Ahora no cabe un: “Vuelva usted mañana”
Es muy antiguo el dicho que se pronuncia cuando la realidad aprieta o cuando en alguna situación se mantiene el sufrimiento, la pena, la pérdida o la decepción: “Cuando se cierra una puerta, otra más grande se nos abre”.
La ya amplia puerta de la exclusión social, se hará aún mayor en los tiempos venideros, un entorno en el que el desánimo, la frustración y la depresión del individuo se apodera del alma humana despiadadamente, una situación de auténtica tragedia para el que la padece. Es nuestro deber y el de todos ofrecer ayuda al que lo necesita de cualquier manera posible, cada uno desde su ámbito, y explicar que su situación actual ni es fruto de malas decisiones que se tomaron en el pasado, ni es fruto de la mala suerte que se diga que se tiene, ni del que “el jefe que me tiene manía”, ni de ocurrencias similares…. Todo ha ocurrido por un maldito virus que nos ha cambiado a todos y somos todos los que empezamos un nuevo camino. Tenemos que estar, en esta ocasión, tenemos y debemos estar.
Nuestro ayuntamiento, por una simple cuestión de humanidad y porque es nuestro deber, como digo, nos lo exige… hemos de ser infalibles y previsores y accionar ya nuevas políticas en lo social dirigidas a estos nuevos tiempos en los que se prevé que no lucirá el sol. El tiempo, que sea más corto o más largo, dependerá exclusivamente de la capacidad y la dedicación de los actores implicados en su gestión, de la toma e implementación de decisiones que tengan que ver con las necesidades de las personas, por lo tanto, la celeridad se convierte en un factor capital en la nueva etapa que se nos avecina. Un nuevo sistema en que la parte burocrática lejos de interferir, no cuestione interminablemente los procedimientos por aplicar, consiguiendo que inmediatez y eficacia sea la gran bandera que nos guíe.
Es de capital importancia y ha de disponerse de manera excepcional una mayor flexibilidad presupuestaria que contemple los gastos derivados de la atención social de nuestros municipios. Digo esto, porque creo hemos de responder solícitos a cualquier demanda fundamentada en material social y esa debe ser la forma de proceder. Por lo general, estamos encorsetados en infinidad de normativa burocrática de una u otra índole, no siendo el actual, el modelo más idóneo para gestionar una realidad completa y realmente diferente.
Es por ello por lo que juntos hemos de consensuar las herramientas para un nuevo modelo administrativo implementado eficazmente para esta situación, en el que prime la celeridad en lo relativo a estos gastos y permitan reaccionar con celeridad, no me canso de repetirlo a las necesidades del pueblo, pues casi la totalidad de ellas serán cuestiones de subsistencia de las personas, en las que no cabe un “vuelva usted mañana”.
Es ahora y no después cuando hemos de hacer gala de administración cercana, pues gracias a eso: la cercanía, podremos establecernos como cabeza de puente para cualquier iniciativa redoblando por nuestra parte los recursos de los que ya disponemos. Soy de la opinión de mezclar los recursos con experiencia y logística, estos tres ingredientes aplicados con humanidad, se convierten en la mejor herramienta para lo que se nos viene encima.