Tiburones y Canarias: la gran confusión a 500 Km de distancia
Foto. Elpejeverde.com
S. Calleja
Algunos titulares capturan tu atención y te hacen pensar: “¿Esto está pasando en Canarias?”. Pero, claro, cuando miramos los detalles, las cosas no son siempre lo que parecen. Ayer, nos despertamos con la noticia de que una turista alemana había fallecido tras ser atacada por un gran tiburón en Canarias. ¡Qué sorpresa! Un tiburón de los grandes en nuestras aguas canarias. Resulta que no, el ataque sucedió en alta mar, a unos 500 kilómetros de nuestras costas.
Es aquí cuando la historia empieza a sonar más como un relato de aventuras. Porque, en lugar de preocuparnos por tiburones acechando nuestras playas, la realidad es que el incidente ocurrió en un escenario digno de película: un catamarán británico, el 'Dalliance Chichester', navegando lejos de cualquier costa, cuando de repente, un escualo aparece y… bueno, ya sabemos el trágico desenlace.
La pobre mujer, después de sufrir el ataque, fue rescatada por las heroicas tripulaciones de Salvamento Marítimo, que hicieron todo lo posible para salvarla. La evacuaron en un helicóptero hacia Gran Canaria, pero lamentablemente falleció en el vuelo. Sin embargo, aunque el final sea doloroso, lo que queda claro es que nuestras costas no son parte de esta trágica historia, a pesar de lo que un titular inicial pudo haber dado a entender.
Ahora, si eres un amante de las teorías conspirativas, este titular podría haberte hecho imaginar que los tiburones han tomado vacaciones en Canarias. Lamentablemente para los buscadores de aventuras acuáticas extremas, los tiburones siguen siendo más un mito que una realidad en nuestras aguas. Solo ha habido seis incidentes documentados con tiburones en Canarias, ninguno de ellos mortal. Los tiburones parecen preferir otras latitudes más lejanas.
Así que, para nuestros queridos turistas: tranquilos, que lo más cercano que verán a un tiburón en las Islas Canarias será en los acuarios. Porque mientras nuestras playas siguen siendo seguras y acogedoras, el único problema al que se enfrentarán será elegir entre tanto sol y arena.
Eso sí, no perdamos de vista el respeto que merece la tragedia que sufrió esta turista. Su muerte nos recuerda que el mar, en cualquier lugar del mundo, puede ser impredecible. Sin embargo, en nuestras aguas, seguimos siendo un destino seguro para disfrutar de la belleza del Atlántico.