domingo, 28 abril 2024

La muerte del perrito de Sergio en Lanzarote destaca la insensibilidad, en ocasiones, de la atención veterinaria de urgencia

S. Calleja

En un triste domingo al mediodía del pasado mes de febrero en la Avenida Fred Olsen de Arrecife, Sergio vivió una tragedia que marcaría un antes y un después en la conversación sobre el acceso a servicios veterinarios. Su pequeño compañero canino sufrió una urgencia médica que requería atención inmediata. Desesperado, Sergio buscó ayuda en una clínica veterinaria , pero se encontró con una barrera insuperable: la falta de fondos para el tratamiento de urgencia. La clínica negó, según su versión, la atención, y como consecuencia, su perrito falleció en plena calle, dejando a Sergio en una profunda desolación y planteando serias preguntas sobre el sistema de atención veterinaria en momentos críticos.

Este desgarrador incidente resalta la imperiosa necesidad de contar con servicios de atención veterinaria accesibles y disponibles para todos, independientemente de su situación económica. Es en este contexto donde la reciente iniciativa del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria emerge como un faro de esperanza y un modelo a emular.

El Consistorio de Las Palmas, ha tomado una decisión vanguardista y profundamente necesaria: adjudicar un servicio de atención clínica veterinaria para animales abandonados y extraviados que operará las 24 horas del día, los 365 días del año. Este servicio, garantizará que ningún animal en necesidad quede sin atención en la capital grancanaria.

Esta medida no solo cumple con la Ley de Protección Animal de Canarias, sino que también materializa uno de los compromisos del gobierno municipal con el bienestar animal. La empresa adjudicataria proveerá un abanico de servicios que incluyen consultas, hospitalizaciones diurnas, pruebas diagnósticas, suturas, cirugías, implantes de microchips y castraciones, entre otros.

La historia de Sergio y su perrito subraya la urgencia de implementar servicios similares en otras localidades, como Arrecife u otros ayuntamientos. La tragedia vivida podría haber tenido un desenlace diferente con un sistema de atención veterinaria de urgencia accesible y compasivo.

La iniciativa de Las Palmas de Gran Canaria no solo es un avance en la protección y el bienestar animal, sino también un recordatorio de que la empatía y la accesibilidad deben ser piedras angulares en el cuidado de los seres más vulnerables en nuestra sociedad. La historia de Sergio es un llamado a reflexionar y actuar para que no se repitan tragedias similares.

 

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