Corujo se olvida de Tías: Críticas a Betancort, pero sin mirar la gestión turística socialista
PJ
En la más reciente aparición pública de María Dolores Corujo, ex presidenta del Cabildo de Lanzarote y actual secretaria general del PSOE en la isla, la socialista volvió a arremeter duramente contra el actual gobierno del Cabildo, liderado por Oswaldo Betancort. En su discurso, Corujo criticó la gestión turística del presidente, acusándolo de promover el crecimiento descontrolado del sector y de permitir la operación ilegal de hoteles como el Papagayo Arena. Sin embargo, sus palabras parecen ignorar una realidad incómoda que tiene lugar bajo su propio partido, el PSOE, en el municipio de Tías.
Corujo denuncia la masificación turística y la especulación inmobiliaria que ha generado un mercado insostenible para los residentes. Pero, ¿qué pasa en Tías, uno de los bastiones socialistas en la isla y donde su partido gobierna con el alcalde socialista José Juan Cruz? Tías ha sido uno de los municipios donde más se ha disparado la concesión de licencias de alquiler vacacional, precisamente uno de los puntos más críticos de su intervención.
Mientras Corujo acusa a Betancort de “fomentar la especulación” y de “promover un modelo de crecimiento turístico que perjudica a los ciudadanos”, el municipio de Tías —donde se encuentra Puerto del Carmen, una de las principales zonas turísticas de Lanzarote— refleja con claridad las mismas problemáticas. En lugar de liderar con el ejemplo, la gestión socialista en este municipio ha permitido la proliferación del alquiler vacacional, provocando un encarecimiento del mercado inmobiliario y dificultando el acceso a la vivienda para los residentes locales. La falta de una regulación efectiva en el municipio ha creado una presión insostenible en el mercado, desafiando directamente las palabras de Corujo.
La pregunta inevitable es: ¿Por qué Corujo, con tanto ímpetu en sus críticas hacia Betancort, no ha puesto el foco en su propio partido? La situación en Tías evidencia una incongruencia difícil de ignorar. Su discurso sobre sostenibilidad y control turístico choca frontalmente con la realidad que vive el municipio donde el PSOE tiene un control directo. Si el modelo turístico de la isla está en una “deriva preocupante”, como ella misma afirma, ¿por qué no ha tirado de las orejas al alcalde socialista de Tías, José Juan Cruz?
El silencio de Corujo sobre la gestión de su propio partido en Tías, mientras lanza duros ataques contra Betancort, puede percibirse como un ejercicio de cinismo político. Es fácil apuntar hacia el enemigo político, pero mucho más difícil es aceptar las deficiencias que ocurren en casa. ¿Acaso es sostenible hablar de un modelo turístico más equilibrado y justo, mientras en Tías las licencias para viviendas turísticas proliferan sin control? Corujo parece olvidar que, como representante del PSOE, también tiene una responsabilidad en los municipios que gobierna su partido.
Esta contradicción mina la credibilidad de sus palabras. La ciudadanía de Lanzarote, que observa con preocupación el impacto del turismo en su vida cotidiana, merece respuestas coherentes. Corujo tiene todo el derecho de criticar las decisiones de Betancort, pero es vital que su discurso esté alineado con la realidad de su propio partido. En Tías, su bastión político, las mismas prácticas que critica son las que se aplican.
Al final del día, la sostenibilidad no puede ser un discurso vacío, ni una carta política que solo se juega cuando conviene. Si el modelo turístico de Lanzarote está en crisis, la autocrítica también debe empezar por casa.