jueves, 14 noviembre 2024

Reconocidos en el mundo, indispensables en Lanzarote: los bomberos retoman su día a día

Foto.Elpejeverde.com. Yoné Echedey Martín Fernández

S. Calleja

El Campeonato Mundial de excarcelación en Terceira, Azores, ya ha concluido. Pero para los bomberos de Lanzarote, regresar a la isla no significa bajar el ritmo. Vuelven al día a día, a esas jornadas que no conocen horario ni descanso, en una profesión que exige un compromiso absoluto. Después de haber obtenido el tercer lugar en la clasificación general, solo superados por Estados Unidos y Portugal, el equipo de siete bomberos que representó a Lanzarote trae consigo el orgullo de un podio mundial y el reconocimiento de compañeros de toda Europa, América y Asia.

Lanzarote es una isla que combina paisajes bonitos, carreteras sinuosas y el siempre imponente mar que la rodea. En este entorno tan particular, los bomberos deben estar preparados para cualquier situación. No se trata solo de incendios en coches, casas contenedoras, aunque apagarlos es una de sus tareas más visibles. A diario, estos hombres se enfrentan a emergencias que van desde rescates en accidentes de tráfico en curvas traicioneras hasta intervenciones en domicilios, donde cada segunda cuenta y una vida puede depender de su rapidez y habilidad.

 

 

Yoné Martín Fernández, uno de los miembros del equipo que compitió en el mundial, representa perfectamente la dedicación de estos bomberos. Su imagen, utilizando una herramienta de excarcelación, simboliza la precisión y la serenidad que se requieren para realizar este trabajo. Yoné, al igual que muchos de sus compañeros, ha intervenido en accidentes donde la rapidez y la precisión en el uso de estas herramientas han marcado la diferencia entre la vida y la muerte. “Lo intentamos hacer lo mejor posible”, dice con humildad, subrayando que su labor, aunque puede asemejarse en ciertos momentos a la de un sanitario, se basa en su formación como bombero, no como médico. Y es que, aunque Yoné no sea un sanitario profesional, en Lanzarote ha tenido que actuar en situaciones donde sus conocimientos en primeros auxilios han sido cruciales.

La jornada de un bombero en Lanzarote no es predecible. Un día pueden estar rescatando a una persona atrapada en un vehículo accidentado, y al siguiente, enfrentándose a un fuego que amenaza con propagarse debido al viento característico de la isla. Han salvado vidas en condiciones que rozan lo imposible, desde personas o animales atrapados en lugares insospechados hasta rescates en acantilados o zonas de difícil acceso . Lanzarote, con su geografía única, exige una preparación versátil, una adaptación constante, y sobre todo, una valentía inquebrantable.

En Terceira, los siete miembros del equipo de Lanzarote demostraron esa versatilidad y valentía. En una competencia donde equipos de Francia, Croacia, Austria, Rumania y varios países asiáticos competían con sus mejores efectivos y recursos, los bomberos lanzaroteños lograron imponerse en una de las categorías más prestigiosas, además de situarse en el segundo y tercer puesto en otras pruebas. No es una hazaña menor para un equipo que, aunque pequeño en número, ha demostrado una preparación y dedicación dignas de la élite mundial.

 

 

La rutina de estos bomberos, sin embargo, vuelve ahora a la cotidianidad de Lanzarote. Aquí, sin las cámaras ni los aplausos del campeonato, continúan con su labor. La isla los necesita, y ellos, con la misma humildad con la que compitieron, se ponen nuevamente al servicio de su comunidad. Lo hacen porque saben que, en cada llamada, en cada emergencia, pueden estar marcando la diferencia. Son los héroes silenciosos de una isla que, aunque pequeña, cuenta con un equipo de 49 profesionales comprometidos a salvar vidas, a proteger a su gente, y a enfrentarse a lo desconocido con una mezcla de profesionalismo y humanidad.

A lo largo de los años, el equipo de bomberos de Lanzarote ha acumulado historias que podrían llenar un libro de hazañas. Rescates en plena noche en las rocas cerca del opaco océano, personas atrapadas en sus casas durante incendios, accidentes de tráfico donde han trabajado incansablemente para liberar a los atrapados… Cada uno de estos momentos forma parte de su día a día, de su compromiso con una isla que no solo los necesita, sino que ahora, con este tercer lugar en el campeonato mundial, los admira y respeta como nunca.

 

 

El regreso de estos siete bomberos desde Terceira es mucho más que un retorno al trabajo. Es la renovación de un compromiso, la reafirmación de que están en la “línea correcta”, como les dijeron sus colegas de otros países. Porque en Lanzarote, los bomberos no solo combaten el fuego; también combaten el miedo, la desesperación y la incertidumbre de aquellos que, en los momentos más oscuros, confían en ellos para encontrar la luz.

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