En un giro diplomático que evidencia el abandono de los saharauis, Francia ha seguido los pasos de España, mostrando hoy mismo su apoyo al plan de autonomía bajo soberanía marroquí para el Sáhara Occidental. Esta postura, presentada oficialmente en una carta del presidente Emmanuel Macron al rey Mohamed VI con motivo del 25 aniversario de su entronización, reafirma que para Francia, el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí.
Este reconocimiento del plan marroquí se suma al abandono previo realizado por el Gobierno español bajo el liderazgo de Pedro Sánchez. Lo que resulta más doloroso es el silencio cómplice de la izquierda española, incluyendo al PSOE y a Nueva Canarias (NC). Mientras que, en apariencia, muestran su apoyo a los saharauis, tomándose fotografías con niños de los campamentos de Tinduf, la realidad es que han dejado de lado sus promesas y compromisos.
El contexto político en Francia, con el partido de La République En Marche! de Macron al frente tras las últimas elecciones, pone de manifiesto la fragilidad de las promesas electorales. Este partido, que se presenta como progresista, ha mostrado que sus compromisos pueden cambiar rápidamente en el altar de los intereses diplomáticos y económicos.
En Canarias, la situación es particularmente grotesca. Los líderes de izquierda, incluidos alcaldes socialistas y miembros de NC, se fotografían con niños saharauis acogidos durante las vacaciones de verano. Este gesto, en teoría noble, se convierte en un acto de cinismo extremo cuando se considera su falta de acción real para apoyar la causa saharaui. Las fotos son una pantalla para ocultar la realidad: han abandonado a los saharauis a su suerte.
Pedro Sánchez, sin pestañear, abandonó a los saharauis, una decisión que despoja de toda esperanza a un pueblo que ha luchado durante décadas por su autodeterminación. Lo peor de todo es que los cobardes de la izquierda, tanto el PSOE como NC, optaron por el silencio y la inacción, mirando hacia otro lado mientras los saharauis eran traicionados.
Esta crónica muestra una verdad dolorosa: las promesas electorales de la clase política actual, en Francia y España, son huecas y carecen de valor real. La causa saharaui ha sido sacrificada en nombre de conveniencias políticas y económicas, dejando a un pueblo desamparado y traicionado por aquellos que alguna vez prometieron defenderlos.