Larga noche de piedra
Por Rafael Hernández, periodista.
(…)Creó la España grande en los cohechos.
Una en las fraudes, libre de derechos;
duro al perdón y sordo en las protestas. (…)
Uno de los libros a los que suelo recurrir cada cierto tiempo es un compendio de las mejores rimas, coplillas y versos mordaces, punzantes y socarrones que ha dado la poesía titulado 'Antología de la poesía satírica española. El último poema del libro es de 1970 pero cada vez que abro las, ya desgastadas, páginas encuentro algo que me hace ver que el pasado no ha pasado, que el atrás es el ahora y que la Historia y sus historias se repiten.
Siempre creí que en el pretérito perfecto se encontraban las respuestas a lo que no comprendemos, en primera persona del plural, del tiempo presente. Ahora creo que estaba equivocado. Lo sucedido en el pasado es sólo una advertencia de lo que nos espera. Un aviso para lo que nos queda por vivir.
Los tres versos que encabezan este texto no están dirigidos ni a Rajoy ni a Iglesias. Ni a Bárcenas ni a Cháves. No son ni de ayer ni del año pasado. No se publicaron libremente ni consiguieron tener repercusión en su momento. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta de quién fue el puño de ese descontento. Pero a pesar de no ser nada, los he vuelto a leer hoy y he creído estar delante de la crónica de la pesadumbre de un español medio en la sociedad que nos has tocado vivir.
Abundan los fraudes; los cohechos afloran; se recortan los derechos adquiridos; ni por asomo se perdona al débil; las protestas parecen sordas a oídos de los necios que nos avocan a tener que reelegir entre los que no supieron proponer sus ideas para ejercer nuestro mandato.
“Los corazones de los hombres que a lo lejos acechan, hechos están también de piedra” escribió el poeta gallego Celso Emilio Ferreiro. Lo que sentía Ferreiro en 1960 es muy parecido a lo que siento (sentimos) más de cincuenta años después. “Y yo (nosotros, añado) muriendo en esta larga noche de piedra”.