sábado, 20 abril 2024

El PSOE lanza las primeras consignas: Coalición Canaria ¿próxima en la lista de 'fascistas' si se une al PP?

s,c

 

La táctica de demonizar a sus rivales no es nueva en la política, pero al elevar el tono de la retórica y categorizar como "fascista" a cualquier partido que no esté de acuerdo con su visión del progreso, Sánchez está arriesgándose a polarizar aún más la política española. Esta táctica, aunque eficaz a corto plazo para movilizar a las bases y distraer de los problemas internos del partido, es peligrosa. No sólo empeora la calidad del discurso público, sino que también alimenta la desconfianza y la división entre los ciudadanos.

Todos son fascistas menos aquellos que apoyen a Sánchez. Vox fascista, el PP fascista y si Coalición Canaria se uniese al PP, Migdalia, Clavijo y todo el equipo nacionalista serían peligrosos herederos de Benito Mussolini.

La polarización, como hemos visto en otros lugares del mundo, puede ser profundamente destructiva para la salud de una democracia. Cuando los partidos políticos se ven como enemigos mortales en lugar de oponentes leales con diferentes visiones para el país, el debate productivo y el compromiso se vuelven imposibles. Este tipo de clima político también puede alimentar la desinformación, ya que las personas pueden estar más dispuestas a creer en teorías conspirativas y desconfiar de los hechos que no se alinean con su visión del mundo.

La estrategia de Sánchez también amenaza con debilitar al propio PSOE. Al adoptar una postura más radical y abandonar su tradición socialdemócrata, el partido puede alienar a sus seguidores moderados y dar lugar a divisiones internas. El hecho de que Sánchez esté haciendo estos cambios sin la aprobación del partido también es motivo de preocupación, ya que sugiere un estilo de liderazgo autocrático que puede ser problemático en una democracia.

En última instancia, la responsabilidad de frenar esta deriva peligrosa recae tanto en Sánchez como en el PSOE. Para Sánchez, esto significa moderar su retórica y buscar un terreno común con sus partidarios políticos. Para el PSOE, significa tomar medidas para asegurar que el partido siga siendo una voz moderada y unificadora en la política española, incluso si eso significa desafiar a su actual líder. Es imperativo que los líderes políticos, sin importar su afiliación partidista, se comprometan a preservar la salud de la democracia por encima de las victorias políticas a corto plazo.

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