miércoles, 08 enero 2025

Las cuotas de 2025 amenazan con asfixiar a los autónomos lanzaroteños

pejeverde

Los trabajadores autónomos vuelven a ser el blanco de las reformas de cotización promovidas por el PSOE. Este modelo, que seguirá desplegándose en 2025, promete una mayor "equidad", pero en la práctica muchos sienten que se traduce en un ajuste que siempre carga contra los mismos: los autónomos. En Lanzarote, donde los trabajadores por cuenta propia constituyen un pilar fundamental de la economía insular, las críticas no se han hecho esperar.

 

El nuevo sistema obliga a los autónomos a cotizar según sus ingresos netos, distribuidos en 15 tramos. A primera vista, parece justo. Sin embargo, detrás de esta estructura se esconde una realidad que castiga a quienes ya enfrentan suficientes dificultades para mantener sus negocios a flote. Para los que ganen menos de 670 euros al mes, la cuota mínima será de 205 euros, mientras que para quienes ingresen más de 6.000 euros, podrá superar los 1.500 euros mensuales.

En un escenario ideal, esto podría parecer razonable. Pero la realidad de los autónomos es muy distinta. En Lanzarote, la mayoría son pequeños emprendedores, trabajadores del sector servicios o personas que intentan sobrevivir en un entorno económico marcado por la temporalidad y la dependencia del turismo. La subida de las cuotas en ciertos tramos, que puede llegar a 93 euros mensuales, amenaza con asfixiar a muchos de ellos, sobre todo en momentos de incertidumbre económica.

 

Desde el Gobierno, se vende este cambio como un avance hacia un sistema más justo, donde "quien gana más, paga más". Sin embargo, esta narrativa ignora que los autónomos no cuentan con los mismos beneficios que los asalariados. No tienen garantizadas vacaciones pagadas, deben asumir todos los gastos derivados de su actividad y, además, enfrentan una burocracia que muchas veces parece diseñada para complicarles la vida.

En Lanzarote, según datos recientes, hay más de 11.900 autónomos, muchos de los cuales sienten que este nuevo modelo los deja desprotegidos. En palabras de un emprendedor local: "Nos piden que paguemos más, pero seguimos sin recibir nada a cambio. ¿Dónde está la mejora en nuestras coberturas sociales? ¿Dónde están las ayudas que tanto anuncian?"

Autónomos, la eterna moneda de cambio

Esta reforma llega en un momento en que muchos autónomos todavía lidian con las consecuencias económicas de la pandemia y la inflación. En lugar de recibir apoyo para impulsar sus negocios, se encuentran con nuevas reglas que complican aún más su ya precaria situación. La posibilidad de ajustar la base de cotización seis veces al año suena bien en teoría, pero en la práctica es un parche que no resuelve el problema de fondo: la falta de sensibilidad del gobierno hacia un colectivo que siempre paga los platos rotos.

 

La única opción que les queda a los autónomos es adaptarse. La Seguridad Social ofrece un simulador para calcular las cuotas según los ingresos previstos, pero incluso este sistema puede llevar a errores y regularizaciones posteriores, generando más incertidumbre. Además, los trámites y la gestión de estas cuotas siguen siendo complejos, obligando a muchos a contratar asesorías que suponen un gasto adicional.

 

La promesa de equidad parece quedarse en el papel. Mientras tanto, los autónomos de Lanzarote y de toda España siguen siendo el colectivo más golpeado por las políticas gubernamentales. El nuevo modelo no solo supone una mayor carga económica, sino que perpetúa una sensación de abandono por parte de un gobierno que, una vez más, ha decidido que son ellos quienes deben sostener un sistema que apenas les devuelve algo a cambio.

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