Salud pública en el foco: el PSOE pide dimisiones y el Cabildo defiende su gestión
Pejeverde
La Granja Agrícola Experimental del Cabildo entregó por error semillas de ricino creyendo que eran judías. El asunto ha desatado un cruce político inmediato: el PSOE habla de un hecho grave para la salud pública y exige dimisiones, mientras el gobierno insular sostiene que se trató de un fallo humano gestionado con rapidez, que se avisó a todas las personas que retiraron los lotes y que no ha existido riesgo para la población.
El Grupo Socialista reclama aclaraciones precisas —cuántos lotes salieron, a cuántas personas se entregaron y cuántos han sido ya recuperados y destruidos— y apunta a la asesora en materia de Agricultura, Gladys Acuña, como responsable directa del área, pidiendo su dimisión. La oposición llevará preguntas formales al próximo pleno. Desde el Cabildo se insiste en un mensaje de tranquilidad y en que la trazabilidad del reparto está controlada, con contactos “uno a uno” para gestionar la devolución y sustitución de las semillas.
La preocupación sanitaria existe porque las semillas de ricino (Ricinus communis) contienen ricina, una toxina peligrosa si se ingiere tras masticar la semilla. Los cuadros descritos en la literatura médica incluyen vómitos, diarrea, dolor abdominal y, en casos graves, complicaciones sistémicas. No hay antídoto específico y el tratamiento es de soporte. Dicho esto, la simple manipulación de semillas intactas no equivale a ingestión, pero deben manejarse con prudencia y mantenerse fuera del alcance de menores y de mascotas.
Para la ciudadanía afectada, el mensaje práctico es claro: no consumir ni plantar las semillas recibidas, conservarlas en lugar seguro y devolverlas siguiendo las indicaciones recibidas por llamada o SMS. Ante una ingestión sospechosa o síntomas compatibles, lo responsable es llamar al 112 o acudir a urgencias. A efectos de confianza pública, ahora resulta clave que la institución publique los datos de reparto y recuperación, así como un calendario de actuaciones, y que refuerce los protocolos internos de identificación y entrega para evitar que un error así pueda repetirse.
Más allá del reproche partidista, la prioridad en una isla donde el sector primario convive puerta con puerta con las familias es cerrar el episodio con información verificable, rapidez en la retirada total de los lotes y transparencia. Lo esencial, mientras tanto, sigue siendo sencillo: no usar las semillas y proceder a su devolución.