domingo, 22 diciembre 2024

Montesquieu vs Sánchez

OPINIÓN

Tengo el privilegio de haber nacido ya en una democracia, joven allá por finales de
los 80, pero que entusiasmaba al país. Una política de consenso, de acuerdos y,
sobre todo, con una idea común pese a las fuerzas políticas diversas que existían:
la unidad de España.
Ahora, en 2023, todo eso que se construyó, peligra. Y peligra por algo tan pequeño
como egoísta, y no es más que la ambición de Pedro Sánchez de mantenerse en el
poder. De perpetuarse en Moncloa pese a perder las elecciones del pasado mes de
julio, y no solo eso, sino llegando a acuerdos con enemigos de España y
formaciones que pretenden romper este país, como los partidos independentistas
catalanes.
Y no cuestiono la necesidad de llegar a acuerdos, porque afortunadamente
pertenezco a un partido, como el Partido Popular, que siempre ha sido un ejemplo
en dialogar y consensuar con otras formaciones políticas. Pero siempre lo ha hecho
amparándose en la ley, en nuestra Constitución, y en la base de nuestra
democracia: la separación de poderes. Una cuestión que parecía impenetrable, pero
el señor Sánchez no tiene problema en traspasarla y poner en peligro la unidad del
país.
Decía Charles Louis Montesquieu que “la ley tiene que ser como la muerte, que no
exceptúa a nadie”. Y parece una cita más de todas las que el escritor y pensador
francés del siglo XVII nos dejó, pero ahora cobra un sentido mayúsculo, pues
parece que Pedro Sánchez o se cree inmune a la ley, o estamos frente a la
mismísima muerte.
Porque acordó con Junts per Catalunya (partido político que no hay que olvidar que
tiene un líder, Carles Puigdemont, que es un prófugo de la justicia que huyó a
Bruselas para evitar cumplir con sus delitos en España) aprobar una Ley de
Amnistía, que a groso modo y para que todos lo entiendan, es una ley que exime a
todos los condenados por el referéndum ilegal de 2017 de todos sus delitos. Es
decir, que pasan por encima del poder judicial y, mediante un decreto, perdonar los
delitos.
Esta decisión totalmente arbitraria del señor Sánchez es un auténtico atraco a la
democracia española, porque ha pisoteado los derechos de los más de 48 millones
de españoles, y dinamitando la separación de poderes que tanto costó tener desde
hace poco más de cuatro décadas en España.

Y las cosas hay que decirlas como son, Pedro Sánchez quiere ejercer, mediante
este tipo de actitudes, el poder legislativo, ejecutivo y judicial, y un lugar donde el
presidente hace eso se llama dictadura. Hay motivos para empezar a preocuparse,
y mucho, por las decisiones del señor Sánchez.
Y no, no somos alarmistas, somos realistas. Porque si la Ley de Amnistía supone
una lapidación a la democracia, el acuerdo de perdonar 15.000 millones de euros de
deuda a Cataluña es, sin lugar a dudas, un acto de privilegios hacia una Comunidad
Autónoma y, por tanto, un ejercicio de falta de respeto y de desprecio hacia el resto,
entre ellas a Canarias.
Porque mientras perdona millonadas y entrega la red de trenes regionales a
Cataluña, aquí vivimos la mayor crisis migratoria de la historia, con llegadas diarias
de embarcaciones llenas de personas migrantes irregulares y con los recursos muy
por encima de su capacidad. ¿Qué ha hecho el señor Sánchez ante esto? Muy
sencillo: lamentar la situación y enviar aviones a Senegal. O lo que es lo mismo:
reírse continuamente de todos los canarios.
En Canarias sufrimos la situación geográfica de región ultraperiférica, con una crisis
migratoria sin precedentes, y con una deuda por parte del estado de 4.400 millones
de euros. Eso es lo que ha conseguido Pedro Sánchez y el PSOE con nuestra
tierra. Y lo hizo cuando en la legislatura anterior gobernaban en el Gobierno de
Canarias, en teoría para “mejorar la vida de los canarios”, aunque lo que hicieron
fue cavar un agujero más hondo para meternos en él.
No sé hasta cuando seguirá esta situación, pero este domingo ya vimos que España
no está de acuerdo con estas políticas. Las capitales y las grandes ciudades se
llenaron de banderas de España y de logos del Partido Popular, aclamando un
cambio necesario y urgente.
No necesitamos sus políticas señor Sánchez, necesitamos restablecer el orden
político de nuestro país. Nuestra democracia no se vende a nadie, y menos por
perpetuarse en el poder. Tenga decencia y pare de “pegar latigazos” a todos los
españoles.

Jacobo Medina, secretario general del PP de Lanzarote.

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