UGT reclama, CC y PP de Yaiza se arrodillan, y el Ayuntamiento paga hasta los empastes

S.Calleja

Los sindicatos juegan un papel fundamental en la defensa de los derechos de los trabajadores, pero el modelo actual necesita una actualización urgente. No pueden seguir siendo organizaciones forradas de dinero a cambio de una lealtad servil hacia quienes los financian, como es el caso de UGT con el Gobierno central. La protección de los derechos laborales es incuestionable, pero el sindicalismo clientelar es una deformación de su propósito.

Sorprende que CC y PP en Yaiza apoyen los planteamientos de UGT mientras que, a la vez, el cumplimiento de los derechos laborales se presenta como un asunto que se resolverá con el tiempo.

UGT ha demostrado a lo largo de los años, y especialmente durante la era de Pedro Sánchez, su total conexión con el Ejecutivo central, actuando más como un brazo político que como una verdadera fuerza sindical independiente. Ejemplos sobran: apoyo a medidas polémicas como la amnistía, minimización de las críticas (y movilizaciones) contra las constantes mentiras del Gobierno y acciones puntuales como la inédita movilización del 1 de mayo, donde, en lugar de criticar al Ejecutivo –como históricamente ha sido el rol de los sindicatos–, centraron su artillería contra la oposición política.

Ahora, en Yaiza, UGT alza la voz contra el alcalde Noda, denunciando una "actitud antisindical" y exigiendo la constitución de la Mesa General de Negociación, mientras CC y PP se alinean con sus demandas. Pero, ¿es esta la institución de la cual ahora CC y PP deciden depender para su discurso? ¿Es el oportunismo político más importante que la coherencia y los principios?

Llama especialmente la atención una de las exigencias de UGT: la petición de un local en el Ayuntamiento para que sus representantes puedan reunirse y "atender a sus compañeros". Seguro que es legal, pero resulta difícil de justificar en pleno siglo XXI, donde la digitalización permite a cualquier organización sindical funcionar sin depender de despachos públicos. Parece que algunos todavía esperan que la Administración los mime y les facilite privilegios que deberían modernizarse.

Pero ahí no acaba la historia. Entre las reivindicaciones de los sindicatos, además de la negociación colectiva, figura también el cumplimiento del artículo 31 y 32 del Estatuto municipal, que incluye ayudas médicas y educativas no solo para los funcionarios, sino también para sus cónyuges, parejas de hecho e hijos. Es decir, no solo se exige que el Ayuntamiento costee en un 75% tratamientos dentales, gafas o audífonos para el personal municipal, sino también para su entorno familiar. Un privilegio reservado para una minoría funcionarial cuyo sueldo medio en Yaiza supera los 2.000 euros mensuales.

El colmo llega con las ayudas para estudios, donde el Ayuntamiento no solo subvenciona la formación de los trabajadores municipales, sino también la de sus parejas e hijos, con importes que van desde los 90 euros en educación infantil hasta los 360 euros en estudios universitarios. Un mecanismo que, disfrazado de beneficio laboral, termina convirtiéndose en un fondo de privilegios financiado por las arcas públicas.

Es inaudito que partidos como CC y PP, cuya labor debería centrarse en proponer soluciones reales para el beneficio de la ciudadanía, se hayan volcado en un discurso que adopta los argumentos de un sindicato tan identificado con el oficialismo injusto.

El portavoz de CC, Emilio Machín, ha denunciado que el alcalde sigue incumpliendo el convenio laboral y que se niega a abonar las ayudas sociales a los empleados municipales. Sin embargo, la crítica de CC parece enfocarse más en Noda que en una preocupación real por los trabajadores.

Por su parte, el PP también se ha sumado a esta estrategia, acusando al alcalde de "actitud dictatorial" y exigiendo la creación de la Mesa de Negociación. A Guayo y a Juan se les está poniendo carita de Pepe Álvarez.

Las notas de prensa de ambos partidos sobre el tema muestran su oportunismo electoralista, algo habitual en la mayoría de los partidos políticos.

¿Veremos mañana a CC y PP sacar el puñito republicano para saludar a los sindicatos y quedarse tan panchos? No se extrañen.