No mordamos la mano que nos alimenta: el turismo, clave para Lanzarote
S.Calleja
El próximo 20 de octubre, a las 16:00h, una manifestación recorrerá Puerto del Carmen para defender lo que tantos parecen empeñados en dinamitar: el turismo, ese sector que mantiene a Lanzarote a flote. Bajo el lema "Cuidemos el Turismo", cientos de trabajadores, empresarios y autónomos saldrán a la calle para recordar que el 90% de los lanzaroteños depende de esa actividad. Y lo harán frente a una clase política que, en su afán de disfrazar su incompetencia con retórica grandilocuente, ahora parece querer detener el motor que sostiene la isla.
La marcha partirá desde el Hotel San Antonio y culminará en el Hotel Fariones, dos hitos del crecimiento turístico de Puerto del Carmen. Curiosamente, mientras esta manifestación defiende el turismo, otra, convocada por el colectivo "Canarias tiene un límite", tendrá lugar el mismo día. A las 12:00h, bajo la consigna de "poner freno al turismo descontrolado", una amalgama de quejas mezcladas se manifestará también, sin demasiada claridad sobre lo que realmente desean. Dicen no estar en contra del turismo, pero al mismo tiempo, abogan por limitarlo. Es la clásica fórmula del “quiero pero no puedo”, tan habitual en la política de la contradicción.
La eterna retórica socialista
El Partido Socialista, siempre fino a la hora de olfatear la oportunidad de posicionarse sobre cualquier causa que le brinde atención mediática, tampoco se ha quedado atrás. Dolores Corujo, la misma que cuando era presidenta del Cabildo vendía a Lanzarote como destino estrella en Fitur, ahora se presenta como abanderada de la sostenibilidad y la necesidad de frenar el turismo. Doble moral, lo llaman. Porque no hay mayor incongruencia que celebrar en Madrid el incremento de plazas turísticas, mientras se rasga las vestiduras por el “crecimiento descontrolado” que ella misma ayudó a fomentar.
Bajo su mandato se inauguró en Playa Blanca el hotel con más camas de la isla. Pero claro, entonces no era oportuno hablar de límites. Ahora, en cambio, desde la cómoda posición de la oposición, resulta fácil sentar cátedra y vender a la opinión pública una preocupación que jamás tuvo cuando tenía el poder para hacer algo al respecto. Es el arte socialista del oportunismo: sobresaliente en retórica, nulo en coherencia.
El verdadero problema de Lanzarote: la vivienda
Pero dejemos a un lado el ruido del politiqueo y vayamos a los hechos. Lanzarote no tiene un problema de turismo. Lo que realmente ahoga a los lanzaroteños es la crisis habitacional, exacerbada por la Ley de Vivienda del Gobierno de Pedro Sánchez. Una ley que, con su desmesurado apoyo a la ocupación, ha contribuido a que el mercado de alquiler esté más bloqueado que nunca. Y mientras esto sucede, el debate sobre el turismo sirve para distraer la atención de lo que verdaderamente importa.
Los que claman por frenar el turismo, ¿cuántos han aportado soluciones reales al problema de la vivienda? Ninguno. Porque sentarse a criticar desde la oposición siempre es más fácil que gobernar con responsabilidad. Mientras, municipios como Tías, con su alcalde José Juan Cruz al frente, siguen demostrando que el turismo no es el enemigo, sino la clave para la modernización y el progreso. Puerto del Carmen se ha posicionado como un destino Premium gracias a los Planes de Mejora y Modernización Turística, algo que no se logra limitando el crecimiento, sino apostando por la calidad y la inversión.
No mordamos la mano que nos alimenta
El 20 de octubre no es solo una fecha en el calendario. Es un acto de responsabilidad de aquellos que entienden que el turismo ha sido y será la base de la prosperidad de Lanzarote. Mientras algunos políticos se pierden en discursos vacíos sobre la “saturación”, las familias lanzaroteñas ven en el turismo su sustento. Y eso no es demagogia. Eso es la realidad.