Éxito rotundo: Lava Live Fest agota entradas y mira al futuro con cartel de lujo para julio
Elpejeverde
No fue un concierto. Fue un reencuentro. Lanzarote se rindió anoche al embrujo emocional de Maná en una jornada de Lava Live Fest que ya se insinúa como histórica. El recinto de Agramar se abarrotó hasta las costuras con un público que parecía haber traído no solo la entrada, sino también sus recuerdos de juventud y sus ganas de corear. Y eso hicieron: cantar, vibrar y llorar con una banda que lleva cuatro décadas pisando escenarios con el mismo corazón con el que ayer, en esta isla volcánica, demostró que aún le queda fuego en las venas.
Desde la primera nota, quedó claro que Maná no venía a cumplir expediente. Venía a dejarlo todo. Y lo dejó. Con un repertorio sólido como el basalto lanzaroteño, arrancaron con energía para luego tocar las fibras más íntimas del alma colectiva: “Rayando el sol”, “Corazón espinado”, “Mariposa traicionera”, “Clavado en un bar”... Himnos generacionales de una América latina que se extiende de Guadalajara a Playa Honda sin pedir pasaporte.
Pero el momento más intenso —y más político— llegó cuando Fher Olvera, alma y voz de la banda, interrumpió el repertorio para entonar “Get Up, Stand Up” de Bob Marley. Con voz firme y puño en alto, lo dedicó “a los mexicanos de las calles de Los Ángeles”. No fue un gesto decorativo. Fue un recordatorio, en clave reggae, de que el rock también puede ser trinchera. Y el público respondió con una ovación que tuvo más de abrazo que de aplauso.
Uno de los momentos más tiernos llegó cuando Fher subió al escenario a una joven con un cartel improvisado: “Crecí escuchándolos y hoy vine a cantar con el corazón”. La frase resumía lo que muchos sentían. El cantante le dedicó “Eres mi religión” y la emoción flotó en el aire como una bruma dulce.
Antes de Maná, el grupo valenciano Los Zigarros ya había dejado el ambiente cargado de electricidad. Considerados la mejor banda de rock and roll española de la última década, demostraron por qué, a golpe de riffs sólidos y actitud sin postureo. Entre tema y tema, la sensación era clara: no venían a calentar nada. Venían a incendiar.
Y los encargados de prender la primera chispa fueron los Drûpe, representantes del sonido kilómetro cero, que pusieron a bailar a los primeros en llegar con solvencia y autenticidad. Entre banda y banda, el DJ Ángel Pérez mantuvo el ritmo vital con una sesión bailable, colorida y, por momentos, provocadora.
Lo que viene
El éxito de esta primera entrega del Lava Live Fest ha puesto el listón alto. Altísimo. Pero los organizadores no se arrugan. El cartel para el segundo fin de semana del festival, los días 25 y 26 de julio, incluye a pesos pesados de distintos géneros: Steve Aoki, Rels B, Justin Quiles, Luck Ra y Sumaya Vb en la jornada más urbana; y una noche de mestizaje patrio con Estopa, Kapo, St. Pedro y Toni Bob.
Las entradas —con precios entre 45 y 300 euros— vuelan, literalmente. Hay bonos de fin de semana entre 80 y 150 euros, según la zona: General, Front Stage o Platino (con barra libre y catering). Personas mayores de 65 años entran gratis. Los jóvenes pueden acceder a descuentos con la tarjeta joven canaria o el bono cultural. Un festival pensado para el bolsillo... dentro de lo que cabe.
Quienes lo hacen posible
Detrás del Lava Live Fest está Preventos Media, del Grupo TSC, con el apoyo del área de Juventud del Cabildo, Turismo Lanzarote, los Centros de Arte, Cultura y Turismo, Promotur, el ICDC, Fundación IDEO, y Turismo Arrecife, entre otros. Una constelación de patrocinadores y colaboradores en la que no faltan nombres como Mahou, Coca-Cola, Naviera Armas, Renault, Grupo Rosa, Cicar o el mítico Hotel Fariones.
Epílogo
Anoche, Maná no solo ofreció un concierto. Regresó a los oídos de quienes alguna vez amaron con “Labios compartidos” o esperaron en “El muelle de San Blas”. Lanzarote, que no olvida sus volcanes ni a quienes se atreven a cantar sobre ellos, respondió con la misma intensidad. Porque hay bandas que se escuchan. Y hay otras —como Maná— que se viven.