El viejo Mercadillo recupera vida con tradición navideña

Pejeverde
El Belén Municipal de Arrecife abrió ayer sus puertas en el viejo Mercadillo de la Calle Real, un edificio con solera que vuelve a tener uso tras años de abandono discreto. El Ayuntamiento estrenó allí su Nacimiento, obra de Tejure, el artesano que ya es parte del paisaje navideño de la capital.
El alcalde, Yonathan de León, y el teniente de alcalde, Echedey Eugenio, agradecieron al presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, la cesión del inmueble. Un gesto institucional sin suspense, pero que permite que el Belén gane espacio, luz y dignidad. La pieza, de 120 metros cuadrados y nueve áreas distintas, se adapta a un edificio que no fue pensado para estas cosas, pero al que Tejure ha sabido sacarle juego.
El montaje reproduce los símbolos de la isla sin caer en la postal fácil: volcanes, casas albeadas, chalanas, pueblos costeros, palmeras y el eterno picón. Una Lanzarote reducida a escala, reconocible sin necesidad de carteles. El propio Tejure admite los retos técnicos de trabajar en un inmueble histórico, pero defiende que la integración final “ha sido notable”.
A la inauguración acudieron representantes públicos, el párroco de San Ginés y un buen grupo de vecinos. Fueron los chinijos quienes abrieron las puertas del Belén, recordando que estas tradiciones sobreviven gracias a manos pequeñas que aún se ilusionan. El horario de visita será de 10 a 22 horas, salvo los días 24 y 31, cuando cerrará a las 17:00.