viernes, 27 diciembre 2024

Arrecife celebra la llegada de la Virgen en su 225º aniversario

 

 

 

Foto. Elpejeverde.com

 

PJ

Con esta foto de la Virgen de Los Dolores en la avenida del Reducto, frente a la playa, culmina una jornada que acabaría en la iglesia de San Ginés. Ha sido un sábado muy especial. Mancha Blanca despertó este sábado con el murmullo de las cerca de dos mil personas que madrugaron para iniciar un acontecimiento histórico: la tercera Bajada de la Virgen de Los Dolores.

Los anteriores acontecimientos que llevaron a Los Dolores en peregrinación desde su ermita hasta la capital tuvieron lugar en 1939 y 1965. Este evento coincide con la celebración de los 225 años de Arrecife como municipio y los 200 años de la última erupción que tuvo lugar en Lanzarote, en 1824 en Tao.

La jornada comenzó a las seis de la mañana con una misa en Mancha Blanca, tras la cual dio inicio la peregrinación de la Virgen de Los Volcanes, recorriendo los 22 kilómetros que separan Mancha Blanca de Arrecife. Este recorrido de fe y tradición fue seguido con devoción por miles de personas que no querían perderse el momento de ver a la Virgen recorrer los caminos de la isla.

 

 

 

El itinerario contó con diversas paradas emblemáticas. A las siete de la mañana, la Virgen dejó Mancha Blanca y llegó al pueblo de Tao alrededor de las ocho y media. Posteriormente, continuó hacia Mozaga, donde hubo otra parada a las nueve y media. A las once, se realizó una parada significativa en San Bartolomé, lugar que siempre ha sido un punto de encuentro importante para los peregrinos.

La peregrinación siguió su curso, pasando por la rotonda de Güime a las doce del mediodía. A la una de la tarde, la Virgen de Los Dolores hizo su entrada en la ciudad de Arrecife, por el barrio de San Francisco Javier. A las dos de la tarde, la imagen llegó a la explanada del Cabildo de Lanzarote, donde se firmó la recepción de la imagen por parte de las autoridades locales, en un acto cargado de solemnidad.

La tarde avanzó y, a las tres, la Virgen prosiguió su camino hacia la iglesia matriz de San Ginés Obispo, donde la esperaba una multitud emocionada que acompañó con cantos y aplausos la entrada de la imagen. La avenida del Reducto, engalanada para la ocasión, fue testigo del paso de la procesión, donde la fe y la historia se entrelazaron en una jornada para el recuerdo.

La Bajada de la Virgen de Los Dolores, también conocida como la Virgen de Los Volcanes, es una tradición profundamente arraigada en Lanzarote. Esta imagen es considerada protectora de la isla, especialmente desde los tiempos en que las erupciones volcánicas amenazaron la vida y los hogares de los habitantes. La devoción a la Virgen se remonta a aquellos momentos de incertidumbre, cuando los habitantes de Lanzarote rezaban por la intervención divina para frenar las fuerzas de la naturaleza.

 

 

 

Las celebraciones de este sábado no solo fueron un tributo a la Virgen, sino también un recordatorio de la resiliencia del pueblo lanzaroteño. La peregrinación terminó en San Ginés, pero la huella de este evento quedará grabada en la memoria de quienes participaron y fueron testigos de esta muestra de fe.

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