domingo, 24 noviembre 2024

LA OPORTUNIDAD

 
Ya vamos por más de 40 días de confinamiento, 40 días dan para pensar mucho, pero sobretodo para darnos cuenta de la fragilidad del momento.
 
Lo hemos visto muchas veces en otros países como en ucrania, que pasó de ser sede de la eurocopa a ser una zona de guerra cruel y donde ser un país al que todos deseemos ir en 2012 a ver el partido de la selección española y en 2014  ni los aviones querían sobrevolar su espacio aéreo por el riesgo de ser derribados en pleno vuelo.

 
 
Vivimos en un mundo tan frágil, que nuestra realidad no es real, por eso se hace necesario mantener los pies en la tierra.
 
 
 
Y lo vemos en Lanzarote, o mejor dicho lo vemos en Canarias, donde nuestra gallina de oro ha sido el turismo y lo hemos apostado todo, sin duda no considero que nos hayamos equivocado o al menos en parte.
 
Estos días son muchos los que salen hablando de que debíamos haber apostado más por el sector primario, que no debíamos haber apostado por el turismo, que no debíamos de poner todos los huevos en la misma cesta, y un sin fin de frases hechas que hoy suenan muy bien debido a esta crisis sanitaria que no turística, aunque es obvio que esta afecta a nuestro motor económico como ninguna otra.
 
Prefiero pensar que muchos hablan desde el desconocimiento, no del turismo sino de esta tierra, y no precisamente porque sean de fuera, ya que muchos de los que lo dicen son de Lanzarote.

Quizás algunos no quieran recordar de dónde venimos y de donde partimos hacia la industria del turismo. y por eso quiero antes de explicar el porqué del título de esta publicación dar unas pinceladas sobre ello.
 
Gracias a la llegada del  turismo nuestra gente, tuvo mejor vida, pasemos de labrar la tierra de sol a sol, a trabajar en el turismo donde además de trabajar menos, se ganaba mucho más, sobretodo en los primeros años. Solo de propinas se ganaba más que el sueldo que podrías ganar en cualquier otro trabajo.

Dejemos atrás aquellas zafras de pesca de más de 6 meses en la mar pasando penurias y de donde mucha gente ni siquiera volvió sino se quedó en el camino.

 
Gracias al turismo o a esa apuesta por el turismo, muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de estudiar, cuando hasta hace poco al cumplir los 12 o 13 años, te daban un petate y te mandaban a la costa o te tocaba trabajar en la industria tomatera por ejemplo, algunos con suerte tenían trabajo en Lanzarote, otros debían desplazarse directamente a las plantaciones de Gran Canaria.
 
Hasta la llegada del turismo éramos inmigrantes, debíamos de salir de Lanzarote para encontrar el sustento, muchos de nuestros jóvenes se iban trabajar por ejemplo en la campiña francesa por no hablar de mucho antes cuando muchos emigraron a Cuba, Venezuela, por el hambre que se pasaba en las islas.
 
Otros que quizás no querían ir a pescar y tenían suerte encontraban trabajo barcos mercantes, petroleros, etc. Seguro que todos conocemos de alguno y que en los 80 nos contaban a nosotros cuando éramos chinijos, lo que ellos vieron en sus vueltas por el mundo.
 
Yo recuerdo las historias de mis tios, las historias del Japón, de Noruega donde cada mañana tenían que retirar el hielo de la cubierta del barco al empezar la jornada, o en una ocasión se tuvo que bajar del barco para ir a un dentista y a parte de no entender nada de lo que le decían, me contaba que tenía miedo de caerse porque las aceras estaban congeladas.
 
Todo esto que cuento, es real y no hace mucho tiempo de eso. Hoy toca contarlo para aquellos que se atreven a demonizar el turismo y no quieren entender porque todos los huevos están en la misma cesta.

