sábado, 06 diciembre 2025

Basta de cifras y secretismos: San Bartolomé y Arrecife, el epicentro de la agresión territorial de Iberdrola (Pedro Hernández)

Por Pedro Hernández.

Cualquier sociedad mínimamente democrática y plural debe ser capaz de digerir opiniones y análisis distintos frente a un mismo tema. Sin embargo, en Lanzarote, observo con preocupación cómo los responsables públicos, aquellos que tienen la potestad de tomar decisiones que afectan al bien común, parecen olvidar la prudencia y la obligación de consulta.

El bien común, como nos recuerda la encíclica Laudato si', no es solo el interés de un grupo; es la Pachamama, es la biodiversidad, son nuestros horizontes, nuestros colores, la lluvia. Y, como cantaba René de Calle 13, "tú no puedes comprar el viento, tú no puedes comprar el sol". Este es el gran hándicap de los poderosos y de quienes les sirven: quieren negociar con aquello que es innegociable.

Una Transición Energética a la Medida de los de Siempre

El gran debate que se ha instalado en Canarias —y ahora, de forma agresiva, en Lanzarote— es la llamada transición ecosocial. Pero, ¿a quién sirve realmente esta transición? Mi análisis, basado en la realidad que vivimos, es que está al servicio del oligopolio energético: Iberdrola, Red Eléctrica y demás grandes corporaciones.

En Canarias, se ha establecido un modelo no escrito, no planificado, donde el supuesto "plan de transición a las renovables" no existe como tal, sino que son los caprichos de quienes están tomando decisiones en el ámbito autonómico, insular y municipal. Se informa positivamente cualquier proyecto que los grandes fondos internacionales o el oligopolio energético pongan sobre la mesa, calificándolo de interés general para, en esencia, robar nuestro suelo y regalarles nuestro viento y nuestro sol.

 

Lanzarote, hasta hace poco, había estado exonerada de este modelo centralizado. No participaba en esta cesión al gran capital. Sin embargo, esto ha cambiado. La firma de un protocolo entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo en julio, publicado en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) el 20 de agosto, ha abierto la veda.

La Opacidad y el Engaño del Suelo

Desde entonces, el debate se ha centrado en cifras ridículas. Hemos visto a responsables políticos enredarse con las cifras de ocupación: que si era el 4%, el 3%, el 1% y ahora el 0,23%. Me pregunto: ¿La clave de todo esto es con quién se ha consultado? La respuesta es clara: ni con la ciudadanía en general ni con los ayuntamientos. Las decisiones no se pueden tomar al margen.

Además, el marco jurídico es inexistente o, peor aún, es una excusa. La directiva comunitaria en la que se amparan no está traspuesta al ordenamiento jurídico español. De hecho, la Comisión Europea ha abierto un procedimiento de infracción al Reino de España por esta misma razón. ¿Cuál es el marco jurídico-político que sustenta estos acuerdos? No existe.

Lo que se silencia con el debate de las cifras de ocupación es la afección real. Un proyecto como el solicitado por una filial de Iberdrola para un millón de metros cuadrados entre San Bartolomé y Arrecife (zona de Montaña Mina) no solo "ocupa" ese suelo, sino que requiere subestaciones y líneas de evacuación. La afección es igual o superior, dañando el paisaje, la biodiversidad y las comunidades.

 

La Directiva Comunitaria, si se leyera y aplicara correctamente, exige utilizar los suelos antropizados, es decir, aquellos espacios que ya están intervenidos. Se trata de poner en marcha los techos ociosos de naves industriales, comunidades de vecinos o parkings. La transición debe beneficiar a los pequeños y medianos empresarios y a los ciudadanos, facilitando la creación de economía cercana, como está haciendo el Ayuntamiento de San Bartolomé con su comunidad energética, no entregándolo todo a las multinacionales.

Recuperar la Coherencia y el Planeamiento

Hemos puesto nuestros recursos, nuestras condiciones climatológicas y nuestros paisajes al servicio del capital internacional, primero con el turismo, y ahora con la energía. Los nuevos "mineros" de la industria energética van a llevarse aquello que justifica una parte significativa de la visita turística.

Lo que exigimos, y lo que piden los cuatro alcaldes que no han sido consultados, es que se anule de una vez ese acuerdo del BOC del 20 de agosto. Queremos que los recursos del viento y el sol vuelvan a estar al servicio de la ciudadanía, contribuyendo a la economía local.

Necesitamos poner en marcha unidades técnicas que faciliten la burocracia para que ciudadanos y pequeños empresarios puedan incorporarse a la transición. Y, sobre todo, necesitamos hablar de planeamiento. ¿Dónde están la ficha financiera del Plan Insular de 1991 (con sus 20 mil millones de pesetas para ejecutarlo)? ¿Dónde están los 28 programas de la Reserva de la Biosfera aprobados en 1998?

¿Cuándo cesarán las palabras en Lanzarote? ¿Cuándo vamos a ser coherentes con la declaración de Reserva de la Biosfera?

 

No podemos seguir tomando decisiones en una "mesa de dos". Hay que abrir el ámbito de decisión a la ciudadanía, a la academia, a los vecinos, a los trabajadores. Hay que hablar, hay que ponerse de acuerdo y hay que ejecutar, no quedarse en la periferia.

Anulemos la solicitud de Iberdrola y hablemos del verdadero problema de fondo: ¿Vamos a seguir con un crecimiento turístico disparatado que aumenta la demanda de recursos, provoca colapsos y nos aleja del desarrollo sostenible? De eso es de lo que tendríamos que estar debatiendo para reducir los consumos y contribuir a un verdadero desarrollo planetario.

 

Pedro Hernández, activista y profesor

 

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