Un cacao mental y un discurso doble
Foto. Elpejeverde.com
Por Sergio Calleja
Dolores Corujo, diputada del PSOE, consejera del Cabildo de Lanzarote en la oposición y secretaria general de su partido en la isla, lleva años abanderando una cruzada contra el turismo en Lanzarote. Su discurso es conocido: la masificación turística desfigura la imagen que César Manrique soñó para la isla y amenaza su sostenibilidad. Sin embargo, su reciente euforia en redes sociales por los datos de empleo en España plantea una pregunta inquietante: ¿sabe lo que dice o simplemente ajusta su mensaje según el público?
Corujo celebró con entusiasmo en su cuenta de Facebook el aumento histórico del empleo en España, destacando que en 2024 se superaron los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, el nivel más bajo de paro desde 2007 y un incremento de medio millón de trabajadores. Pero su mensaje olvida –quizá deliberadamente– el dato clave: este éxito no sería posible sin el turismo, el sector que ella misma critica con dureza cuando se dirige a los lanzaroteños.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España recibió en los primeros once meses de 2024 un récord de 88,5 millones de turistas internacionales, con un gasto de 118.693 millones de euros, un 16,7% más que en 2023. El turismo no solo llena las arcas del país, sino que también es responsable de miles de empleos directos e indirectos en comunidades como Canarias, que lidera las cifras en noviembre con el 25,6% de los turistas internacionales.
¿Cómo encaja esto en el discurso de Corujo? Mientras en Lanzarote culpa al turismo de todos los males, en Madrid parece aplaudir las cifras que este sector hace posibles.
Es inevitable preguntarse: ¿Dolores Corujo tiene un cacao mental o su postura cambia según dónde esté? En Lanzarote predica contra el turismo, acusándolo de masificar la isla y destruir su esencia. Pero en Madrid –o desde su perfil público en redes sociales– celebra las cifras económicas que el turismo impulsa de manera evidente.
¿Estamos ante una diputada desorientada o simplemente dispersa? O peor aún, ¿se trata de un discurso adaptado al auditorio? Si en Lanzarote las críticas al turismo ganan votos, se lanza contra él. Si en Madrid el turismo es el motor que mueve la economía, lo ensalza con entusiasmo.
Esta incoherencia no solo mina su credibilidad, sino que también insulta la inteligencia de los ciudadanos que perciben estas contradicciones. ¿Cómo se puede acusar al turismo de ser un problema en Lanzarote mientras se celebra que España alcanza niveles históricos de empleo, en gran medida gracias a ese mismo turismo?
El papel del turismo en Lanzarote
En Lanzarote, el turismo no es solo un sector económico: es un modo de vida. Miles de familias dependen de él, desde hoteleros y guías turísticos hasta comerciantes y transportistas. Pretender demonizarlo mientras se recogen los frutos de su éxito es no solo injusto, sino también irresponsable.
Por supuesto, el turismo debe gestionarse de manera sostenible. Pero ese no es el debate que Corujo plantea. En lugar de proponer soluciones viables, recurre a un discurso simplista que lo culpa de todos los males de la isla. Al hacerlo, se olvida de que el turismo, bien gestionado, puede ser la herramienta que conserve y potencie la visión de César Manrique, no su enemigo.
Dolores Corujo se enfrenta a una elección: ser coherente con su discurso o seguir ajustándolo según le convenga. Lanzarote y sus habitantes merecen una líder que respete su inteligencia y aborde los retos del turismo con seriedad, no con mensajes contradictorios y oportunistas.
La euforia de Corujo por los datos de empleo en España delata que, al final, el turismo no es el problema. El problema es un discurso político disperso, desconectado de la realidad y adaptado al interés del momento.