¿Contradicción política? El PSOE y la compra de un BIC que antes respaldó
S.Calleja
En el entramado político de Lanzarote, la reciente adquisición de El Mercadillo de la calle Real por parte del Cabildo ha encendido nuevas luces sobre viejas prácticas y contradicciones del PSOE insular. La operación, que debería ser un motivo de celebración por la preservación de un inmueble propuesto para ser Bien de Interés Cultural (BIC) por el propio PSOE, ha sido en cambio motivo de crítica y sarcasmo por parte del Grupo Socialista.
El presidente Oswaldo Betancort, usualmente "dado a la ostentación pública" de sus logros administrativos , siempre según el portavoz del los socialistas, ha mantenido un perfil “sorprendentemente bajo” en este asunto. La crítica no tardó en aparecer por parte de Benjamín Perdomo, consejero del PSOE, quien cuestiona la ausencia de Betancort en la tradicional foto de prensa. Esto “sugiere una posible incomodidad del presidente” con el vendedor del inmueble, el empresario Juan Francisco Rosa, una figura a menudo señalada por los medios afines al PSOE.
Este enfoque del PSOE revela una notable inconsistencia. Mientras critican la discreción de Betancort, ignoran las posibles virtudes de la compra, que contribuye a la conservación de patrimonio cultural. Esta actitud se contrasta con el éxito de Rosa en otro ámbito, como el de su bodega Estratvs, un emblema de la innovación y el emprendimiento en la isla machacado históricamente por este sector mediático socialista y que al final quedó en nada judicialmente.
¿Por qué entonces esta fijación en quién vende más que en lo que se adquiere y para qué fin? La crítica parece guiada menos por preocupaciones patrimoniales o de transparencia, y más por un interés en mantener viva una narrativa política que sirve a sus propios fines mediáticos, más que al bien común.
La política de Lanzarote ganaría más con una oposición que, en lugar de buscar puntos para atacar en cada acción del gobierno, colaborase hacia metas comunes que beneficien a toda la comunidad.