La silla vacía : fallece Andrés Martinón, padre de nuestro compañero de Lancelot TV
Foto. Silla vacía donde compartía desayuno con el equipo de Lancelot TV y Elpejeverde( año 2015)
S.Calleja / Pedro Martín
Bajo el titular que encabeza estas líneas, aparece una imagen que resume mejor que cualquier intento de narración lo que ha sucedido. En la foto están Andrés Martinón hijo, un grupo de amigos de la radio, y a su lado, una silla vacía. Es la misma silla que su padre, Andrés Martinón, ocupaba cada mañana, en esos cafés de las 11:00 en el bar Asturias de Arrecife. Esa silla, ahora vacante, es la metáfora más clara del hueco que ha dejado, sin alardes ni dramatismos, en nuestras vidas.
Andrés Martinón padre falleció esta mañana en Lanzarote. No era un hombre de grandes gestos ni discursos ceremoniales. No, Andrés era alguien que, con una ironía fina y un humor sagaz, sabía hacerse un sitio en las conversaciones sin necesidad de reclamar protagonismo. Esa clase de personas que no necesitas ver todos los días para sentir su ausencia cuando ya no están.
Andrés Martinón junto a su mujer Loli
Lo curioso es que Andrés tenía la rara habilidad de ser imprescindible sin parecerlo. Cada mañana en el bar Asturias, en ese rincón habitual, su presencia era un ritual más, como el café o el periódico. Siempre fiel a su sitio, aportaba una mezcla de comentarios afilados y silencios oportunos que, sin proponérselo, marcaban el ritmo de las conversaciones entre nosotros.
No hablaremos aquí de grandes hazañas, porque su grandeza residía en lo pequeño, en esas conversaciones ligeras que al final son las que perduran, en esa risa contenida o en su capacidad para hacer sentir que, en esa silla vacía, había algo más que un cliente habitual. Había alguien que conectaba, que entendía, que miraba el mundo con un escepticismo amable, casi indulgente.
Alejandra (su Hija) y Andrés padre
Y así es como queremos recordarlo. Hoy, cuando su mujer Loli , sus hijos, Alejandra, Andrés y nosotros lo despedimos, lo hacemos con esa mezcla extraña de tristeza y gratitud. Tristeza porque su lugar está ahora vacío, y gratitud porque, sin estridencias, dejó en todos nosotros algo duradero.
Para quienes deseen acompañarnos en su despedida, Andrés Martinón será velado desde las 3 de la tarde de hoy en el velatorio de la salida de Arrecife hacia Tahiche, en la calle León y Castillo, cerca del antiguo Más y Más. Su incineración será mañana, y con ella se llevará lo físico, lo tangible. Lo demás, todo aquello que no se consume con el tiempo, quedará aquí, en esa silla vacía que, de algún modo, siempre será suya.