Los Pejeverdianos lloran en silencio a su voz más alegre
S. Calleja
Hola, amigo Guayo.
Te escribo sin saber muy bien si hablarte como siempre o callarme, como hacen los que ya no están. Pero contigo, el silencio no cuadra. Tú, que convertiste la radio en arte, la política en diálogo y la amistad en costumbre.
Se nos ha ido Guayo Rodríguez. Concejal en Yaiza, asesor en Arrecife, comunicador espontáneo, presentador de mises, cocinero de generales, speaker del Ironman, amigo de los suyos, enemigo de ninguno y GRANDÍSIMA persona. Nos hemos quedado sin uno de esos tipos raros a los que quieres porque lo quieres , y que, cuando no está… falta algo. Falta mucho.
No eras un hombre magnífico. Eras algo mejor: un hombre con el que daba gusto estar. Porque donde ibas, llevabas la risa en el bolsillo y el respeto por delante. Sin estridencias. Sin frases hechas. Y sin la necesidad de convencer a nadie de nada. Y eso, en esta isla llena de políticos de marketing y opinadores de saldo, era casi milagroso.
En El Pejeverde, con Pedro Marín y todo el clan, soltabas aquel saludo:
“Saludos a todos los Pejeverdianos.”
(Se me eriza la piel mientras escribo esto.)
Y no hacía falta más. Porque lo decías tú. Y porque tú lo decías como nadie. Convertiste ese saludo en una declaración de principios: aquí estamos los nuestros, los que no vamos de nada, pero estamos en todo.
Guayo, el que presentaba galas, leía los partes del tiempo como si fueran coplas, y soltaba chistes mientras otros se atragantaban de solemnidad. (Blanca, Domingo, Pedro y yo nunca lo olvidaremos: nos moríamos de risa con aquella anécdota en el parque de Las Palmas de Gran Canaria, donde el amor —y un móvil— fueron protagonistas.)
Y sí, hacías política. Tu partido sabía perfectamente que te dejabas la piel por ellos, y yo doy fe de que siempre fue así.
Por cierto, amigo: he vuelto a hablar con tu jefa política (la presidenta del PP en Lanzarote), y me dice que está destrozada. “¡Se ha ido una persona maravillosa! ¡Muy buena y gran trabajador! ¡Le voy a echar mucho de menos!”, me dijo.
Tu política era de entrega, no de despacho ni de titular. Una política que no aspira a trending topic, pero que arregla cosas.
Guayo era ese tipo de hombre que aún cree que la palabra vecino significa algo. Y lo hacía valer en Yaiza, en Arrecife, en Playa Blanca o en una asamblea improvisada en la cola de la panadería. Te escuchaba cualquiera, incluso los que no estaban de acuerdo contigo, porque nunca hablabas para ganar, sino para compartir.
Tenías anécdotas para escribir varios libros: el de la mili en Tenerife, el del atril del partido, el del micro del Ironman, el de la paloma disecada en la comunión… Y todas, todas, las contabas sin artificio. Porque tu talento era ese: no hacer teatro, ni siquiera en el escenario.
Y ahora, de repente, te vas.
A los 50 años. En un hospital de Arrecife, como quien sale por la puerta sin hacer ruido, mientras otros aún discuten sobre lo urgente sin haber entendido nunca lo importante. Como si supieras que lo tuyo ya estaba dicho. Como si nos dijeras: “Hasta aquí, amigos. Les toca a ustedes seguir hablando.”
Pero claro… ahora nadie sabe cómo empezar el programa.
Ni cómo despedirlo.
Porque lo de siempre era:
—“Saludos a todos los Pejeverdianos.”
Y eso solo lo podías decir tú.
Te has ido sin dramatismos. Como viviste. Pero no nos hagas trampa: tu ausencia pesa.
Porque uno cree que la vida sigue igual… hasta que falta alguien que la hacía mejor sin hacerse notar.
Porque, de pronto, hay un hueco en la tertulia. Un asiento vacío en el estudio.
Una voz menos que nos hacía reír sin necesidad de reírse de nadie.
Y porque los tuyos —Pedro, Blanca, Paca, Domingo, Raquel, Orlando, el clan entero— te están buscando sin decirlo.
Como se busca al que uno sabe que no va a volver… pero no se resigna.
Hoy, amigo Guayo, somos nosotros los que te decimos el saludo.
Dondequiera que estés, escucha esto:
Hasta siempre, Guayo.
Saludos a todos los Pejeverdianos.
También a los que, como tú, nos siguen oyendo desde otra emisora.
----------------------------------------------------------------------------
"Velatorio de Guayo a partir de las 18:00 horas en Altavista"