Lanzarote estrena los 30 °C de 2025 con calima y viento nordeste

Pejeverde

Lanzarote inaugura el pico del verano con la llegada de un calor intenso. Según los pronósticos de la AEMET y de los observatorios locales, las temperaturas superarán los 30 °C a partir de este sábado y podrían alcanzar los 32 °C el próximo lunes en las zonas de interior, acompañadas de calima en altura y un vigoroso viento del nordeste por la tarde. El dato es significativo: hasta hoy el aeropuerto había registrado una máxima anual de 27,8 °C (31 de mayo), de modo que—si se cumplen las previsiones—estaremos ante los primeros treinta grados de 2025 en la isla.

Hoy, jueves
Cielos nubosos en el norte y despejados en el sur, con una máxima oficial de 27 °C y algo de calima sobre el Atlántico. Los alisios soplan con moderación, refrescando la franja costera, aunque ya insinúan la llegada del aire sahariano.

Viernes
Ambiente plenamente veraniego: Arrecife espera 28-29 °C, mientras Yaiza o Tinajo podrían rozar los 31 °C en las horas centrales. La calima empezará a velar el horizonte y el transporte de polvo elevará las mínimas nocturnas.

Sábado y domingo
Sol radiante, algunas nubes residuales en el norte y máximas de 30-34 °C tierra adentro. El calor será seco más que bochornoso, típico de junio, lo que invita a hidratarse y buscar sombra.

Lunes
Pico del episodio: la dorsal africana empujará el mercurio hasta los 32 °C, con noches tropicales que no bajarán de 24 °C en la costa. Los alisios aflojarán por la tarde y podrían registrarse rachas fuertes en el interior sur.

Martes y miércoles
La masa cálida se retira. Se prevé un descenso brusco de unos 5-6 °C y el regreso de los vientos habituales, que arrastrarán el polvo en suspensión hacia el este.

Alcanzar los 30 °C en junio en Lanzarote es rutina veraniega: las medias históricas sitúan ese umbral entre la última semana de junio y la primera de julio. Lo particular de este episodio es que llega tras una primavera “normal”, con los registros oficiales sin tocar los 30 °C desde enero. Así que, más que una ola de calor, se trata del pistoletazo de salida de un verano que—dicho sin dramatismos—pinta tan seco y luminoso como siempre.