El Cabildo de Lanzarote proyecta la creación de un museo flotante en el atunero Nuevo Santa Teresa
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El Cabildo de Lanzarote prepara el proyecto para rescatar como novedoso museo flotante el histórico atunero Nuevo Santa Teresa, propiedad de la Institución. Esta iniciativa busca proteger la historia del sector pesquero de Lanzarote y La Graciosa, y servir de herramienta educativa para las nuevas generaciones, una forma de cuidar desde el sector público la importancia del patrimonio marítimo isleño.
El presidente de la Institución Insular, Oswaldo Betancort, asegura que este barco “es memoria viva de la antigua industria pesquera del Puerto de Arrecife, y debe quedar para conocimiento de las nuevas generaciones”.
Por su parte, el consejero de Pesca de la Corporación, Samuel Martín, junto con varios miembros técnicos de su departamento, visitó durante la jornada del pasado miércoles el atunero Nuevo Santa Teresa, desde hace años varado en Marina Lanzarote.
Samuel Martín explicó que el barco “será restaurado en una primera fase, manteniendo sus elementos principales, gracias a un proyecto busca poner en valor el sector pesquero, el cual ha sido fundamental para la economía de la Isla”, confirmando que se realizarán algunas modificaciones en la estructura del barco para que pueda mantener la esencia de lo que era en sus días de faena. “Queremos que el Santa Teresa esté fondeado en la Marina de Arrecife y que pueda ser visitable”.
En este sentido, el consejero anunció la intención del Área de que el atunero, una vez restaurado, sea visitado por los más pequeños. “La idea es que los chinijos y chinijas de las islas de Lanzarote y La Graciosa recorran el interior del barco, de proa a popa, y allí puedan descubrir de forma didáctica en qué consiste la profesión pesquera que forma parte de nuestra historia”, ha aclarado.
El atunero Nuevo Santa Teresa permanece varado en Marina Lanzarote (Arrecife) desde el año 2021, cuando tuvo que ser rescatado tras haberse escorado de babor por una vía de agua que presentaba en el casco.
El barco había sido cedido en 2003 al Cabildo Insular con fines científico-culturales; y, desde entonces, permanecía amarrado en Puerto Naos esperando a un uso final. Ha sido reparado en varias ocasiones.