martes, 12 noviembre 2024

Desde Terceira con Elpejeverde: José Drummond, testigo de acontecimientos que cambiaron el Mundo desde esta isla

Foto de José rodeado de otras fotografías históricas tomadas en Terceira

S, Calleja

En la capital de la isla de Terceira, en una tarde de bruma y cielos cambiantes, algo que parece muy habitual durante todo el año, nos espera José Drummond, un taxista de 63 años cuya vida está tejida con los mismos hilos de la historia de su isla. Coincidí con él en un paseo por la capital y, entre su amabilidad y mis ganas de conocer más, nos caímos bien. Terceira es mucho más que el célebre anticiclón que los meteorólogos mencionan cada semana en las televisiones de Lanzarote y España en general: es una tierra que ha sido punto de encuentro de guerras, pactos y reconstrucciones, un lugar que, aunque apartado, ha visto de cerca algunos de los episodios más decisivos de los últimos tiempos.

 

La reunión entre Nixon y Pompidou: la Guerra Fría en la Isla

 

José se emociona cuando recuerda una reunión menos conocida, pero crucial: la cumbre entre el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y el presidente de Francia, Georges Pompidou, en diciembre de 1971. El encuentro tuvo lugar en la Base Aérea de Lajes, en Terceira, aunque realmente ambos mandatarios mantuvieron un encuentro fundamental en una casona hoy derruida al norte de esta verde isla. Un territorio neutral donde ambos líderes discutieron los desequilibrios económicos entre sus naciones y las tensiones de la Guerra del Vietnan. “Imagínese,” dice José, “aquí, en nuestra pequeña isla, esos dos gigantes de la política mundial buscaban resolver problemas que, para nosotros, sonaban tan lejanos. Fue una especie de tratado de paz, aunque en ese momento pocos comprendían lo que significaba.” Aquella visita dejó una impresión profunda en la isla y consolidó a Terceira como un punto de referencia para las grandes decisiones.

 

La Cumbre de las Azores: entre el poder y la intimidad de una Isla

 

“Fue en 2003, ¿sabe?” empieza José, acomodándose en su asiento y mirando al retrovisor con una chispa de nostalgia. “Bush, Aznar, Blair y el portugués, Durão Barroso, vinieron aquí. Se encontraron en nuestra isla para cerrar lo que terminaría siendo la guerra de Irak. ¿Cómo era? Un desfile de helicópteros, coches blindados, seguridad por todos lados. La gente no podía creerlo. Por un par de días, Terceira fue el centro del mundo, aunque muchos aquí no supieran si era una bendición o una carga.” La voz de José se vuelve un susurro casi reverente cuando recuerda aquellos días de tensión. Terceira, la isla pacífica, fue entonces el telón de fondo de un pacto de guerra.

Foto.Elpejeverde.com. La Capital de Terceira presume de dragos maravillosos

 

 

 

Para muchos de los habitantes, la Cumbre de las Azores significó poco más que un espectáculo breve y ajeno. Pero para José, aquellos días de bullicio diplomático fueron inolvidables. “Mire, o meu amigo, no era lo habitual. Los habitantes de aquí llevamos una vida tranquila, y de repente, nos trajeron el mundo a la puerta de casa.”

 

El terremoto de 1980: ujn recuerdo que retumba

 

José cambia de tema y la expresión se le ensombrece. Nos cuenta cómo en 1980, un terremoto sacudió la isla de Terceira y el archipiélago de Azores, dejándolo todo en ruinas. “Ese terremoto nos cambió la vida. Murieron personas, hubo mucho dolor. Estábamos en medio del océano, alejados de todo, pero después vino gente de todas partes para ayudarnos a levantar lo que el temblor había tirado.” Me recordó a lo que a día de hoy están sufriendo en Valencia.

 

 

 

Los ojos de José se pierden por un momento en un recuerdo profundo. “Reconstruimos casas, familias. Fue como empezar desde cero, pero eso nos unió, nos hizo fuertes. A partir de ese momento, todos aquí entendimos que nuestra isla es tanto un refugio como una prueba. Terceira no es solo un pedazo de tierra; es un hogar que hay que reconstruir y proteger una y otra vez.”

 

Una vida en las Azores: la cotidianeidad del fin del Mundo

 

A pesar de los episodios históricos, José insiste en que la vida en Terceira es de una sencillez única. Nos cuenta que cada día recoge pasajeros de aquí y allá, observa cómo cambia la isla, cómo algunos vienen y otros se van. “Muchos vienen de Portugal, de Brasil incluso, pero todos encuentran aquí una calma que se ve poco en el mundo,” explica. La isla es un espacio de renacimiento constante, donde la rutina y la historia se entrelazan en un baile único.

 

Foto.Elpejeverde.com. Nuestro protagonista dejándonos en el aeropuerto

 

Finalmente, cuando el taxi se detiene y es momento de despedirse, José Drummond sonríe. “*O amigo*, Terceira es mucho más que el anticiclón que la nombra también aquí en nuestras televisiones se ríe. Es un lugar de encuentros, de despedidas y de inicios. Aquí vivimos una vida al margen, pero la historia siempre encuentra la forma de pasar por aquí.” Y con esa despedida, José vuelve a sus caminos, dejando a este lanzaroteño de paso con la certeza de que cada rincón de la isla de Terceira guarda una historia, una vida, una memoria que resiste al tiempo y a las mareas ¡Hasta pronto preciosas Azores!

 

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