El color del caballo es lo de menos: Maneje y el arte del aplauso propio
S.Calleja
Arrecife, que lleva años siendo un campo de batalla político, es ahora escenario de otra disputa cargada de autobombo y nostalgias mal gestionadas. El Partido Popular, en un ejercicio que no por habitual resulta menos fascinante, se ha lanzado a aplaudirse a sí mismo con la misma pasión con la que le reprocha cualquier cosa al PSOE. El motivo: la cesión del suelo en el barrio de Maneje para la construcción de 67 viviendas sociales. Un logro que, por cierto, bien podría calificarse de colectivo, aunque esa palabra parezca proscrita en la política lanzaroteña.
María Jesús Tovar, exconcejal de Servicios Sociales en Arrecife y actual consejera de Hacienda en el Cabildo, ha desempolvado la vieja costumbre de relatar los hechos como si de un monólogo épico se tratara. Según Tovar, el proyecto se habría gestado en el mandato de Astrid Pérez como si de un parto divino se tratara, y no gracias al trabajo acumulado de varios equipos políticos. "Nosotros tomamos un expediente que estaba prácticamente en pañales, lo trabajamos desde cero y lo cerramos", dice, marcando un punto y aparte que en realidad no existe.
Lo curioso, y aquí radica la ironía de todo esto, es que el PSOE, ese enemigo al que ahora el PP recrimina pereza y desdén, fue no hace tanto un aliado estratégico. Durante el mandato de Astrid Pérez, socialistas y populares se entendieron perfectamente en el Cabildo de Lanzarote, bajo el liderazgo de Dolores Corujo, que entonces era más amiga que adversaria. Pero en la política local, las amistades duran lo que tarda un titular en quedar obsoleto. Hoy, Corujo es poco menos que el villano que encarna todo lo que está mal en la isla, y el PSOE, el partido que "cruzó los brazos" mientras el PP salvaba el mundo.
Por supuesto, el PSOE tampoco ha hecho mucho por desmontar el relato. A su manera, han permitido que el PP cante victoria sin oposición alguna, ya sea por estrategia o por simple desinterés. Porque, al final, la cesión del suelo de Maneje, más allá del ruido político, es una obra que beneficiará a los vecinos y que, seguramente, nadie recordará dentro de unos años como un hito de gestión. Quizá eso sea lo que más incomoda a quienes ahora pelean por el mérito.
Pero lo que no deja de ser un espectáculo fascinante es la capacidad del PP para convertir cualquier gestión en una gesta heroica, sin necesidad de abuela ni de público. "El color del caballo es lo de menos", dice Tovar, en un intento de cerrar el tema con un broche elegante. Y quizá tenga razón, aunque sería más honesto reconocer que el caballo, sea blanco o negro, se paseó por la pista con más jinetes de los que ahora se mencionan.