La dependencia de Sánchez de los independentistas catalanes impide soluciones a la crisis migratoria
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S.Calleja
En el centro de la creciente crisis migratoria que afecta a Canarias y otras regiones de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece estar adoptando una postura de evasión. En lugar de presentar soluciones concretas, Sánchez ha optado por no aparecer en la escena pública después de la reunión crucial que mantendrá hoy con Fernando Clavijo, presidente de Canarias. En su lugar, será el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien asuma la responsabilidad de explicar los resultados de este encuentro.
El tema central de la discordia es la distribución de menores migrantes no acompañados (MENAs) por las comunidades autónomas, un problema que Canarias y Ceuta han insistido en que necesita una solución urgente. Sin embargo, según informan fuentes del Ejecutivo, la falta de apoyo parlamentario ha paralizado la posibilidad de aprobar un decreto ley en el Consejo de Ministros, una medida que podría haber aliviado la presión sobre estas regiones. ERC y Junts, socios parlamentarios clave para Sánchez, no respaldan esta iniciativa, y el Gobierno se niega a buscar el apoyo del Partido Popular (PP), con quien mantiene una tensa relación.
La situación se complica aún más por la creciente llegada de migrantes a las costas canarias, con un aumento del 66% en 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta realidad, que empeorará con la mejora de las condiciones climáticas en otoño, hace que la inacción del Gobierno se perciba como una irresponsabilidad.
Mientras tanto, Clavijo ha insistido en la necesidad de una reforma de la Ley de Extranjería mediante decreto ley, argumentando que la crisis migratoria ya no afecta solo a Canarias, sino también a otros puntos del país como Ceuta y Alicante. Sin embargo, el Gobierno central sigue mostrando reticencias, citando inseguridades jurídicas y la posibilidad de una derrota parlamentaria como principales obstáculos.
La falta de acción de Sánchez ha generado una frustración palpable, tanto en el ámbito regional como en el nacional. El PP, en un intento por romper el estancamiento, ha presentado una Proposición No de Ley (PNL) que incluye medidas para mitigar la presión migratoria en Canarias y solicita la colaboración de la Unión Europea para desplegar a Frontex y la Agencia Europea de Asilo. A pesar de esta iniciativa, el Gobierno no ha mostrado interés en negociar con la oposición, lo que perpetúa el estado de inmovilismo.
La situación recuerda a la vivida en julio, cuando el Congreso rechazó una reforma similar de la Ley de Extranjería debido a la falta de consenso entre las fuerzas políticas. Ahora, con una crisis migratoria agravada, la inacción del Gobierno se vuelve aún más insostenible, pero Sánchez parece estar más enfocado en evitar una posible derrota parlamentaria que en buscar soluciones.
La debilidad parlamentaria de Sánchez, combinada con la falta de apoyo de sus socios habituales y su negativa a negociar con el PP, deja al país en una situación de incertidumbre. Mientras tanto, las llegadas de migrantes continúan en aumento, y las comunidades autónomas más afectadas siguen esperando una respuesta efectiva por parte del Gobierno central.