De Mancha Blanca a San Ginés: la Virgen de los Dolores peregrina entre sus fieles
PJ
La diócesis de Canarias se viste de gala para recibir y celebrar uno de los eventos más significativos y esperados: la III Bajada de Nuestra Señora de los Dolores desde su santuario en Mancha Blanca hasta la iglesia de San Ginés en Arrecife. Este acto, que combina devoción y tradición, será testigo de una isla unida en la fe del 30 de noviembre al 8 de diciembre.
Desde el amanecer del 30 de noviembre, cuando los primeros rayos del sol apenas empiezan a iluminar el paisaje volcánico de Lanzarote, los fieles y devotos se darán cita en Mancha Blanca para iniciar la peregrinación. Tras una solemne Eucaristía a las seis de la mañana, la imagen de la Virgen será acompañada en un recorrido que promete ser un reflejo de la historia y la espiritualidad insular.
La Bajada no es solo un acto de fe, sino también un profundo agradecimiento a todas las entidades y voluntarios que han hecho posible este evento, incluyendo al Cabildo de Lanzarote y los ayuntamientos de los municipios por los que pasará la peregrinación. Este año, además, se conmemoran eventos históricos que resaltan la profunda relación de la Virgen con los desafíos de la isla, como la recordada intercesión durante las erupciones volcánicas que marcaron el pasado de Lanzarote.
La imagen de la Virgen pasará por Tao, San Bartolomé y finalmente llegará a Arrecife, donde será recibida oficialmente con una oración y acogida por parte de las autoridades y la comunidad. Durante su estancia en Arrecife, se realizarán numerosas actividades que incluyen visitas a hospitales y centros educativos, peregrinaciones de las parroquias locales y misas especiales que celebran la vida en comunidad y la renovación de la fe.
Uno de los momentos más destacados será el rezo del Rosario en la Avenida de Arrecife, frente al mar, un símbolo poderoso de la conexión de la isla con su patrona y con la fe que los lanzaroteños profesan.
Con la promesa de que "Ahí tienes a tu madre", las palabras de Jesús resonarán en cada paso de esta peregrinación, recordando a los fieles la presencia constante de María en los momentos de prueba y en la cotidianidad de la vida insular.