Gasolineras tradicionales: descuentos ocultos que superan a las Low-Cost en Lanzarote
S.Calleja
En los últimos tiempos, el paisaje de Lanzarote ha visto multiplicarse las gasolineras low-cost, prometiendo lo que todo conductor busca: ahorro ¿Quién no querría pagar menos por llenar el tanque? Sin embargo, esta oferta aparentemente irresistible oculta detalles que merecen un análisis más detenido. Las cifras que se muestran en los monolitos de estas gasolineras pueden sugerir un beneficio inmediato, pero ¿a qué precio realmente?
Los descuentos que exhiben las low-cost, de entre 3 y 5 céntimos menos por litro, son un gancho potente. Sin embargo, muchas veces los consumidores no consideran que las estaciones tradicionales, como SPL y Repsol, también ofrecen importantes descuentos a través de sus programas de fidelización, como Waylet o la tarjeta SPL. Con estos beneficios, el precio en las estaciones tradicionales puede ser incluso hasta 2,4 céntimos más barato que en las low-cost, llegando a ser más competitivo, especialmente cuando Repsol aplica su descuento adicional de 5 céntimos por litro. Entonces, ¿realmente se está ahorrando en las low-cost, o es solo una ilusión pasajera?
Además de los precios, la calidad del servicio es otro factor crucial que muchas veces pasa desapercibido. En las estaciones tradicionales, los consumidores no solo pagan por combustible, sino también por la tranquilidad de contar con personal especializado que ofrece ayuda tanto en el repostaje como en cualquier duda técnica que pueda surgir. Esto no ocurre en las gasolineras low-cost, que operan sin empleados, sacrificando el servicio personalizado en favor de la reducción de costos.
Otro punto que muchos conductores ignoran es la calidad del combustible en sí. Las estaciones tradicionales ofrecen carburantes con aditivos diseñados para prolongar la vida útil de los motores, protegiendo tu vehículo de posibles daños a largo plazo. Las estaciones low-cost, en cambio, al centrarse únicamente en reducir precios, suelen ofrecer un producto de menor calidad, lo que puede traducirse en mayores costos para el usuario en reparaciones y mantenimiento.
Desde una perspectiva económica, las estaciones tradicionales también juegan un papel vital en el tejido local. Los ingresos generados no solo se quedan en la isla, sino que se reinvierten en forma de empleo y desarrollo local. En contraste, las low-cost, al operar sin personal, aportan poco a la comunidad en términos de empleo, y sus beneficios suelen acabar en manos de grandes corporaciones externas. ¿Realmente vale la pena sacrificar el empleo local por unos céntimos de ahorro momentáneo?
Por último, no podemos olvidar los servicios añadidos que ofrecen las estaciones tradicionales. ¿Cuántas veces has necesitado una tienda de conveniencia para una compra de última hora o un servicio extra que va más allá de solo repostar? Las gasolineras tradicionales ofrecen estos extras, que pueden parecer triviales hasta que te encuentras en una situación donde los necesitas. Las low-cost, en cambio, se limitan al combustible y nada más.
Lo que a primera vista parece una opción atractiva en las gasolineras low-cost puede no ser la mejor elección a largo plazo. Lanzarote debe valorar no solo el precio, sino la calidad, el servicio y el impacto que tiene cada decisión sobre la economía local. Al final, no se trata solo de llenar el tanque, sino de hacerlo de manera sostenible para tu vehículo y tu comunidad.