Sin duda ahora las cosas se ven de otra manera, como decía al principio gracias a la llegada del turismo nuestros padres cambiaron su forma de vida, se ganaba mucho más dinero, sus hijos ya no tenían que dejar la escuela o ellos no tenían que decidir quién debía ir a estudiar y quien debía quedarse a trabajar.
 
Gracias a esto, hoy tenemos a la que quizás sea, la generación más preparada de la historia de Canarias, aunque al final tampoco hemos podido dar respuesta a su preparación y al final por mucho que estudiaron, por mucho que se esforzaron sus padres para darles estudios, muchos han tenido que irse a trabajar en otros sectores que nada tienen que ver con lo que estudiaron, aunque claro está, el saber no ocupa lugar, así que tampoco pasa nada, porque todo es pasajero y tarde o temprano pueden encontrar aquel trabajo para el cual ellos decidieron prepararse.
 
Dicho todo esto y volviendo al principio donde hablábamos de la fragilidad de las cosas, esta pandemia también ha puesto en evidencia la fragilidad de nuestro estado de bienestar gracias al turismo.

 
Hemos pasado de tener una media anual de un 80 por ciento de ocupación turística a tener turismo 0, una situación inédita desde finales de los 60 cuando empezó el turismo que hasta hace poco conocíamos,
 
Todo no han sido aciertos en estos últimos 50 años, a pesar del gran avance económico que hemos sufrido también tenemos un alto índice de pobreza, que no concuerda con las cifras del turismo, y que es algo que todos hemos dicho, pero que todavía no hemos conseguido mitigar, falta de vivienda,  y un aparente deterioro en los servicios públicos aunque estos se mejoraron, mas escuelas, mas centros de salud, mas transporte publico, mas carreteras,etc ... pero nunca al nivel necesario debido en gran parte a un crecimiento anual  de la población desproporcionado.

Al final la población crecía más rápido que los servicios y por eso ese aparente deterioro.

 
En política muchos miran al de al lado, como si el culpable fuera el otro cuando en realidad todos somos culpables e inocentes a la misma vez, considero que todos hemos trabajado con la mejor de las intenciones para mejorar todos esos índices que no nos cuadraba, unos con mas acierto que otros, pero siempre pensando en hacer lo mejor.
 
Estos días hemos escuchado que debemos potenciar el sector primario, lo cual es cierto,  y otros directamente nos dicen que es por culpa nuestra de apostar solo por el turismo, aunque como dije al principio no ha sido por falta de apoyos sino a causa de la propia dinámica en la que nos vimos inmersos desde la llegada del turismo  la que hizo que el sector primario no fuera atractivo como salida profesional.

Por eso fuimos abandonando estos trabajo porque simplemente se podía ganar más en otros tipos de trabajo, de una manera más fácil y sin riesgos de tener un mal año.
 
Es más mi padre mismo me decía siempre que ojala yo no tuviera que pasar los trabajos que pasó él durante meses en barcos, o bueno barcos por no llamarlos cáscaras de pipa  para ir a pescar al banco canario sahariano.

 

 


O en el campo, donde desde niño te mandaban a recoger la cosecha, a escardar la tierra, etc, sin duda nuestros padres fueron felices pero pasaron mucho trabajo y por eso no deseaban otra cosa sino que pudiéramos tener mejor trabajo que ellos.
 
Se esforzaron para darnos estudios, y que no tuviéramos que trabajar como lo tuvieron que hacer ellos, aunque al fin y al cabo muchos jóvenes siguieron los pasos de sus padres trabajando en el sector primario y todo no obstante todavía queda esperanza ya que en los últimos años se ha apostado un poco más por ello, muchos jóvenes han innovado creando industrias y nuevos canales de comercialización, nuevas cooperativas, etc



Todavia queda sector y además muchos jóvenes atraídos no por las riquezas sino quizás por nostalgia, han vuelto a trabajar al sector


 


Sin duda además de los problemas del coste de producir en Canarias, por el tipo de cultivo, por nuestra orografía, por la falta de competitividad frente a productos que llegan de fuera, por la falta de industria transformadora, no a pequeña escala sino grandes empresas como las que había hasta hace unos años, como las conserveras, que marcaron una época, dando salida a la gran industria sardinera, o atunera elaborando conservas y harinas de pescado.

