La Graciosa logra el interés regional para su saneamiento: un triunfo contra la burocracia en pleno Parque Natural
Pejeverde
Lanzarote, 28 de enero de 2025
Declarar un proyecto de saneamiento y depuración de aguas como «de interés regional» no es un trámite rutinario. En el caso de La Graciosa, la octava isla habitada de Canarias, esta designación supone un salvavidas administrativo. No solo implica prioridad política y acceso a fondos: es un reconocimiento tácito de que la supervivencia de sus 750 habitantes —y del frágil ecosistema del Parque Natural del Archipiélago Chinijo— depende de modernizar unas infraestructuras obsoletas.
El Consejo de Gobierno de Canarias rubricará este miércoles esa declaración, un paso formal pero crítico tras meses de negociaciones entre el Ejecutivo autonómico y el Cabildo de Lanzarote, administración de la que depende La Graciosa. La reunión técnica de este lunes entre Manuel Miranda, consejero regional de Aguas, y Domingo Cejas, su homólogo insular, despejó el último escollo: el compromiso de agilizar los permisos del Ministerio de Transición Ecológica. Un laberinto burocrático, dado que cualquier intervención en un parque natural exige rigurosos controles ambientales.
Un proyecto con nombre propio
Las obras, aprobadas en diciembre mediante un decreto que «flexibiliza» el planeamiento urbanístico en la zona de actuación, incluyen redes de saneamiento, estaciones de bombeo, modernización de la depuradora existente y sistemas de gestión de lodos. No es un lujo: en 2024, el 40% del agua depurada en La Graciosa se reutilizaba para riego, pero con pérdidas del 25% en la red por deterioro. La emergencia hídrica declarada en Lanzarote —y extendida a La Graciosa— ya ha movilizado 7 millones de euros para renovar membranas en la desaladora Díaz Rijo, aumentando un 15% la producción de agua potable.
La sombra de la burocracia
Cejas no esconde su inquietud: «Es una excelente noticia, pero necesitamos seguimiento exhaustivo para obtener los permisos estatales pronto». Su petición no es retórica: en Canarias, proyectos similares han tardado hasta tres años en superar trámites ambientales. Miranda, por su parte, elogió la «valentía» de declarar la emergencia, aunque evitó plazos concretos. La presión es máxima: el Cabildo también exige conocer «cuanto antes» la partida presupuestaria de 2025 para financiar otras obras urgentes, como la EDAR de Playa Blanca o la línea norte de abastecimiento.
Más allá de La Graciosa
El encuentro sirvió también para coordinar inversiones en Lanzarote, donde el 90% del agua es desalada y la demanda crece un 3% anual. La presencia de técnicos de ambas administraciones —y del Consorcio Insular de Aguas— refleja un intento de romper silos: «Nos ayuda a ayudarles», resumió Miranda, en un guiño a la cooperación institucional.