Yo elegí ser político
Secretario General de los Jóvenes Nacionalistas de Canarias
Apenas quedan 95 días para las elecciones municipales y Arrecife ya huele a cambio, ilusión, ganas, y esfuerzos compartidos por devolverle la ciudad a los arrecifeños.
Hay y habrá mucho ruido externo, las numerosas excentricidades de un PSOE desarmado en una especie de hidra que se muerde ella misma, el sin rumbo ideológico de Somos Lanzarote que lo mismo negocia con un partido estatal y comunista que llega a un acuerdo con un partido en el que su coordinador fue candidato por el Partido Popular, los escándalos de Podemos, y el ruido interno del PP, por hacer un brevísimo resumen que nos ayude a contextualizarnos, hacen prever que una nube de toxicidad no nos dejará ver las propuestas decentes y coherentes que se van a realizar.
Soy más partidario de un debate amable, positivo, de intercambio de ideas y propuestas que nos ayuden a los más jóvenes a pensar que la política es otra cosa, que no entiende de los llamados conceptos “nueva política vs vieja política”, que de lo que va la política al menos desde mi punto de vista es de creer para crear, de trabajar para que existan mejores cosas, y que la coherencia, el respeto y, sobre todo, la higiene política, es algo que no entiende de jóvenes, hombres, mujeres, nuevos partidos o viejos.
En política en cualquier escenario es más importante proponer que imponer, escuchar que pelear, y de eso es de lo que anda falta la política municipal; de la madurez que se supone que deben tener los partidos políticos. Aunque quizás no sean éstos los culpables, y sí quienes los integran y coordinan.
Hemos llegado a un momento en el que la política sufre a los políticos, y aquí no caben las divisiones y ejes de nuevo/viejo/joven/hombre/mujer, etc. Cabe la sensatez y lo que te importe la política, y yo al menos estoy enamorado de ella.
Arrecife necesita de líderes que de verdad crean en lo que hacen, que dignifiquen la política, que no la sigan maltratando, que tengan sus bocetos ideológicos de la ciudad, pero que éstos no sean rígidos y sí flexibles para poder llegar a acuerdos que permitan que Arrecife pueda salir del ostracismo.
Arrecife lo que necesita es un debate de ideas amables, que generen ilusión en los ciudadanos porque ellos son el motor de la política. ¿O acaso la política no lo es todo?