La Casa Azul de Arrieta: testigo de un fenómeno natural único
Foto ayer. Javier Barragán
S. Calleja
Ayer y hoy, Lanzarote ha vuelto a vivir uno de los espectáculos más impresionantes que la naturaleza nos regala: las Mareas Vivas, conocidas por muchos como las Mareas de los Dolores o Mareas del Pino. Estas mareas, provocadas por la conjunción de la luna llena y las mareas equinocciales, han transformado el paisaje de la isla, especialmente en el pintoresco pueblo de Arrieta, donde la naturaleza y la historia se entrelazan de manera única.
En la costa de Arrieta, las olas golpean con fuerza, cubriendo la pequeña playa junto a la icónica Casa Azul o Casa de Juanita. Esta casa, que ha resistido el paso del tiempo y las mareas, se convierte en el corazón de un fenómeno maravilloso. Cuando la marea sube, una piscina natural se forma a su alrededor con niveles muy superiores a lo normal, creando un rincón mágico donde el Atlántico parece abrazar la costa de manera diferente. La imagen que acompaña esta noticia capta ese momento en plena marea alta y baja, un espectáculo que pocos se quieren perder.
Aunque las autoridades han declarado una situación de prealerta debido a los riesgos que estas mareas vivas pueden representar, los habitantes de Lanzarote saben cómo disfrutar de estos momentos de una manera única. Para muchos, estas mareas no solo son un fenómeno natural, sino una tradición, una forma de estar conectados con la tierra y el mar, como lo han estado sus padres y abuelos.
Las Mareas del Pino han sido también las madrugadas perfectas para marisquear. Mientras el mar retrocede, las familias salen con cestas y bolsas, buscando las preciadas lapas y otros mariscos que la marea deja al descubierto. Es un momento de comunión con la naturaleza, donde el mar regala lo mejor de sí mismo y las tradiciones se mantienen vivas. En estos días, se respira en el aire esa conexión especial que la gente de Lanzarote tiene con la costa, con el marisqueo y con la vida marina.
Mientras las mareas continúan moviéndose sobre las costas, el Gobierno de Canarias ha activado el Plan Especial de Protección Civil por riesgo de inundaciones (Peinca) para coordinar cualquier emergencia. Sin embargo, para quienes conocen bien las Mareas del Pino, estos días son, más que nada, una ocasión para celebrar la fuerza de la naturaleza y disfrutar de la riqueza que el Atlántico deja en sus orillas.
Este fenómeno es una oportunidad para observar la belleza inigualable de Lanzarote y recordar que, aunque el mundo moderno nos lleve lejos, el mar siempre nos devuelve a nuestros orígenes. En Arrieta, bajo la sombra de la Casa Azul y entre las rocas que hoy se transforman en piscinas naturales, la vida sigue su curso al ritmo de las mareas, tal como lo ha hecho desde siempre.