Toda esta falta de competitividad también ha sido provocada por el interés general de abastecer las islas, en lo que no se si considerarlo un error político o una demanda de la sociedad ocasionando que entren productos en las islas, subvencionados con dinero público y que luego compiten con nuestros productos.

Pero nosotros, la sociedad también queríamos de todo,  en todo momento y al precio más bajo posible, atrás dejamos el tiempo que para comerte una buena sandía tenias que esperar que en Soo las recolectan para el verano, ¿Quién no recuerda un dia de san juan en la playa comiéndose una buena sandía?

Además nos hemos enfrentado a un exceso de normativa europea, a falta de acuerdos pesqueros con Marruecos, a cuotas que no establecen para la producción de algunos productos agrícolas, o cuotas de captura para la pesca del atún, y lo peor de todo,  incentivos de europa que en vez de querer mejorar nuestra competitividad preferían pagarte para que no produjeran, o en el caso de los barcos de pesca, pagarte el desguace de los mismos, o incentivar que te pasaras a trabajar al turismo, hecho que supuso por ejemplo la desaparición de mucha flota pesquera.

Sin duda para Europa le salia mas barato hacer desaparecer el sector primario y comprar luego en otros mercados a un precio más barato,  aunque la calidad de nuestros productos no tiene competencia, si la tiene con el precio con el cual  nunca podremos competir  por el bajo coste de producción en terceros países.

Así un sinfín de conceptos, que ha hecho que por dinámica lo más seguro fuera invertir en turismo en todas las modalidades posibles y no en otros sectores, pero ahora tenemos otra oportunidad, no para corregir errores, porque como digo no creo que fuera un error el que se apostará por el turismo de una forma firme y decidida.

Ahora en esta nueva oportunidad considero que de verdad podemos apostar nuevamente por el turismo, pero además teniendo en cuenta esta pandemia y crisis sanitaria no turística, porque piensen ustedes que realmente no solo  ha afectado a nuestra industria turística, sino que también ha atacado a todos los sectores industriales del mundo, fábricas de automoción, industrias textiles etc, a todos.

Recuerden no es crisis turística es crisis sanitaria y se convertirá en crisis económica pronto.

Es la primera pandemia sanitaria que realmente nos ha afectado a nosotros, a todo el mundo, otras han habido pero afectando solo a ciertas regiones, pero esta ha paralizado el mundo al completo.

Por eso ahora que dentro de poco vamos a ponerlo en marcha tenemos esa nueva oportunidad donde en Canarias deberíamos darle una vuelta de tuerca a todo esto.

¿Debemos intentar tener 14 millones de turistas al año o lo podríamos hacer bien con mucho menos? ¿Debemos de seguir subvencionando a productos de fuera todo el año o solo cuando aquí no hay?
¿Debemos primar que se cree industria propia en Canarias que de salida?
¿Debemos de mirar la posibilidad de tener una ley de residencia canaria que impida que la población crezca fuera de control?
¿Debemos de luchar para que las regiones ultraperifericas tengamos nuestros propios representantes en Europa?
¿Debemos de apostar por la industria tecnológica?

Muchas son las preguntas que uno se puede hacer ahora, sobretodo teniendo en cuenta que ahora tenemos la generación joven mejor preparada de la historia, y son ellos los que deben empujar con ganas para propiciar este cambio.

Recuerden tenemos una nueva oportunidad para empezar a planificar nuestro futuro, tomen esto como eso una nueva oportunidad y no como un paso atras.
 
 
 
 
 
 
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