El Gobierno Canario desafía al ministerio: desmiente bulos sobre maltrato animal mientras su director general insiste en el sacrificio de gatos
Foto. Director general de Espacios Naturales y Biodiversidad Miguel Ángel Morcuende Hurtado(PP)
S.Calleja
En el archipiélago canario, la gestión del bienestar animal presenta un escenario paradójico que se agudiza al observar de cerca las acciones de sus propios funcionarios. Ante una ley estatal que prohíbe el sacrificio innecesario de animales, cabría esperar un compromiso uniforme con los principios de humanidad y conservación. Sin embargo, la realidad se muestra más compleja y contradictoria, especialmente al analizar las acciones y declaraciones de ciertos altos cargos del Gobierno Canario.
Miguel Ángel Morcuende Hurtado, designado director general de Espacios Naturales y Biodiversidad y vinculado a la Consejería de Transición Ecológica y Energía, personifica esta contradicción palpable. A pesar de que la legislación vigente subraya el respeto y la protección hacia todas las formas de vida, Morcuende, miembro del Partido Popular, ha defendido posturas que chocan abiertamente con estos principios. Sus declaraciones, que catalogan a los gatos como especies exóticas invasoras y promueven su erradicación, no solo contravienen el espíritu de la ley, sino que también desafían sus disposiciones explícitas.
Este conflicto se manifestó de manera evidente durante un destacado encuentro sobre gestión felina en Lanzarote, promovido por el Cabildo de la isla y considerado el más significativo en España sobre este tema en los últimos años. A pesar de las pruebas científicas presentadas por expertos, como el catedrático Octavio Pérez Luzardo, que evidencian que los gatos urbanos bien alimentados no representan una amenaza significativa para la biodiversidad, Morcuende ha sostenido una posición regresiva alarmante. Esto se encuentra en marcado contraste con las medidas del Gobierno Canario, que se ha visto obligado a emitir desmentidos sobre rumores de autorizaciones gubernamentales para el sacrificio de gatos, reafirmando su compromiso con la legalidad y el respeto a la vida animal.
La brecha entre la política oficial y las acciones de figuras clave como Morcuende suscita serias dudas sobre la sinceridad y eficacia de la política de bienestar animal en Canarias. La credibilidad del Gobierno Canario se ve erosionada, cuestionando si verdaderamente defiende políticas que respeten la legislación nacional sobre el bienestar animal.
Por otro lado, el Cabildo de Lanzarote ha mostrado un compromiso ejemplar con la gestión ética y fundamentada científicamente de las colonias felinas, mediante programas de esterilización que contrastan con las medidas extremas propuestas por Morcuende. Esta situación enfatiza la necesidad de una política coherente que no solo se alinee con la legislación, sino que también se aplique de manera uniforme y respetuosa en todas las esferas de gobierno.
El bienestar animal es una cuestión de ética y justicia que exige una aplicación diligente y considerada de la ley, no solo teóricamente, sino en cada acción emprendida por nuestros gobernantes. Las acciones y declaraciones de Morcuende son un recordatorio crucial de que el verdadero test de nuestro compromiso con estos principios se encuentra en la coherencia entre nuestras palabras y nuestros actos.