serio, consejeros, presidentes y demás fauna política, se creen de verdad que 200.000 euros para la protección animal en una isla como Lanzarote, con las tasas de abandono que tenemos, es dinero? ¡Pero si eso es lo que se gastan en pintar de amarillo un tramo de piche! ¡En un semáforo nuevo! ¡No les da vergüenza? ¿No sienten un mínimo rubor al vender esto como un gran logro después de dos décadas viendo que aquí en Lanzarote somos un poco bastante "abandonadores"?
Mientras las protectoras, con voluntarios deslomándose de lunes a sábado, se las ven y se las desean para alimentar y curar animales, esta gente se permite otras alegrías. Es que manda huevos (disculpen). Si los cabildos escucharan a los ciudadanos de a pie, estoy seguro de que muchos, viendo el panorama de la "generosidad" política, les dirían lo mismo que ese niño(Guille) de Quino a la Señora:

Miren, si hablamos de gastos en tarjetas de crédito institucionales para los consejeros de turno, esas que les permiten pagarse lo que consideren sin dar muchas explicaciones, la cifra de 200.000 euros se queda en calderilla. ¿O es que los cafés de la mañana, los almuerzos de "trabajo" y los "pequeños" caprichos suman menos?
Y ni hablar de las reuniones absurdas en sitios de postín. ¿Recuerdan esa "cumbre" en los Jameos del Agua, con luces, sonido y un catering que ya lo quisieran para su boda? ¿Cuánto se fue ahí? ¿O esas invitaciones a periodistas de la península para dirigir tertulias en un lugar tan idílico que la factura dolería hasta al apuntador? Para eso sí hay presupuesto, ¿verdad? Ahí sí que no se mira el céntimo. Porque una tertulia bien pagada, en un entorno espectacular, da más caché que salvar a cien perros de la perrera.
También podríamos sumar los grupos de música que, con perdón, no valen un duro y nos cuestan un dineral, o las... bueno no sigo. Ahí el dinero fluye como el ron en una romería. Pero para... ¡ah, pero para esto sí que hay que mirar cada céntimo con lupa! Para lo esencial, para lo que realmente importa en una perrera: vacunas, pienso de calidad, medicinas, lejia, desinfectantes, barredores, fregonas, mantas, camas, jaulas, correas, bozales, chips, análisis veterinarios, operaciones urgentes, productos antiparasitarios, cepillos, champú, calentadores para los cachorros, toallas viejas, juguetes, y para sobrevivir dignamente durante un año! Ahí, ahí sí que les da el ataque de tacañería.
Así que sí, reconozco que soy un demagogo. Que quizás esto que les he contado de perros y gastos suene a ruido. Y, como escribía Víctor Fernández, el Salinero, en aquellas coplas que de la tradición oral, aunque no de la pluma original, nos llegó el verso de que "Las cosas que he contado / más bien por chispo / no es bueno que las sepa / el señor obispo." Pero, señores de CC, PSOE, PP, y NC, el mensaje que nos lanzan con su "compromiso" es claro como el agua.